miércoles, 26 de diciembre de 2012

No lo sé.

Moviéndonos a la deriva nos encuentra un mar inquieto,
intranquilo como el silencio de mis pensamientos,
alterado como el pulso de mi pecho,
volátil como el viento sobre las nubes.

¿Qué es lo que somos?
No lo sé.
¿Cuál es el destino?
No lo sé.
Tantas incertidumbres que me angustian
y las incipientes certezas desaparecen al gestarse.

No sé qué es lo que viene,
pero lo voy a esperar.
No sé cuál será el camino,
pero lo voy a encontrar.

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