viernes, 28 de septiembre de 2012

Otro viernes: agotado.

Al fin termina la semana. ¡Al fin! Definitivamente, no fue una de mis mejores semanas en cuanto a ánimo, lo que es perfectamente atribuible a que se trató del regreso a la normalidad luego de tres semanas bastante irregulares. Y, digámoslo también, no estoy para nada conforme con el sistema educativo "colegio" porque lo encuentro demasiado estupidizante y denigrante, sobre todo porque nadie valora lo que has estudiado: ¿acaso estudiamos cinco años para que mis conocimientos se reduzcan a luchar con alumnos para que capten tu atención? ¡A la mierda! Si quieren escuchar bien, si no, bien también. El problema es que luego llega el apoderado a defenderlos, ¿cómo es posible que fomenten su irresponsabilidad? Hace poco me enteraba que los "pobres alumnos" no habían podido leer un libro que está hasta en internet: claro, tienen tiempo para meterse a facebook, youtube (incluso durante las mismas clases), pero no tienen tiempo para descargar y leer un libro. Definitivamente, uno de los grandes problemas de la educación actual es el apoderado.

Cada día me convenzo de que no me gusta el sistema y no tiene nada que ver con este establecimiento: todos siguen una dinámica más o menos similar. De hecho, el establecimiento actual me agrada por el hecho de estar rodeado de naturaleza y eso me relaja, a diferencia de otros colegios que están encerrados entre puro cemento que solo logra ahogarte... esa sensación de cárcel que quizás uno pudo haber tenido también cuando era estudiante. No sé, durante varios días quise tomar mis cosas, saltar por la ventana y escaparme del colegio corriendo... lejos, escuchando los gritos de los directivos rogando que no me fuese. Pero, claro, a ellos les importa un reverendo: mientras mantengan su misma mediocridad en cuanto a su gestión, difícil es que se logre algo. Fue así como escuchaba un consejo en que sé que no llegaremos a nada al fin y al cabo y que el próximo año sucederá lo mismo. 

Y en ese sentido, creo que el problema soy yo. No le echo tanto la culpa al sistema porque sé que es así y que con el paso de los años parece venirse peor. Lo único que quiero es poder volver a recuperar la energía que esta semana he perdido: quiero volver a soñar con un mundo mejor y que, claramente, este no es mi futuro laboral. Que habrán cosas muchos mejores, quizás incluso alejadas totalmente de la carrera profesional. Quiero volver al arte, quiero escapar cuanto antes de aquí. 

Y ya comenzará otra semana... veamos qué nos trae. Haré el intento de empezar con una mejor disposición, quizás eso ayude. Aunque,de todas maneras, ya he comenzado a contar los días que faltan para que los alumnos se vayan de vacaciones: ¡ansío ese dichoso día!

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