domingo, 6 de diciembre de 2009

Próximo a comenzar

Como de pronto pongo mi mirada en las manecillas del reloj y los segundos se escapan de mi vista casi sin que me de cuenta. No recuerdo bien cómo llegué aquí, sólo sé que ha sido un viaje; me he alejado de casa con la fe de que es el destino el que me llama. Sí, tengo fe, creo en esto que sucede, creo en esto que comienza. Miro el reloj y ya han pasado minutos... esto no para. Con la cabeza pegada al vidrio de la ventana veo las líneas de la carretera que quedan atrás; los audífonos en mis oídos no logran aislarme del mundo, no logran aislarme de lo que está a mi alrededor. Quiero hablar, quisiera decirles tantas cosas, pero no sé cómo empezar ni cómo terminar. No quiero hacer nada, sólo quiero que suceda. Todo corre tan rápido, la señalética del camino, la curva, el tráfico, las nubes, los aviones en el cielo...

Son tiempos misteriosos. Son segundos escandaloso. Son presencias momentáneas de un futuro que sé que ya viví. Sé que va a suceder, estoy sentado, esperando. No quiero mirar el reloj otra vez, estoy a punto de lanzarlo por la ventana. Las puertas se abren de a poco. El pasillo es ancho y luminoso, allí me saluda el camino. Tic tac tic tac tic tac tic tac... eternamente. Siento a mis espaldas la sonrisa del mundo, la sonrisa de lo que he vivido. Un abrazo y unas palabras pueden ser suficientes... el momento en que los pies se despegan del suelo está próximo a comenzar.

1 comentario:

pecas dijo...

Kinkan, cuando uno espera, el tiempo se torna manzana.

:S