Así es, son las 01.05 y estoy escribiendo desde una de las habitaciones del departamento ubicado en pleno centro de Santiago, de doña Pecas que gentilmente me ha invitado a alojar durante mi estadía de 3 días, para poder asistir a las II Jornadas de Estudiantes de Literatura de la USACH. En un principio, Santiago sólo era para mí la capital de nuestro país, la urbe más salvaje que he conocido con su entramado interminable de calles y gente que corre y te aprisiona en el metro. Pero cada vez que vengo encuentro algo nuevo bajo la capa de smog que se convierte en una de las postales que nadie reconoce. Gracias a la Ellen es que he aprendido a vivir cada lugar, disfrutando incluso sus cosas no tan gratas.
Llegué a mediodía y llamé no sé cuántas veces a Pecas para decirle dónde estaba. Ella ya me estaba esperando en una calle que no me acuerdo bien cómo se llamaba... ¿Ruiz Tagle puede ser? Una que queda a la salida del terminal Alameda de Tur Bus. Era la primera vez que nos veíamos en persona... es el segundo encuentro virtual-concreto que tengo en menos de un mes. La vida me ha sonreído de una manera increíble en el último tiempo... so I've gotta be happy. Luchando por cruzar las calles de esta capitalina urbe, llegamos a su departamento ubicado muy cerca del famoso centro de eventos Matucana 100, del que más de alguna vez oí y que nunca había conocido bien.
Llegué, dejé mis cosas y bajé a la USACH a inscribirme... estaba perdido, lo reconozco, pese a las instrucciones a prueba de no-inteligentes que me dio Pecas. Llegué más rápido de lo que esperaba, aunque me di no sé cuántas vueltas y le pregunté a medio mundo... me sorprende ver que los santiaguinos también son gente simpática algunas veces. Al final logré inscribirme y regresé a almorzar. Turisteamos brevemente -reconocí algunas calles, lo que para mí es un logro- y luego regresamos para seguir conversando durante algún rato. Eran las 4 y caminé hacia Alameda para ir al metro, para preguntar donde se validaba la TNE. Resulta que era en la misma Estación Central, por lo que caminé un poco más y llegué hasta el servicentro donde la maquinita sonreía -es una hipérbole, recuerde usted que a veces este tipo se las da de poeta- y puse la tarjeta... pasaron 30 segundos o tal vez más o menos, quién sabe, y apareció en pantalla 'pase extendido' lo que asumo que es 'validado'.
Era la hora y caminé a la USACH, pero ahora ya me ubicaba. Llegué rapidamente al CENI (Centro de Eventos Nacionales e Internacionales... no tiene nada que ver con senil, aunque suenen similar) y esperé para una ponencia en la cual acabé casi quedándome dormido y a punto de olvidar mi celular en la mesa, si no fuera que me avisaron oportunamente... y yo que intentaba irme piolamente. Finalmente, he estado casi toda la tarde conversando con Pecas porque me entretengo harto, además de pasar pegado a la ventana mirando Santiago iluminado de noche, porque es un espectáculo entretenido para un 'provinciano' como yo. De todos modos, las luces de Valparaíso cayendo desde los cerros al mar no tienen punto de comparación.
Después de todo, cada nuevo lugar es una nueva experiencia.
Llegué a mediodía y llamé no sé cuántas veces a Pecas para decirle dónde estaba. Ella ya me estaba esperando en una calle que no me acuerdo bien cómo se llamaba... ¿Ruiz Tagle puede ser? Una que queda a la salida del terminal Alameda de Tur Bus. Era la primera vez que nos veíamos en persona... es el segundo encuentro virtual-concreto que tengo en menos de un mes. La vida me ha sonreído de una manera increíble en el último tiempo... so I've gotta be happy. Luchando por cruzar las calles de esta capitalina urbe, llegamos a su departamento ubicado muy cerca del famoso centro de eventos Matucana 100, del que más de alguna vez oí y que nunca había conocido bien.
Llegué, dejé mis cosas y bajé a la USACH a inscribirme... estaba perdido, lo reconozco, pese a las instrucciones a prueba de no-inteligentes que me dio Pecas. Llegué más rápido de lo que esperaba, aunque me di no sé cuántas vueltas y le pregunté a medio mundo... me sorprende ver que los santiaguinos también son gente simpática algunas veces. Al final logré inscribirme y regresé a almorzar. Turisteamos brevemente -reconocí algunas calles, lo que para mí es un logro- y luego regresamos para seguir conversando durante algún rato. Eran las 4 y caminé hacia Alameda para ir al metro, para preguntar donde se validaba la TNE. Resulta que era en la misma Estación Central, por lo que caminé un poco más y llegué hasta el servicentro donde la maquinita sonreía -es una hipérbole, recuerde usted que a veces este tipo se las da de poeta- y puse la tarjeta... pasaron 30 segundos o tal vez más o menos, quién sabe, y apareció en pantalla 'pase extendido' lo que asumo que es 'validado'.
Era la hora y caminé a la USACH, pero ahora ya me ubicaba. Llegué rapidamente al CENI (Centro de Eventos Nacionales e Internacionales... no tiene nada que ver con senil, aunque suenen similar) y esperé para una ponencia en la cual acabé casi quedándome dormido y a punto de olvidar mi celular en la mesa, si no fuera que me avisaron oportunamente... y yo que intentaba irme piolamente. Finalmente, he estado casi toda la tarde conversando con Pecas porque me entretengo harto, además de pasar pegado a la ventana mirando Santiago iluminado de noche, porque es un espectáculo entretenido para un 'provinciano' como yo. De todos modos, las luces de Valparaíso cayendo desde los cerros al mar no tienen punto de comparación.
Después de todo, cada nuevo lugar es una nueva experiencia.
1 comentario:
ristian ahi voi de nuevo con este blog, visitame. empece hoi!!
cariños
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