viernes, 9 de agosto de 2013

Días de agosto

Las ventanas todavía amanecen empañadas en la mañana y las luces de la ciudad se mantiene alerta cuando falta poco para las 7 de la mañana. Al parecer, hay un poco más de luz al momento de despertar, lo que anuncia esa cercanía con la primavera de colores, viento y alegría que llega durante todos los años. Es inevitable no recordar las primaveras en que solía deprimirme producto del florecimiento de sentimientos, situación que ahora es totalmente opuesta ya que los sentimientos de dicha época se exacerban para bien y suelo sentirme muy feliz de la vida. Todavía anuncian mínimas de 3-4º, temperaturas que no dejan de resultarme sorprendentes para estar en la costa: yo pensaba que no bajaban de los 6º por influencia del mar y todo lo demás, pero ya me he dado cuenta de que los fríos han sido intensos. Sin embargo, me gusta el invierno y este en particular, ha sido digno de disfrutar.

Agosto es el mes 8 del año y es inevitable ver que hemos pasado la mitad, comienzan los descuentos para llegar al final. ¿En qué momento sucedió todo? ¿Cómo fue que se pasó volando todo? ¿Cómo es que estos meses que se vienen aspiran a pasar volando? A veces me pongo a revisar en mi agenda con la finalidad inevitable de mantener todo ordenado y me doy cuenta de que el tiempo, efectivamente, es poco y que cuando te dicen que el segundo semestre se pasará volando tiene mucho de acierto. Es algo que me motiva, porque cuando ya estás a mitad de año lo único que piensas es en las próximas vacaciones. Ese ciclo de la vida de verano, otoño, invierno, primavera y otra vez verano a veces es inentendible, pero todo tendrá algún sentido. A veces pienso tantas cosas mientras recorro la ciudad que quizás podría escribir bibliotecas enteras con todas las locuras que pasan por mi cabeza en un segundo. 

Me gusta agosto, esa oscuridad misteriosa y enigmática que lentamente nos lleva a la primavera de septiembre, a las fiestas patrias que nos llevan a de cabeza a los fuegos artificiales de diciembre. Lentamente me he ido acostumbrando al ritmo de la vida 'adulta', a la cual aún no logro tomar el peso: no sé si será un  bueno que todavía me sienta como un "practicante" dentro de mi trabajo, sentir que sigo aprendiendo, que soy un alumno más y que la imagen de profesional-adulto todavía me parezca distante. Creo que, al fin y al cabo, intento disfrutarlo como un pasatiempo remunerado que durará algún tiempo y que luego será la catapulta a otro pasatiempo mejor, en el cual pueda sentir más valoradas mis habilidades. Me gusta agosto con esas luces de noche, con esa extraña sensación a la noche del video Can't Get you Out of my head y las luces de los edificios que encienden y apagan como a las 3 de la mañana.

Agosto, silencioso, avanzas sin hacerte notar demasiado. Ya pronto estaremos a mitad de mes y... el tiempo sigue volando.

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