martes, 5 de julio de 2011

Besos

No importa si estás frente a la playa o en mitad del cerro, aunque se corte la luz y estés a una distancia igual o superior a cero, porque la frescura de esa mirada de varios colores me perturba aunque no me esté mirando directamente. Porque sé que, pese a todo, atraviesa la mirada de aquellas personas que se interponen físicamente y que estamos conectados aunque miremos puntos diferentes. ¿Qué tan diferentes son los puntos en los cuales divergemos? Divergencias que convergen de pronto, a distancia, a cercanía, con un simple encuentro de dedos entrelazados que chocan, que se enroscan, que se enredan, que dan vueltas en la calle como un trompo y que bailan bajo la noche aunque no esté lloviendo. Raindrops keep falling on my head aunque haya 5º en la calle Valparaíso, -2ºC en el valle, aunque las gotas que caigan no sean precisamente de tristeza, sino de emoción. De volver a sentir algo que parecía oculto desde hacía tanto tiempo, algo que parecía no haber aparecido durante esta vida. 

Tus besos atrapan de una manera extraña. Tus besos son algo de lo que quieres huir en el momento en que ya te ves envuelto: quieres huir de esa sensación de no querer huir, de querer que sigas, que sigas, que no pares, que todo el mundo alrededor se detenga o continúe -da igual- y que seamos solo tú y yo en ese momentos preciso encontrándonos otra vez, sabiendo que esas luces son nuestras y que la ciudad lo será, también, cuantas veces queramos. Tú eres la ciudad todas las veces que quiero, tú has sido todas las ciudades que he querido en el momento preciso. Tú has sido los momentos congelados en que dibujo, con pasión, historias en los cristales empañados de nostalgia. Tú has sido esa mirada extraña que me confunde y que me motiva a querer saber de qué color es: a descubrir ese mundo que aparece de a poco, que me sorprende... que me enloquece. Tus besos son una extraña sensación que embriaga, que atrapa, que enloquece, que enamora, de la cual no quiero huir, en la cual quiero seguir, que no quiero que acabe, que quiero que sea eterna, que invalida el resto del mundo para ser la única dueña y reina de mi mundo y de todo lo que hay en el universo. Tus besos me quitan el aire, me matan de vez en cuando. Me matan todo el tiempo, porque tú me matas todo el tiempo. Porque me gusta que me mates tú, solo tú, de manera lenta, violenta, suave, dulce, inocente, suave, eterna, precisa, demente. Enloquecida de asesinato, enloquecido por mi propia muerte. Muerto por la locura que me atrapa, de la cual no quiero huir porque sé que quiero volver a morir cada vez que me abraces y te apoderes de mi boca. 

Tus besos, simplemente, me encantan.

2 comentarios:

E dijo...

Estamos estúpidamente locos, pero me encanta(s)

Machuk dijo...

como que escucho la cancion Is this Love? de Whitesnake de fondo...