Creo que no podía dejar de pasar por alto una experiencia extraña que viví hace unos días. Con extraño no me refiero a algo necesariamente malo, pero sí fue algo que, de alguna forma, me quitó el sueño y esta vez puedo decir que fue por algo bueno. Puede ser algo tan simple que para todos pase desapercibido, pero para mí no, por lo cual creo necesario contarlo.
El domingo nos fuimos de paseo a la costa mediterránea, a la ciudad de Cartagena, en Murcia, acá en España. No soy mucho de ir a la playa, pero esto de vivir en una ciudad de interior hace que aumente mi necesidad de ver el mar, teniendo en cuenta que nací en una ciudad de costa y la relación que uno establece con el mar es casi de dependencia. Íbamos llegando a la playa de La Manga, a eso de las 6.30 de la mañana. Nos habíamos pasado, nuestra parada era la anterior, pero eso no impidió que fuésemos a dar una vuelta por la playa que había cerca. Nos sentamos en la arena a ver cómo amanecía.
Y fue en este amanecer cuando sucedió algo que nunca había visto antes. Lo que para mí sería un atardecer, ahora era un amanecer. Ante mi mirada sorprendida, el sol aparecía desde el mar y lentamente se iba alzando hacia el cielo, dando la bienvenida a un nuevo día. Creo que alguien me dijo una vez que había en algunos lugares del mundo en que sucedía esto y esas palabras hicieron eco en mi cabeza en ese momento, cuando se cumplía eso que ya me habían dicho. Fue una sensación muy extraña, darme cuenta de que estoy muy lejos, de que no estoy en mi tierra sino en otra, encontrando detalles tan simples que pueden transformar cada historia en un nueva y colorida aventura. No es mejor ni peor, sino que simplemente, es maravilloso ver que cada rincón del mundo tiene un encanto inigualable que quieres llevarte para siempre contigo. Porque, de alguna forma, cada pisada que uno deja en la arena, es un poco de esencia que uno deja en ese lugar, asimismo, cada lugar nos deja un poco de su esencia en los pasos que iremos dando después.
Un atardecer a las 6 de la mañana, un amanecer a las 8 de la noche. El mundo desde otra perspectiva y los recuerdos que me hacen darme cuenta de todo lo que he viajado hasta llegar acá, hasta coincidir en nueva y bella historia que no voy a olvidar jamás.
El domingo nos fuimos de paseo a la costa mediterránea, a la ciudad de Cartagena, en Murcia, acá en España. No soy mucho de ir a la playa, pero esto de vivir en una ciudad de interior hace que aumente mi necesidad de ver el mar, teniendo en cuenta que nací en una ciudad de costa y la relación que uno establece con el mar es casi de dependencia. Íbamos llegando a la playa de La Manga, a eso de las 6.30 de la mañana. Nos habíamos pasado, nuestra parada era la anterior, pero eso no impidió que fuésemos a dar una vuelta por la playa que había cerca. Nos sentamos en la arena a ver cómo amanecía.
Y fue en este amanecer cuando sucedió algo que nunca había visto antes. Lo que para mí sería un atardecer, ahora era un amanecer. Ante mi mirada sorprendida, el sol aparecía desde el mar y lentamente se iba alzando hacia el cielo, dando la bienvenida a un nuevo día. Creo que alguien me dijo una vez que había en algunos lugares del mundo en que sucedía esto y esas palabras hicieron eco en mi cabeza en ese momento, cuando se cumplía eso que ya me habían dicho. Fue una sensación muy extraña, darme cuenta de que estoy muy lejos, de que no estoy en mi tierra sino en otra, encontrando detalles tan simples que pueden transformar cada historia en un nueva y colorida aventura. No es mejor ni peor, sino que simplemente, es maravilloso ver que cada rincón del mundo tiene un encanto inigualable que quieres llevarte para siempre contigo. Porque, de alguna forma, cada pisada que uno deja en la arena, es un poco de esencia que uno deja en ese lugar, asimismo, cada lugar nos deja un poco de su esencia en los pasos que iremos dando después.
Un atardecer a las 6 de la mañana, un amanecer a las 8 de la noche. El mundo desde otra perspectiva y los recuerdos que me hacen darme cuenta de todo lo que he viajado hasta llegar acá, hasta coincidir en nueva y bella historia que no voy a olvidar jamás.
Fotografía: Playa de La Manga, Cartagena (Murcia). España.
2 comentarios:
debe ser extraño o tú lo haces soñar extraño... le diste ostranenie xD
creo q en Argentina tb pasa
anotaré esa playa en mis destinos, me lo recomiendas????
:O
Amanecer y atardecer!!! No había pensando en eso... Pero en la foto es como si el sol saliese o descendiese... La foto es estática: ambas posibilidades son posibles. Y eso es lo más hermoso.
Saludos :3
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