miércoles, 24 de marzo de 2010

El silencio, una extraña silueta, mi sombra y yo

Cuando abrí los ojos, de repente, todo estaba ya en silencio. El apagón había sido general y solo algunos faroles permanecían encendidos; lo más común, era ver gente caminar con enormes antorchas que iluminaban los destellos del camino. Mi cuerpo estaba mojado: no sé cuánto tiempo había estado tirado sobre ese charco de agua y de mugre. Sentí una enorme explosión que me hizo ponerme de pie de golpe, casi sin pensarlo: entre las grietas, vi esa silueta deforme y luminosa. La gente se echó a correr en la oscuridad. Aquella figura monstruosa se acercaba caminando hacia mí, pude sentir sus pisadas de fuego que dejaban huellas sobre el destruido pavimento.

Volvió la luz a la ciudad y me encontré solo en medio de un estrecho callejón. Estábamos frente a frente; el silencio, una extraña silueta, mi sombra y yo.

1 comentario:

pecas dijo...

Estábamos frente a frente; el silencio, una extraña silueta, mi sombra y yo.

esa extraña silueta,
quizás los miedos