Cuando abrí los ojos, de repente, todo estaba ya en silencio. El apagón había sido general y solo algunos faroles permanecían encendidos; lo más común, era ver gente caminar con enormes antorchas que iluminaban los destellos del camino. Mi cuerpo estaba mojado: no sé cuánto tiempo había estado tirado sobre ese charco de agua y de mugre. Sentí una enorme explosión que me hizo ponerme de pie de golpe, casi sin pensarlo: entre las grietas, vi esa silueta deforme y luminosa. La gente se echó a correr en la oscuridad. Aquella figura monstruosa se acercaba caminando hacia mí, pude sentir sus pisadas de fuego que dejaban huellas sobre el destruido pavimento.
Volvió la luz a la ciudad y me encontré solo en medio de un estrecho callejón. Estábamos frente a frente; el silencio, una extraña silueta, mi sombra y yo.
Volvió la luz a la ciudad y me encontré solo en medio de un estrecho callejón. Estábamos frente a frente; el silencio, una extraña silueta, mi sombra y yo.
1 comentario:
Estábamos frente a frente; el silencio, una extraña silueta, mi sombra y yo.
esa extraña silueta,
quizás los miedos
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