viernes, 3 de enero de 2014

Resumen 2013

El 2013 comenzó con el sabor amargo de un 2012 que dejó mis expectativas por el suelo, al igual que mi ánimo: un año del cual esperé tanto, pero acabó dándome muy pocas cosas de las que esperaba. La medianoche de ese primero de enero tomé la determinación de que notendría expectativas para ese nuevo año y que dejaría que el destino me sorprendiera. Y así comenzó ese festejo de año nuevo con fuegos artificiales en el Puerto y un largo recorrido hacia Belloto, para continuar la celebración hasta temprano: hacía mucho que no me acostaba temprano para esa fecha.

Mis temores se mantenían al ver que, de todos los curriculum que había repartido, ninguno me devolvía la llamada. Pero aún así, emprendimos viaje a Buenos Aires a fines de enero y nos reencontramos con parte de esa civilización europeizada que llegó hasta este continente. ¡Que ciudad tan grandiosa! Me quedo con las caminatas por Corrientes, las pizzas, los callejones casi parisenses y las tardes al sol con 40º C. Cómo no mencionar las canciones del viaje y las fotos miles.

Comenzamos febrero con la ansiedad de que pasaba el tiempo y aún no recibía respuestas de ningún tipo. Fue un mes difícil en cuanto a estado de ánimo, pero que se pasaría entre paseos y salidas: las despedidas se hacían cada vez mas complejas luego de cada paseo. Me llamaron a finales de mes para entrevista en el Liceo Santa Teresa de Valparaíso y esperaron hasta último minuto para confirmar mi puesto: dicha situación me llevó, incluso, a tener una reacción ocular que me tuvo con una pomada y gotas por una semana. Creo que este año me di cuenta que el estrés puede ser mucho más somático de lo que pensé.

Marzo: mes movido. La tradicional junta en Las Cruces con mis amigos sucedió cuando ya comenzaba a trabajar y encontraba todo excelente. Como siempre, se pasó muy bien y tuve tiempo de comentar algunos planes que se veían venir. La decisión de buscar arriendo se hizo cada vez más posible y el 24 de marzo nos instalamos en Valparaíso, a cumplir nuestro sueño de vivir juntos en la ciudad Puerto. A 15 minutos de mi trabajo y en medio de la ciudad que amo, todo perfecto. Y eso que yo no esperaba nada de ti, 2013.

Abril, mes en que el otoño empieza entrar con su oscuridad, niebla sobre los cerros y canciones varias: alumnos que descubren que tienes sus mismos gustos musicales y se entable una relación muy entretenida. Creo que aún no me convenzo de la idea de que estoy viviendo en Valparaíso después de 14 años.

Mayo, frío, oscuridad, niebla, lluvia. El departamento sobrevive a todo: cada vez estamos más felices de vivir ahí, pese a los defectos evidentes del lugar. El amor hace que ciertos detalles pasen por alto.

Junio, me encanta el invierno en Valparaíso: las mañanas frías caminando por Pudeto hacia Salvador Donoso, las construcciones neoclásicas y la humedas en el aire. Subir por Guillermo Rivera en invierno es muy agradable, a diferencia de hacerlo en verano. Al parecer, pese a estar agotado, mis colegas siempre notaron mi buena energía para llegar a trabajar.

Julio, las merecidas vacaciones y un bajón de ánimo bastante fuerte. Creo que los cuestionamientos son necesarios, aunque a veces duelan. Es necesario pensar en reorientar nuestros quehaceres, pero mantenemos la confianza de que veremos luces que nos indiquen el camino a seguir.

Agosto, mes de Kylie Minogue el futurismo del video de Can't Get you out of my head. No sé, ese mes me produce la sensación de ese video. Mes frío, esperando septiembre: si pasamos agosto, sobreviviremos y se vendrá lo mejor. Aunque, aún así, los últimos días de agosto me pilló un resfrío que me tuvo en casa por solo un viernes. Siempre es bueno encontrar excusas para quedarte a disfrutar tu espacio.

Septiembre, el mes en que me da ganas de enviar todo a la punta del cerro. Mes del diplomado en Santiago y nuestras risas constantes ante el cerebro de maní de algunas personas. Varios cuestionamientos respecto a ¿qué hago aquí? Me agradó tener una semana libre, salir al Alejo Barrios a las 11 de la noche y volver como si nada, estando ahí mismo en Valparaíso.

Octubre, recibo el correo de Marcelo Novoa, respondiéndome por unos cuentos que le había enviado hacía como un año atrás. Sorpresa: se viene publicación. Me alegró ese día jueves en que tenía cero ánimo de subir a hacer clases, a pelear con apoderados irresponsables. Comienza el proyecto secreto, los días administrativos y el trabajo en la selección.

Noviembre: firma de contrato, viaje a Santiago al registro de propiedad intelectual, búsqueda de entrada de One Direction para la sobrina de la Eve, otro día administrativo y el inicio de la disminución de horas como ofrecimiento para el año siguiente por parte de mi directora. Lindo, de 32 a 20. Y no hay más. Filo, voy a publicar un libro. Las termitas empiezan a aparecer en el departamento: mierda.

Diciembre. Todo listo, correcciones miles, a la espera de la imprenta. Las termitas nos atacan sin piedad. ¿Qué hacemos? ¡Todo el centro de Valparaíso está igual! Señales, señales... hay que cambiarse sí o sí, no se puede seguir. Buscamos arriendo nuevamente: Quilpué. Contrato firmado el 27 de diciembre (sí, cuando cumplí mis 25) y nos cambiamos el 28. Ni me acordé de que estuve de cumpleaños: el año se me fue volando. Me sentí estafado por un momento, que me había faltado año... pero a las 19.00 horas del 31 de diciembre me di cuenta de que pronto comenzaría algo nuevo. De regreso a Quilpué -y, extrañamente, la decisión me parecía agradable- y con trabajo nuevo para el 2014. Completamente regalón.

En resumen, debo decir que fue un año genial. Ahora a la espera del lanzamiento de "Próximo Destino y otros Relatos de XS 200" por la Editorial Puerto de Escape, cuya fecha será el 16 de enero a las 20.00 hrs en el Castillo Wulff de Viña del Mar. 2014, allá vamos por ti.

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