domingo, 26 de octubre de 2008

Mi deseo electoral

Suena el despertador a las 9.30 de la mañana y el sol ya entra por mi ventana: es día domingo y no son muchas las ganas que tengo de levantarme tan temprano. Apago la alarma y me doy vuelta, esperando seguir durmiendo, pero oigo voces desde el living de mi casa: el movimiento ya ha comenzando y no podré seguir durmiendo ya que en cualquier momento vendrán a decirme que ya es la hora.

Al fin y al cabo, de nada servía levantarse tan temprano si no tomas tu lugar en la ducha; la excusa del desayuno no es muy productiva a la larga, cuando te dan casi las 11 de la mañana y todavía esperas. Finalmente -y en una situación que pocas veces se produce- me demoro menos de 10 minutos en la ducha y en algo así como 3 minutos ya estoy vestido, esperando que baje mi madre del segundo piso para partir.

Hace calor: el anuncio de un día nublado falló otra vez. Salimos los 5 a esperar locomoción colectiva, pero nos encontramos con la sorpresa de que lo poco que pasaba a esa hora estaba ya lleno. ¿Colectivos? Llenos. ¿Una micro? Repleta. La solución mesiánica de mi padre que anuncia que irá en busca del auto; 3 minutos después nos subíamos al vehículo de color rojo (rojo puto, según llaman algunos) para partir hacia el centro de un lugar llamado Quilpué.

Una ciudad colapsada llena de carabineros y calles cortadas. La puerta dice "mesas 99 - 132". Sonrío: estoy en la 131. Veo uno que otro anuncio, busco el lugar y me encuentro con una inmesa fila que a poco me hace creer que el segundo piso va a colapsar. Son las 11.40 cuando soy el último de una enorme fila. Sigue llegando gente, son las 12 y lo que he avanzado es considerable: faltan 2 vueltas más. Son las 12.30 y al fin veo la mesa de vocales que me entregan el bendito papel que expresará mi primera decisión cívica que, a la larga, ¿servirá de algo?. Entro en la "cámara secreta" -que en realidad debe estar llena de cámaras a través de las cuales identifican tu postura- y marco mi elección: 15 segundos, con suerte. Voy a la urna y deposito mi voto: ¿alguien me va a tomar una foto? No, no soy de farándula... ok.

Y al final, cumplí mi mayor deseo electoral: acabé muerto de la risa y de calor, comiendo grissines que me recuerdan la primera vez que vi eso de votar, como a las 6 o 7 años.

3 comentarios:

[...LoOnY...] dijo...

y gano tu candidato? ah no.. gano viñambres jajaja... bah a mi tampoco me gustaba... vote por susana soto, y qué! jaja
a ver si pa las presidenciales le achuntamos ahora si...

Emilio dijo...

Después de una larga ausencia, he vuelto!! Aunque quizás no sea por mucho. Estamos en noviembre, ahora dejo de tener vida oficialmente.

¿Y por quién votaste?

El próximo año me toca votar a mí... al fin seré un ciudadano. xD

Saludos!

Anónimo dijo...

grande hermes gutierrez!