domingo, 26 de agosto de 2007

Simplemente... no sé

Hacía tiempo que no me volvía a pasar esto, en que me levantaba todos los días y sólo pasaba por mi cabeza una frase más o menos conocida: “no sé”. Primero, dándote cuenta del frío y del sueño que tienes cuando te levantas a las 6 de la mañana, a veces pensando que sería mejor quedarse durmiendo un rato más. Luego que pasa un poco más de tiempo y ya te estás duchando, entonces vuelves al principio de todo, o al menos lo intentas, y vuelvas a darte cuenta de, en realidad, no sabes lo que está ocurriendo, qué te pasa. Tal vez lo sabes, pero no quieres demostrarlo, y entonces te escudas en silencio eterno, actitudes extrañas, miradas un tanto perdidas, e intentos de sonrisas permanentes para contagiarte de buena vibra, tal vez proyectar energía y recibirla de regreso.

Hacía tiempo que no escribía aquí, tal vez porque el estudio se lleva casi todo mi día, o simplemente, porque no tenía tema de qué hablar. Varias personas me habían comentado que me encontraban extraño, como que el inicio del segundo semestre me había hecho llegar como deprimido. Tal vez mucho descanso y olvido de todo el mundo ahora se contrarrestaba con regresar al trabajo del estudiante que a veces se aburre. No era eso lo que me tenía triste, y yo lo sabía y lo sigo sabiendo. Pero es mejor olvidarlo, porque ya no tiene caso seguir pensándolo, no sirve de mucho.

Sonreír siempre, pues eso sirve para alegrarse de la propia belleza que uno puede proyectar –soy un convencido de que la sonrisa puede hacer bello hasta a quien no proyecte belleza física. Vivir cada momento y aprender a reírse de uno mismo, pues el humor nos sirve para ver la vida de una mejor forma. Hay dos opciones: intentar ser feliz o echarse todo el día sobre el propio lecho a llorar tu supuesta desdicha. He tomado ambas opciones dependiendo del momento, y hace poco había tomado la última. Pero luego me puse a pensar que estaba perdiendo momentos importantes de mi vida, que tal vez la gente se espantaba de mí porque yo mismo quería que se fueran. Pese a que creo que todos los cuestionamientos son válidos y que deben hacerse, también me doy cuenta que más valen los hechos “en acto”, lo concreto, un intento vale más que perder en un juego, pues ya sabes lo que ocurrió y no te quedas para toda la vida pensando en el “¿qué hubiera sido sí”… what if. Ahora pretendo sonreír y aceptar las cosas buenas que se vengan, pues, de seguro, vienen, o eso espero. Las semillas darán fruto en algún momento.

No sé. A veces me cuestiono si mi camino está bien, si realmente elegí el correcto. A veces me dan ganas de abandonar todo y hacer un cambio drástico en mi vida, olvidarme de mis sueños y convertirme en un ser inerte. Pero al segundo ocurre algo que me hace dar cuenta de que no debo hacerlo, de que los cambios puedo controlarlos sin destruirme, sin que mis sueños dejen de ser los motores de mi existencia. Entonces vuelvo a tener la esperanza de que he elegido bien, de que mis sueños se manifiestan “en mi piel”, y eso me da ánimo para lanzarme a correr.

No sé. ¿Por qué volveré a dudar de todo? A veces es bueno, pero no lo es exagerar. ¿Por qué volveré a llorar? Mi alma necesita hablar. ¿Por qué volveré a reír y a enamorarme de la vida? El instinto de vivir, de que todo tiene solución, de que es una bendición estar aquí, de que todavía hay gente a quien querer, a quien confiar, con quienes tener una hermandad.


Saludos!


kinkan ®
http://fotolog.com/kinkan

1 comentario:

Anónimo dijo...

a veces no pensar tanto es weno
eso,vive.-
xaw