domingo, 23 de marzo de 2014

Aspiraciones expansionistas

Lo habían conducido caminando descalzo por varios kilómetros hasta encontrarse con la ribera pantanosa de aquel río temido por todos. Las puntas de las lanzas amenazaban con clavarse en su ropa hecha harapos producto del trayecto, mientras observaba los ríos de lava que descendían abundamente desde el cerro. Sabía que el agua era un lugar siniestro: ya había visto a varios ser comidos por seres extraños que jamás creyó que existirían. Sus pies, amarrados por los tobillos, tocaron la orilla y la frialdad del agua le estremeció. 

- Ya es hora.

La sentencia ya estaba hecha. Las lanzas se acercaron peligrosamente hasta obligarlo a avanzar. En un parpadeo cayó en el lecho de un río cuya profundidad no habían logrado determinar. Lo vieron desaparecer en el acto, a la espera de una señal de su muerte. Una mancha de sangre sacó los aplausos de los asistentes que, dando disparos al cielo, celebraban la captura de uno más de esos seres que venían de galaxias lejanas a apoderarse de sus recursos. 

Cuando se alejaban, observaron un ser -parecido a un dragón- que llevaba en sus dientes los restos de algo que parecían ser los ensangrentados pies de eso que, en algún momento, había sido otro terrícola con aspiraciones expansionistas.


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