miércoles, 18 de julio de 2007

Divagando

No sé si será efecto de estar 3 días encerrado en mi casa, sin poder salir por varios motivos: primero, por no encontrar con quién salir y, segundo, porque aún me encuentro un poco resfriado. Ocurre que en un momento del día me sentía demasiado extraño, hasta pensé que se repetían los sucesos del año pasado, pero esta vez me sentía demasiado, por así decirlo, “neutro”, como que mi estado de ánimo no era de alegría ni de tristeza. Fue una sensación extraña, la que me hizo quedar al menos un minuto mirando la pared que queda detrás del escritorio en el que me pongo a escribir mis historias y poesías, donde cuento un poco de mi vida, tal vez quería buscar en la pared ese temor que estoy sintiendo, sin saber por qué ni a qué. Creo que todos los días nos pasa, sobre todo cuando nos damos cuenta que cada día tiene un momento mágico y a veces perdemos el tiempo y se nos pasa, otras veces perdemos el tiempo esperándolo sentados, cuando en realidad debiésemos salir a buscarlo.

El otro día estuve leyendo un libro que hacía tiempo que tenía sobre el escritorio para hacerme presión sicológica y que, finalmente, me diera el tiempo de comenzar a leer su historia, su mensaje: “A Orillas del Río Piedra me senté y lloré” de Paulo Coehlo. Siempre aprendo cosas de sus escritos, y esta vez aprendí que cada día tiene un momento mágico, tal vez, en mi día, el momento mágico haya sido el haberme sentado a escribir el cuento que no pude concluir ayer por falta de inspiración, aunque, viendo las horas, fue como si me hubiese tardado un día entero en escribirlo. Hasta el momento ha sido lo que me ha llamado más la atención, y creo que cada día es necesario ver, con alegría, que los milagros más sorprendentes del universo ocurren a nuestro lado, de hecho, nosotros mismos somos un milagro, el hecho de poder decir lo que pensamos, de poder despertarnos cada mañana y respirar, ver un nuevo día para hacer nuevas cosas.

Aún así, sabiendo esto, no pude evitar sentirme “extraño”. A veces pienso que he perdido una característica mía que, hace un año, me agradaba, sobre todo al momento de leer mis propios escritos, esa característica era el constante existencialismo, el constante cuestionamiento de mi vida, de los caminos, y de todas las cosas que me estaban ocurriendo. Será un asunto de edad, o de que el mundo ha cambiado un poco, el entorno en el que me muevo ya no es el de un uniforme y una corbata ni el de un corte de pelo ni presentación personal por lo que todo adolescente pretende luchar, busca liberación. Aún así, creo que todavía soy un poco prisionero de mis pensamientos, que a veces me invaden sin control. Cuestionar mi entorno a veces me hace mal, pero me sirve para reconocer las cosas que tengo y las que aún debo trabajar por obtener, como por ejemplo, un mano que con su ternura también me acaricie el alma. El error es buscarla, el error es sentirse triste por no tenerla, por pensar que se convierte en un castigo el hecho de estar relativamente solo.

Carencia creativa… ¿exceso de frío, agotamiento, o a veces un indicio de que debemos tomar otro camino? Tal vez el destino se aburrirá de uno en algún momento, o al menos en eso debo estar equivocado al 100%, espero. Hay algo que todavía no logra aburrirme, y es pensar que el destino está en nuestras manos. Me deprime pensar que entristecerse es perder el tiempo que podrías pasar alegre, pero a veces es bueno pensar las cosas… como siempre digo.


Saludos!


kinkan ®
http://fotolog.com/kinkan

1 comentario:

Coarsi dijo...

SIII!!!

soy la primera...genia!!!!!

oie me encanto lo q escribite!!!

parce qpasado el tiempo escribes mejore cosas!!


oie no estuvo en mismanos salir el jueves pero ya sabes q paso !!

asi q me disculpo !!!

tu sabes q yo pudiendo siempre voy!!

pero ya sabe q el sabado es nuestro para peyear!!

jajaja


besos

cuidate


tqm


ees solido!!!!!