domingo, 23 de noviembre de 2014

Amar

Me da nostalgia pensar que hasta hace algún tiempo, dedicaba muchas horas a dejar mis pensamientos plasmados en este espacio. Es inevitable sentir que el tiempo se no hace nada y que no te das ni cuenta cuando estás otro domingo en la noche preparando la semana. Pero hay una cosa que tengo muy clara: que escriba menos no implica, de ninguna forma, que me guste menos hacerlo; muy por el contrario, cuando puedo hacerlo se disfruta demasiado. Veo con cierto pesar que la última nota que había publicado era el 6 de noviembre y hoy ya observo lo poco que queda para decirle adiós a noviembre. 

Han pasado varias cosas. Hace ya poco más de una semana que fuimos violentamente asaltados mientras caminábamos de regreso a casa. Fue una experiencia bastante traumática y que recuerdo con cierto dolor: nunca voy a entender la rabia y el resentimiento de ciertas personas hacia otros, ni la forma agresiva con que intentan despojarte de cosas que te has ganado con tu esfuerzo. Sin ánimos de recordar aquel episodio, me quedo con la sensación de haber sido bendecido con los no sé cuántos ángeles que salieron a defendernos, que recuperaron nuestras cosas y que llamaron a carabineros para detener a estos individuos en menos de diez minutos. Espero no tener que contarlo de nuevo, pero luego de varias horas de declarar, ahora espero que Dios haga justicia y estos personajes sean castigados como corresponde, pero eso ya no está en nuestras manos.

Pero, lejos, lo mejor ha sido lo que vino después. Martes 18 de noviembre a las 11.35 hrs en el Registro Civil de Villa Alemana quedan plasmadas nuestras firmas en que decidimos constituirnos como una familia ante el estado y la sociedad. Llegó ese momento que todos esperamos por mucho y que nos tiene con una gran sonrisa. No puedo creer que a mis 25 años estoy felizmente casado con una mujer maravillosa con la cual quiero pasar toda mi vida: una mujer con quien puedo compartir cada locura, cada momento. No tengo palabras para expresar lo profundamente agradecido que estoy de la vida por reunirnos, por hacernos crear este proyecto y por regalarnos esa sonrisa cada mañana. 

La adultez llega rápido, lo importante es nunca dejar de ver la vida con ojos de niño. Todo es maravilloso si permites que así sea. De ahora en adelante, sé que tenemos tantos proyectos que me motivan: cuando empiezas a amar la vida, te das cuenta que la vida también te ama. Nunca hay que olvidarse de cada uno de esos detalles cotidianos en los cuales se encuentra la felicidad.

1 comentario:

Nobody dijo...


Es extraño que el Cristian que yo conocí hace más de 4 años ahora esté casado. Me da mucho gusto que hayas encontrado el amor :)