sábado, 20 de septiembre de 2008

Compilado dieciochero

Y continuando con la inspiración al estilo periodista de algún diario no tan serio es que llega el resumen de lo que fue mi celebración de estas festividades tan chilenas: algo así como lo único realmente chileno que hago, situación que creo se repite en la gran mayoría de los habitantes de este largo y angosto país. Cómo olvidar su visita a las ramadas de la mano de la mamá con ese olor a pino y millones de personas -que no tienes idea de dónde aparecen- caminan dando vueltas y levantando polvo, cómo olvidar esa época en que con tan sólo $100 uno creía que tenía el mundo a sus pies, cómo olvidar ese olor a perro asado… perdón, anticuchos de la calle que la gente come con tanta demencia confiando en la sonrisa del vendedor y, claro, como olvidar el típico borrachito dando vueltas en torno a una botella mientras todo el mundo se ríe de su borrachera: al menos, por un segundo, es un personaje famoso digno de aparecer en programas de farándula.

Para comenzar, las infaltables empanadas de pino se vieron acompañadas de su asadito loco y su ración controlada de alcohol. Aunque sea increíble, pero es cierto: durante el 18 y 19 fue bastante poco lo que bebí en comparación con el año pasado. Será porque la ingesta de alcohol se adelantó un fin de semana con sus respectivas consecuencias fotosensibles… La semana de vacaciones que todos tuvieron se convirtió en 2 días de actividades académicas normales para mí: no seré tan llorón, puesto que tampoco fue tan normal… el ambiente dieciochero les afecta a todos y nadie quiere siquiera tomar un libro.

La conmemoración de la primera junta de gobierno me vio en un Olmué nuboso con escasos claros de sol que entibiaban suavemente el ambiente: Fonda Pizarro’s y Cia. Ltda. Un día muy grato en compañía de amigos: comida chilena, juegos chilenos y música de todos los estilos. También hubo piscina y un momento para pensar en que quedan pocos meses para el verano y hay mucho por hacer (jajaja). Infaltable vaso de chicha, un poco de vino y su ración de ron cola a eso de la medianoche.

Día siguiente, o sea, 19 de septiembre, llego a mi casa a mediodía a almorzar. Duermo casi toda la tarde para volver a salir en la noche. ¿Alguien se acordó de que tengo prueba el lunes que viene? A eso de las 9 salgo a esperar la micro, no pasa, me voy en colectivo, me bajo en la estación del metro de Quilpué y ocurre lo impensable: de la nada, por obra y gracia de algún espíritu demoniaco obeso y obsesivo es que me ataca un perro. Así es, a partir de ese momento es que me uno a la comunidad de gente que en algún momento ha sido atacado por un can callejero sin siquiera motivos de la bestia. Me dolió, me asusté, llamé a mi mamá: al parecer fue mucha exageración de mi parte. La gente me mira con caras estúpidas: ningún imbécil se acerca a preguntarme si me estaba desangrando o si acaso debían llamar a una funeraria. Me subo al metro y llego a Viña para ir a algún lugar junto al Seba y a Trini. Destinos que nadie sabía hasta que nos subimos a una rueda de las ramadas del Sporting para gritar hasta que casi nos daba sueño. Vueltas por la ciudad jardín adormecido por el carrete del día anterior para acabar bebiendo Absolut en el depto de Trini.

Lejos, lo más freak de mi compilado dieciochero, no es el haber visto a un borrachito bailando en torno a la botella ni haber bebido mucho menos de lo esperado: es algo mucho más metafísico y es el ataque de la bestia demoniaca obesa y obsesiva sin motivos aparentes. Pero son cosas que suceden… get ready for partying at new year!

1 comentario:

Live For Words dijo...

hooolaaaaaaaaaaaaa mi nombre es Daniela... te postié hace muuucho tiempo preguntandote sobre tu carrera, creo que incluso me mandaste un mail (te acuerdas que te puse que no te asustaras? jajaja) bueno, quería pedirte si me puedes agregar a msn porfa, necesito conversar con alguien de castellano. Aquí va:

liveforwords@hotmail.com (sí, igual que mi blog)

porfa agregame en cuanto veas esto. Saludos y gracias. Daniela.