miércoles, 31 de diciembre de 2014

Adiós 2014

Así de rápido siento que nos deja este 2014, un año acelerado que no podríamos señalar como un año fácil. A nivel personal, no lo consideré un mal año, pero creo que pudo haber sido mucho mejor.

Trabajo nuevo, ciudad nueva y muchas cosas que me dejaron satisfecho: creo haber encontrado un lugar en el cual me siento a gusto, al fin. Aprendí muchas cosas y también me di cuenta -en realidad, recordé- que sigue vivo el miedo a alejarme totalmente de lo que en realidad quiero ser. No he perdido la fe en que ese momento será muy pronto.

Termino el año casado y feliz, con proyecto locos y muchas ilusiones que espero den fruto. Aprendí que la vida es frágil y que la calle tiene riesgos, pero que cuando Dios está de tu lado siempre vas a salir ganando.

Por sobre todo, tengo muchos sueños y gente genial que he conocido. El 2015 se vendrá loco e inquieto con muchas sorpresas que nos sacarán sonrisas. Alegría, felicidad, amor.

Feliz 2015.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Llegó diciembre

En un abrir y cerrar de ojos ya estamos en el duodécimo mes del año, es decir, el último. Doces meses que han estado llenos de una serie de acontecimientos que han marcado nuestras existencias, de eso estoy seguro. Pero creo que es primer año en el que siento, realmente, qu me estafaron. Siento que alguien vino en algún momento y me robó algunos días: es como que todavía "no puede" ser diciembre. ¿Por qué el tiempo se ha pasado tan rápido? ¿Acaso es cierto eso de que la vida adulta se hace tan acelerada que vemos pasar los días y no podemos hacer nada por impedirlo? La sensación de que no hay tiempo, de cabeza en el trabajo, mientras los bellos atardeceres pasan desapercibidos. Afortunadamente, aún no he dejado de darle importancia a lo que realmente vale: la vida misma.

Queda poco más de un mes para mi matrimonio religioso y tampoco puedo creer que ya hayan pasado los ocho meses desde el compromiso. Me cuesta creer que ya soy un hombre legal y felizmente casado, queriendo crear un proyecto de vida que día a día va tomando más fuerza. Tengo cada día más ilusiones y quizás ese sea el motivo de que tenga tanta ansiedad (últimamente he comido demasiado, espero no haber subido de peso o no entraré en el traje de novio). Anhelo mis vacaciones y sueño tener certidumbre del futuro, pero creo que nadie la tiene. Probablemente, eso sea bueno. La vida es una sorpresa.

Pienso en las etapas que acaban y las que están por comenzar. Pienso en los sueños y proyectos: toda la energía y buenas vibras que invertiré en cada nueva idea.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Cristales rotos

Miradas congeladas tras el vidrio:
lo que se ve, solo es ficticio.
Millones por segundo
los sonidos van y vienen confundidos,
se revuelcan en el agua
se convierte en fantasma esquivos;
atrapados en el tiempo,
encerrados entre pedazos de vidrio.

Líneas negras y difusas que me impiden ver,
cuentan los meses que se han ido volando,
ahora vuelan las ropas que colgaban de los balcones
y los cuerpos bailan desnudos en el atardecer.
Las luces encandilan las pisadas
y las huellas derriten el cemento:
tiemblan las esculturas congeladas,
se deshacen las nubes almidonadas.

Zigzageamos a la deriva:
nadie sabe, nadie siente, nadie ve.
Las historias se truncan en cero:
cristales rotos dificultan al caminar. 


martes, 25 de noviembre de 2014

Vuelvo

Siento nostalgia de Valparaíso y por más que pasa el tiempo, es algo con lo cual no puedo lidiar. No sé qué es lo que tiene esa ciudad, mi lugar natal, que me hace sentir tan ligado a sus calles, a sus historias, a sus paisajes confusos. Extraño esos atardeceres coloridos que observaba a través de la ventana y las veces en que, casi ilegalmente, caminamos por el techo para observar la ciudad desde su corazón. Extraño ese ruido, esa inquietud en el aire, esa humedad. A veces cierro los ojos y nuevamente me veo caminando por aquel departamento y me pierdo en las luces de los cerros. Vuelvo a la subida Ecuador a comprar empanadas de champiñón queso en "A destajo", vuelvo, incluso, a escuchar las voces de algunos alumnos queridos que quedaron en el Santa Teresa. 

Es cierto. Laboralmente no fueron mis mejores momentos y actualmente no tengo nada de qué quejarme: sería de mal agradecido. Mi vida personal es espectacular, pero no logro superar el dolor que me significó poder vivir uno de mis grandes sueños y tener que dejarlo. Sé que todo tiene un motivo y que en algún momento se entiende, pero no entiendo por qué Valparaíso quiso alejarme. Siento una fuerza interna que me hace querer volver y que, en gran medida, no me hace perder las esperanzas de que podré volver a dormir en su regazo, a embriagarme con esa ansiedad que se respira en el aire.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Amar

Me da nostalgia pensar que hasta hace algún tiempo, dedicaba muchas horas a dejar mis pensamientos plasmados en este espacio. Es inevitable sentir que el tiempo se no hace nada y que no te das ni cuenta cuando estás otro domingo en la noche preparando la semana. Pero hay una cosa que tengo muy clara: que escriba menos no implica, de ninguna forma, que me guste menos hacerlo; muy por el contrario, cuando puedo hacerlo se disfruta demasiado. Veo con cierto pesar que la última nota que había publicado era el 6 de noviembre y hoy ya observo lo poco que queda para decirle adiós a noviembre. 

Han pasado varias cosas. Hace ya poco más de una semana que fuimos violentamente asaltados mientras caminábamos de regreso a casa. Fue una experiencia bastante traumática y que recuerdo con cierto dolor: nunca voy a entender la rabia y el resentimiento de ciertas personas hacia otros, ni la forma agresiva con que intentan despojarte de cosas que te has ganado con tu esfuerzo. Sin ánimos de recordar aquel episodio, me quedo con la sensación de haber sido bendecido con los no sé cuántos ángeles que salieron a defendernos, que recuperaron nuestras cosas y que llamaron a carabineros para detener a estos individuos en menos de diez minutos. Espero no tener que contarlo de nuevo, pero luego de varias horas de declarar, ahora espero que Dios haga justicia y estos personajes sean castigados como corresponde, pero eso ya no está en nuestras manos.

Pero, lejos, lo mejor ha sido lo que vino después. Martes 18 de noviembre a las 11.35 hrs en el Registro Civil de Villa Alemana quedan plasmadas nuestras firmas en que decidimos constituirnos como una familia ante el estado y la sociedad. Llegó ese momento que todos esperamos por mucho y que nos tiene con una gran sonrisa. No puedo creer que a mis 25 años estoy felizmente casado con una mujer maravillosa con la cual quiero pasar toda mi vida: una mujer con quien puedo compartir cada locura, cada momento. No tengo palabras para expresar lo profundamente agradecido que estoy de la vida por reunirnos, por hacernos crear este proyecto y por regalarnos esa sonrisa cada mañana. 

La adultez llega rápido, lo importante es nunca dejar de ver la vida con ojos de niño. Todo es maravilloso si permites que así sea. De ahora en adelante, sé que tenemos tantos proyectos que me motivan: cuando empiezas a amar la vida, te das cuenta que la vida también te ama. Nunca hay que olvidarse de cada uno de esos detalles cotidianos en los cuales se encuentra la felicidad.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Confesiones

No sé guardar silencio
y reviento por seguir hablando,
no me importa si estás de acuerdo con lo que estoy pensando.
No sé mentir,
soy demasiado inocente:
ni siquiera hago el intento.
No sé de números ni de fórmulas:
la velocidad es una mezcla extraña
y se me confunden los sentimientos.

Escribo titubeando cada sílaba,
deletreo cada palabra antes de pensar.
Mis pensamientos definen mi existencia,
hago lo que creo,
pienso luego existo.

No hablo de mentiras:
no me creo poeta,
ni escribiente,
ni profeta.

Sí, sueño cambiar el mundo
y convertirlo en un lugar mejor.
Creo en el juego,
en las fantasías,
en ese futuro que vamos a construir.

Creo en los múltiples lenguajes.

No soy más inteligente que tú.


Fotografía: Parque Forestal, Santiago, Región Metropolitana.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Sonrisas

Sonrío de saberte cerca al despertar
Y de mirarnos cada amanecer,
Soñamos esos mundos nuevos
En que nuestro abrazo es el refugio anhelado;
Si pasan pocas horas ya te extraño,
Te amo con locura,
Te amo a cada instante que se nos escapa.

Cuatro sonrisas y primaveras,
Cuatro canciones compuestas.
Quédate a ser musa de mis fantasías,
Quiero ser esa sonrisa que lleves cada día.

Sonrío al ver el tiempo que ha pasado,
Sonrío de nuestra historia y de todo lo que hemos creado.
De nuestras historias salidas de un libro de maravillas,
De lo que vemos, de lo que hablamos,
De ese camino que ya hemos avanzado.

Sonrío por tu rostro de muñeca graciosa,
Sonrío por tu ternura, por dormir en tu regazo,
Sonrío por saberte a mi lado,
Sonrío por saber que esto recién está empezando.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Inerte

Ellos duermen el el asiento,
sus ronquidos ya me duermen también.
Nadie escucha lo que hablo
y a veces, yo tampoco quiero saber
eso que se escribe de pronto,
eso que se escapa de mi mente,
eso que ya pronto va a desaparecer.
Espero no sé qué,
intento observar el cielo:
sé que estoy atrapado aquí en el tiempo.
Quisiera salir corriendo,
golpearlos en la cara,
decir tantas cosas que no puedo;
sé que pronto encontraré el momento.

Palabras que se escriben en el aire
mi voz se confunde, se dobla y tiembla.
Pizarras en blanco
y mi mente, meditando,
busco en corazones enmudecidos,
busco en un tiempo congelado,
sé que de pronto solo soy un payaso:
de aquí yo me marcho,
lejos de esta gente inerte.

Si pudieras escuchar más allá de tus audífonos,
si abrieras los ojos y pensaras,
todo sería diferente.
Si quisieras ver el mundo que te rodea,
si creyeras en todo lo que te digo,
podrías llegar muy lejos.
Pero te detienes, inerte,
te detienes, y no quieres.

Ellos me observan con una carcajada
como si estuviésemos en un nuevo show.
Tantas estupideces, tantas mentes dormidas,
a veces yo también querría quedarme durmiendo.
Ya no sé si me interesa demasiado
donde sus pensamientos anden rondando,
solo quisiera que supieran
de ese mundo que está cerca,
de ese mundo se acerca acelerado.
Solo quisiera que pudieran entender
todo el tiempo que se las va de las manos
en acciones sin sentido,
en vidas que se van a perder.

No sé cuándo estaré lejos,
no sé si aguantaré mucho tiempo,
no sé si me esfumaré como un recuerdo.
No sé si se cumplirán tantos sueños
que de mi mano se perdieron,
no sé si es que acaso es correcto
que acabe diciendo todo esto.

martes, 14 de octubre de 2014

Sincero

Estoy inquieto, vivo preso de mis sueños,
vivo en ese mundo del silencio,
me cuentan tantas cosas
pero pocas me las creo.
Estoy despierto, no sé si entiendo,
de pronto veo cosas
y sin darme cuenta, me pierdo,
situaciones tan confusas
que me encuentran riendo,
en las noches me despierto
y en las mañanas quisiera seguir durmiendo.

Miro hacia el cielo,
me confundo entre las nubes,
pensamientos que de pronto me tornan tan siniestro.
Me devuelvo,
las huellas congeladas se evaporan en el cemento
y mi figura obnubilada se desarma,
convertida en un simple invento,
una sola imaginación,
una palabra que se olvida
con el viento que gira y gira...
mi alma es escapa del cuerpo,
mi mente se confunde de juego.

Recibo mil llamadas y no atiendo,
me buscan por mi nombre y no contesto.
Sé que busco, sé que encuentro,
sé que me confundo, sé que acierto.
Busco excusas,
pierdo tiempo,
se me acaban las ganas de ser sincero.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Rumbo

En el silencio de la inquietud cierro los ojos. Pienso en el más allá y lo que está aquí, tan cercano. Las luces de la noche se extienden en un horizonte infinito y mis palabras se confunden con un ritmo que me lleva lejos. Siento que vuelo, siento que soy de vapor, siento que corro por callejones ancestrales, siento que ya conozco esta historia. Siento que soy parte de un mundo lejano y que volví a nacer, que volví a creer, que fui el nacimiento de un nuevo sueño. Cierro los ojos y me lanzo desde la altura, recorro la ciudad, recorro un nuevo lenguaje que de alguna forma también me es propio. Siento la brisa del mar a la distancia, siento el aire, siento el temor, siento que todo comienza a dar vueltas al momento en que todo podría colapsar sin ninguna otra explicación más que el deseo de dejarte llevar. 

Y, después de todo, las palabras son las que me llevan, el rumbo ya está trazado.


Fotografía: Passeig De Gracia, Barcelona, Catalunya, España (febrero 2010)

viernes, 3 de octubre de 2014

Agotamiento mental

Llegó el décimo mes del calendario y estoy ansioso porque se acabe pronto este 2014. No es que haya sido malo, pero admito que estoy en esos momentos en que ya me tiene completamente chato. Especialmente en relación a los últimos acontecimientos relacionados con lo laboral. Tanto trabajo para recibir tan poca plata es uno de esos aspectos, pero, además, tantos cachos -sí, es la verdad- de gente desequilibrada con la que tienes que tratar de hacer algo, mientras su paranoia les hace creer que estás completamente en contra de ellos. Aunque, al fin de cuentas, las enemistades se ganan fácilmente y con actitudes completamente enfermas como las que mantienen, claramente que dan ganas de golpearlos.

Si bien, cuento el calendario para que acabe, también me da miedo que avance demasiado el tiempo, pues estoy esperando algo personal que es un verdadero cambio de estado. Cuático. No me imaginé que llegaría este momento tan rápido; la adultez nos golpea de pronto y el reloj sigue avanzando. Noviembre espera y apremia, al mismo tiempo. El tiempo pasa tan rápido y a veces me deprime saber que, antiguamente, me motivaba recibir dinero a fin de mes y ahora es como nada. No digo que me cargue el dinero -sería una mentira increíble- pero como que... no sé. Sigo en busca de algo diferente. Parece que estoy aguantando demasiado tiempo dentro de esto que, claramente, no me agrada. 

Necesito pensar en terapias para escapar, pero a veces me falta el tiempo. Agotamiento mental, destrucción total de mi psiquis. Quiero vacaciones.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Siento

Y en medio de la fiesta me detengo,
mis pies saltan de dos en dos,
de tres en tres
y el conteo de las sílabas se confunde
entre los vasos de vino arrojados al azar,
manchas etéreas flotan en el aire
y las miradas se confunden de color.

Nadie sabe lo que pasa,
un, dos, tres,
nadie sabe lo que pienso,
cuatro, cinco, seis,
nadie sabe cuándo caerá la nieve,
siete, ocho, nueve,
diez, once, doce... explode!

Siento que comienzo a correr,
que mis pies se pierden del pavimento,
que mis brazos se confunden en el vuelo.
Siento que comienzo a correr,
que me pierdo sin saber por qué,
que no sé dónde voy a caer. 


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Seres que roban energía

Recuerdo que alguna vez leí un libro que hablaba de los seres de luz, de los ángeles y de los demonios. Esta última palabra suele ser asociada a algo maléfico y diabólico, cuando en realidad puede ser algo completamente cotidiano. Muchos discuten si la maldad es natural al ser humano o si la sociedad es quien inculca este deseo, sin llegar nunca a un completo acuerdo. Personalmente, no me cuestiono el origen, si no cómo somos capaces de evaluar si eso produce o no algún daño: lo que mueve al ser humano es el deseo de algo, de manera natural, sin tener el prejuicio si produce bien o mal, conceptos que han sido establecidos por consenso y, aún así, presentan muchas dudas.

Me interesa el tema de los demonios, pero para ello, hay que comenzar por los ángeles. Los ángeles son seres bondadosos que suelen ser entendidos como un guardián o protector. No se necesita ser un vidente para percibir que en ciertos momentos existen fuerzas ajenas al ser humano que le brindan apoyo... o al menos yo suele sentirlas. No necesariamente tienen alas ni son mágicos: se trata de personas que mediante un consejo acertado, logran colaborar con alguien. Sin embargo, ese mismo ángel puede convertirse en un demonio sin saberlo y, muchas veces, de manera inconciente. Así como podemos asesorar a alguien para que haga el bien, nuestro libre albedrío nos permite conducir a alguien al mal. 

Por otra parte, me cuestiono por qué hay gente que, simplemente, podemos considerar mala. "Mala de adentro", que disfruta del mal... gente que, en realidad, solo busca provocar daño. ¿De dónde aparecen? Suelen acercarse al identificar una víctima débil que, muchas veces, no está en su mejor momento. Una vez que se quedan, es muy difícil librarse de ellos, pues se pegan como si fueran verdaderos parásitos que roban la energía... a veces de manera radical. Suelen disfrazarse de simpatía, para luego no perdonar. Seres que suelen causar conflictos con tus cercanos para hacerte creer que son la única solución, llevándote casi a un secuestro. Lo que me causa más duda es el motivo de este robo de energía, puesto que tampoco suelen mejorar luego de esta adquisición de energía.

Me he dado cuenta que he tenido personas de esas características alrededor de mí y, afortunadamente, se han ido. ¿Qué buscan? ¿Por qué aparecen? ¿Serán seres de otros lugares? ¿Serán fuerzas externas? Mis cuestionamientos son muchos y aún no encuentro una respuesta clara.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Mitad de septiembre

Siempre se ha dicho que el año acaba en septiembre, pese a que es evidente que aún queda bastante tiempo hasta los fuegos artificiales que dan origen al nuevo año. Sin embargo, a nivel funcional, cada vez siento que el año se me hace más corto: parece que esto de la vida de adulto hace que, efectivamente, los minutos vayan más rápido, o bien, tenemos demasiadas cosas que hacer y nuestro día se hace nada. Es extraño ver que ya estamos en el día 15, es decir, exactamente en la mitad de estos treinta días que prometen pasar volando. 

Afortunadamente, tengo la semana libre por completo debido a las recuperaciones que tendremos. El tema es que al regresar ya será 22... en un parpadeo se habrá ido el mes de la patria y comienzan tantos otros preparativos personales que me inquietan. Se acercan las vacaciones y un cambio importantísimo en mi vida. Si bien, marzo siempre ma hace desear las vacaciones del próximo verano, me parece inquietante que el tiempo se me esté haciendo tan corto. Pienso en que debo escribir, continuar con mis proyectos literarios a la espera de que algún día sea ese mi exclusivo trabajo. 

Solía hacer predicciones respecto a lo que sucedería después, pero no me animo en estos momentos.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

¿Terrorismo?

Recuerdo que hace algunos años- bastantes, en realidad, pues fue en el año 2005- reflexionábamos en clases de historia respecto a las distintas amenazas internas que podía tener un estado y cómo esto podía poner en riesgo el orden público y la integridad de las personas. En ese sentido, recuerdo que divagamos respecto a si era necesario legislar al respecto y qué era lo que debía llevar a cabo cualquier gobierno para resguardar la seguridad, por sobre todo. Esta semana he vuelto a ese cuestionamiento en relación a los últimos acontecimientos que no dejan de sorprender a la opinión pública y que, claramente, están produciendo un pánico colectivo generalizado. Pero, ¿podemos hablar de terrorismo? 

La palabra terrorismo es fuerte y produce, lógicamente, temor. Se trataría de grupos organizados cuya finalidad es la de producir disturbios con la finalidad de causar miedo en la sociedad, pero no un miedo gratuito, sino más bien una amenaza: una negociación radical, claramente. Si bien ya había quedado impresionado por lo sucedido en Escuela Militar el día lunes 7, ahora me llevo la sorpresa de otro bombazo acontecido en Viña del Mar. Lo que me parece más lamentable es que sea gente inocente la que se vea afectada, gente trabajadora que saca adelante a su familia. Si lo que buscan estos grupos es llamar la atención de las autoridades, no sé si lo logren en realidad más allá de lo mediático en que claramente saldrán hablando, pero cuyas acciones reales no siempre serán muy convincentes. 

Hacía algún tiempo veíamos esta situación como algo lejano y considerábamos a Chile como un país seguro. Los bombazos se han visto desde hace mucho, sobre todo en el sector alto, pero eran detonados en horarios en que no provocaba heridos. Esta vez estamos hablando de catorce personas, incluso algunas con riesgo de amputación. ¿Qué sucede en estos momentos? ¿Qué es lo que debemos creer? No puede ser posible que uno salga a la calle y tenga miedo de una explosión. ¿Qué hacer? Se llenan la boca con la ley antiterrorista, pero no sé si realmente dé algún resultado. Quizás sea el momento de que a las autoridades pongan mano dura, como tantas veces han prometido.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Dejar ser

Dejar ser y dejar que la vida juegue a actuar. Sentir que observas las miradas de gente ausente, sentir que no confías en nadie. A veces te das cuenta que has cometido errores, a veces te das cuenta que te alejaste bastante de la realidad. A veces, realmente, te topas con verdaderas mierdas de persona. Luego te detienes, ves la hora que pasa, deseas que siga avanzando.

Piensas en un deseo, quieres soñar, quieres que se cumpla. No sabes cómo desear: es difícil evitar el negativo. Quieres, pero es difícil acertar al modo. Soñar, desear, temiendo por lo que debas dejar atrás.

Miradas, corazones, amistades, sueños, confianzas, vínculos que aparecen de manera imprevista y que se vuelven realmente importantes sin que te hayas dado cuenta.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Septiembre y los aros en el cielo

Nunca he entendido bien por qué se dice aro, aro, aro cuando se cantan las cuentas... o se dicen las payas, ni siquiera eso tengo muy claro. Es que es muy notable el cambio ambiental cuando llega septiembre, el aire se impregna de olor a asados everywhere y no solo te da hambre, sino que empiezas a subir de peso al punto que cuando tomas conciencia, ya es demasiado tarde. Por eso siempre octubre es el mes de la desintoxicación y por más que digo que me controlaré durante las fiestas patrias, nunca logro dicha intención. Creo que lo he escrito varios años y aún no lo logro. 

Y con tanto aire a septiembre, me llama la atención una serie de predicciones que andan circulando. Una de ellas es la de un supuesto megaterremoto para Chile durante este mes, según los planteamientos del ingeniero Pedro Gaete, quien hace algunos años le achuntó un poco a un sismo: él anunciaba un cataclismo con fecha y hora, pero solo se trató de un evento de 5.5 richter y tuvo un desfase de una hora. Curioso. Ahora se atreve a decir lo mismo y que debemos estar alerta durante 46 días, periodo que comenzó el 1 de este mes. Las interpretaciones son muchas: fiestas patrias siempre tiene terremotos (vino pipeño con helado) que deja mareados y tiritones a muchos, con sus consecuentes réplicas. 

Por otra parte, me he encontrado con varios aros en torno a la luna y el sol. Según la tradición popular, el aro en torno al sol significa "aguacero o temblor", mientras que el aro en torno a la luna sería "novedad ninguna". He visto ambos durante este fin de semana. No sé qué pensar, ya que muchos se animan a señalar que los últimos sismos han sido provocados artificialmente, aludiendo a que han sido todos durante el fin de semana. Algo de ello es cierto, sin embargo, el último terremoto ocurrido en abril de 2014 en el norte de Chile fue un día lunes. Tampoco pasa desapercibido que este año ha habido varios sismos fuertes en la zona -aunque la autoridad siempre le baja el perfil-, la mayoría cercanos a los 6 grados. En cualquier país del mundo se considerarían terremotos, excepto acá. 

En el último tiempo, la mayoría de veces que he visto los aros han tenido relación con algún tipo de fenómeno natural. ¿Quién sabe? Creo que anunciar un sismo para un país que suele tener megasismo casi cierto periodo de tiempo no es algo tan nuevo, pues es claro que en algún momento va a acontecer.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Nueve meses

Han pasado nueve meses y no he asesinado a nadie, eso es un buen comienzo. Por más que empuño el cuchillo, no logro canalizar la energía para cometer un crimen. Quizá ya estoy demasiado viejo, quizá me estoy convirtiendo en un individuo socialmente aceptable. Aunque no lo niego: ganas no me faltan. Y no tiene nada que ver si su aspecto es desaliñado o de la mayor elegancia y sofisticación; para mí, esos son detalles completamente fútiles. Lo que realmente me exaspera es escucharlos hablar, descubrir su escacez de razonamiento y su absurda creencia de superioridad. ¿De qué superioridad me hablan, por favor? Son solo un grupo de imbéciles buscando qué hacer con sus vidas. Pero, espera... yo tampoco sé qué haré con la mía.

Hoy fue un dia especial. Al cruzar la calle divisé sus figuras y tuve la intención de acercarme, llevaba el cuchillo guardado, pero no me atreví. Uno de ellos se dio vuelta a observarme, notaron mi presencia inmediatamente y me saludaron con su cinismo de siempre. Mierda, otra oportunidad perdida. Seguí de largo, invocando a sus ancestros. Estaba pensando en planificarlo -como tantas otras cosas en la vida- para encontrar el momento exacto en que nadie se diera cuenta, al menos por el instante. Después de todo, la vida de ser normal ya me estaba aburriendo.

Me detuve de pronto. Mi cuchillo no estaba por ninguna parte. Ya sabía el resto. Escuché sus carcajadas cuando vi un chorro  de sangre que caía sobre la mesa.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Acelerar

Robar un vehículo al azar, sin preocuparse de su dueño. No es nada personal, lo asegura. Romper el vidrio y cortarse las manos, dejar un poco de sangre desparramada en el pavimento como evidencia, sin motivo: no hay mucha utilidad en dejar sus huellas marcadas. No pensar en nada, acelerar, acelerar, acelerar. ¿Estrellarse contra un muro o lanzarse directamente al mar?

martes, 19 de agosto de 2014

Distorsión

Correr en círculos moviendo los brazos, pensando en cualquier estupidez posible, dejando la mente fluir. Correr en círculos, escuchando canciones en francés, dejarte llevar por el sonido, por esa voz particular, por esa nostalgia. Has hablado tantos idiomas en un solo espacio, has fotografiado tantos momentos del futuro y del pasado en busca de un presente, esa línea inexistente que separa la realidad de la fantasía. Echar a correr otra vez, formando un cuadrado, queriendo alterar las dimensiones para convertirlo en una esfera. ¿Puedes correr formando una esfera? ¿Puedes correr formando un cubo? Respirar y huir del mundo, convertirse en una sombra, resbalar sobre la escarcha. Volver.

Volver a ser ese niño de diez años que descubre la nieve por primera vez. Volver a escalar esa enredadera congelada, volver a caer sobre la nieve, volver a golpearse la cara con el pavimento congelado. Volver a creer que todos tus recuerdos se confunden con tus historias, volver a engañar a tu cerebro. Volver a ver esos recuerdos como fragmentos descontinuados, inconexos. Confudirse es normal, los olores, los colores, la luz, la gente, la temperatura sobre la piel... volver. 

Acabar, sin motivo aparente, tirado sobre el pasto mirando las estrellas, a varios miles de kilómetros de distancia, 11 años después.

domingo, 10 de agosto de 2014

Experiencias escatológicas

Nunca he tenido demasiado temor a los espacios públicos, es más, creo que suele frecuentarlos por el aire libre que se respira. Claro, hasta que ese punto de lo público empieza a cuestionar lo que considero privado e íntimo: necesidad fisiológicas básicas tales como ir al baño. Ese momento nefasto en que te das cuenta que "natura llama" y vas por la calle, intentando localizar mentalmente el lugar más próximo en el cual puedas deshacerte de eso que ya no necesitas. Hay gente que realmente tiene miedo de los baños público, si bien no es mi caso, creo que cada vez empiezo a acercarme a ese espectro.

El día viernes andaba por la avenida Valparaíso, luego de haber paseado durante prácticamente toda la tarde. Caminé de aquí para allá, de allá para acá y varias vueltas, por lo tanto, es lógico que con tanto revoltijo el organismo mueva todo su interior para eliminar desechos. La caminata es saludable, precisamente, porque dentro de sus beneficios se encuentra eso de favorecer la evacuación. Dicho y hecho, me invade el deseo y pienso que lo más cercano es el baño público ubicado en la calle Villanelo. Siempre me ha resultado curioso ese baño ahí en medio de todo, pero resulta una opción bastante útil y salvadora. 

Pagar por un baño público no me agrada del todo, pero al menos asegura que puedo exigir condiciones salubres mínimas. Por una cifra de $270 (la última vez que fui, salía $250, la inflación causa estragos para ir al baño) el ingreso es inmediato. O eso es lo que te dicen. Un baño pequeño con un par de urinarios y algo increible: fila para poder utilizar el wc. ¡Fila! Eso que las mujeres siempre ocupan como excusa para demorarse demasiado. Y para peor, una persona que parece estar con problemas estomacales prolongados. Mientras mi esfinter presiona, me entero de la conversación de dos personas que se encuentran y se ponen a hablar de negocios: uno de ellos espera por el baño. Hablan de dinero, de inversión e intercambian sus números, mientras yo deseo que se apuren. ¿Acaso el baño es un lugar para hacer convenciones? Curiosamente, sí. 

Lo siguiente es estar en el primer puesto de la fila. Ruegas que se apure, quizás el tipo tenga compasión porque el también estaba aburrido de esperar. Es la primera vez en mucho tiempo que me demoro tanto tiempo en el baño, más encima en una fila que se ve desde la calle. O sea, todo el mundo se da cuenta de mi cara de urgido. Sentir que el rollo de confort gira abre tus ilusiones, sentir que el wc funciona y el agua corre, hace que tus ojos brillen de emoción. Ahora que el hombre abre la puerta y sale, ya estás feliz, aunque el cuestionamiento inmediato es: ¿cuántas personas habrán puesto su trasero en ese mismo lugar? ¿Cuántas bacterias quedarán ahí? ¿La tabla estará tibia? ¿Estará limpia? Mi obsesividad me obliga a limpiar antes de sentarme, pese a que estaba aparentemente limpia. Mi intimidad se reduce al contacto con varios otros traseros que ya han tocado ese mismo lugar para hacer lo mismo que yo... mandar el mundo a la mierda, literalmente.

viernes, 8 de agosto de 2014

Ver


 Fotografía (por mí): Paseo Ascensor Reina Victoria, Cerro Concepción, Valparaíso.

Es fácil perderse en un laberinto de condiciones inequívocas, a veces, insoslayables. Es fácil perder el sentido y descubrirse contando las piedras que han caído alrededor de ese camino circular que has recorrido por días, por semanas, por años. Es claro: la vida es un espiral y muy posiblemente eso que sucede ahora podría volver a suceder, pero en esa misma búsqueda quisiéramos encontrar las respuestas que teníamos al principio del camino. Ahora que las suelas de los zapatos se ven desgastadas, quisieras empaparte una vez más de todas las motivaciones que tuviste para comenzar a caminar.

No es fácil soñar. No significa cerrar los ojos y dejar que las imágenes vengan a tu cabeza, el sueño es mucho más que un acto involuntario, producto de un momento de lucidez. Los soñadores son los que abren sus alas y se pierden en el mundo, pero descubren todas esas almas que deambulan en callejones secretos. Tenemos la llave para ingresar a nuevos mundos, para romper las reglas de distintas dimensiones, para cruzar de un lado a otro casi sin pedir permiso. Tenemos el poder de llegar lejos, de aparecer y desaparecer, de crear y de destruir. Tenemos la llave, tenemos las señales que debemos seguir.

Por eso, en el silencio, el forastero se sienta a observar el color de ese mundo que le es nuevo. Es un alien inserto en una civilización extraña, que tantas veces lo aparta, señalándolo como un ser que involuciona. ¿Qué es la evolución? Se cuestiona una y otra vez, sin encontrar una respuesta. Y observa sus zapatos, ya casi inexistentes. Alguien se detiene a observar las huellas que han quedado marcadas en el cemento, que ha secado hace ya tiempo. Sonríen: pocos son capaces, realmente, de ver.

jueves, 7 de agosto de 2014

Cuando todo se mueve

Cuando todo da vueltas, el cuerpo se convierte en un punto ínfimo, incapaz de permanecer demasiado tiempo a flote, incapaz de resistir la brutalidad con la cual la luz golpea cada superficie para suponer que es un color. Nos alejamos de la luz, nos convertirmos en un espectro, dejamos de ser masa, pasamos a ser inercia. El movimiento solo es una energía mal propuesta, las palabras se confunden entre ficciones bien consolidadas. Somos fantasmas de un futuro incierto, un pasado colorido y un presente que no sabemos. Somos todos, somos agua, somos ceniza, somos fuego. El ser y no ser se confunde con la espera de un remezón que se siente en el aire, que te inquieta... todo da vueltas. 

El cuerpo desaparece al ver las agujas que se acercan, los vampiros atacarán con furia para chupar toda la sangre, sobre todo si es sangre joven provista de mucha energía que las carroñas han perdido. El mundo se ha convertido en una carroña que mentes zombie quisieran dominar y hacer desaparecer, los segundos se confunden. Los colores no existen: solo son la demostración de que eso que ves, no lo es en realidad. Eso que crees que aparece, es lo que más se aleja de la realidad. Y el vacío nos demuestra la verdad, no hay gravedad, no hay aire, no hay roce, no hay electricidad. Pero sí la hay, la existencia es siempre afirmativa, la negatividad es casi un invento, una simple oposición que te remite al inicio. 

Cuando todo se mueve, el cuerpo se confunde con las paredes y pretende ser energía. Cuando el movimiento se detiene, todo vuelve a la normalidad, todo se tranquiliza, ya ha pasado, ya se ha detenido el revoltijo. Ya acabó. Pero el movimiento es el principio, es el origen de tantos otros...


Fotografía: Cielo de Quilpué, junio 2014.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Instinto de supervivencia

Es tanto lo que hay que hacer, que a veces se me olvida escribir. Es tanto el agotamiento, que a veces se me olvida respirar. Es tanto, tanto... que no sé, que me cuesta pensar, que me cuesta existir. Es tan simple dejarse llevar por la corriente y desaparecer, pero mi instinto de supervivencia me lo impide: me insta a seguir atento, a no parpadear, a seguir deseando algo diferente. ¿Por qué, simplemente, no me puedo resignar? Sería más fácil, ser uno más de tantos otros que hacen lo mismo y no lo piensan. Sí, el problema está en pensar y descubrir lo que realmente pasa, porque te induce a buscar una salida. ¿Por qué salir, si todo es tan estable y tan seguro? ¿Cómo hacerles entender que eres más que eso? A veces no vale la pena, es perder energía de manera innecesaria. Tienes tantas cosas que hacer, tu cerebro puede funcionar mejor en otra cosa que realmente lo valga. 

Ante todo, nunca dejar de existir ni convertirse en una máquina. Nunca perder el confianza de que algo sucederá, alguna señal que señale el camino. No puedo permanecer sentado esperando una llamada que no sé si va a llegar. ¿Cómo emitir las señales de humo para que me vean desde el mar? 

domingo, 20 de julio de 2014

Táctica

Hizo el brindis mientras esperaba su llegada. Pasaba la hora y el vaso bajaba su contenido, ante la mirada inquieta del mesero que anunciaba que debía pedir algo más. Sabía que no podría esquivar su presencia durante mucho tiempo y que el francés tampoco le sobraba como para explicar la situación. Se limitó a sonreír varias veces, tanto que el mesero se alejó asustado. Buena táctica para salir rápidamente sin pagar la cuenta.


domingo, 29 de junio de 2014

Abrir los ojos

Abrir los ojos y ensimismarme.
Abrir los ojos y desaparecer.
Perderme en el horizonte venidero
que comienza allá en la espuma,
que comienza allá en las nubes.
Volar a lo lejos y transformarme,
pasar a ser viento, fuego, aire y agua.

Volver a un estado elemental,
volver a ser semilla,
volver a creer.

Volar y tener energía,
abrir las alas... soñar.


 Fotografía: Estación Belloto, Quilpué.

miércoles, 25 de junio de 2014

Mi Nombre Es

La televisión es asombrosa, quizá ese sea el motivo de que tantos alucinen y puedan pasar toda su vida -prácticamente- observando los contenidos que les entregan los diferentes programas y estaciones televisivas. Esa fue la premisa con la cual contaban al momento de aceptar la invitación que hicieron al colegio para asistir al programa "Mi nombre es" de Canal 13, el cual fue grabado durante una extensa y agotadora jornada, donde fuimos invitados como público. Genial, estar en la tele, el sueño de cualquiera. 

Salimos a eso de las 10.30 de la mañana para llegar a los estudios de Canal 13 a eso de las 13.00 hrs. El bus, no sé por qué, se fue a la vuelta de la rueda, pero lo importante es que todos llegamos sanos y salvos, aunque un poco averiados producto del aire acondicionado. La recepción no pudo ser menos que acelerada: vaya al baño rápidamente e ingrese al set que ya vamos a empezar a grabar. Todo pauteado, todo estrictamente en orden: nada real. Quedé bien desilusionado al darme cuenta de que la magia que plantea la televisión es una farsa, comenzando con un estudio que era realmente pequeño. Si bien, era algo que ya asumía como tal, fue lamentable tener que comprobarlo en vivo y en directo, sobre todo cuando estás cansado y quieres puro llegar a tu casa a dormir. No veo el programa y creo que tampoco lo veré, salvo que llegue a ser comentario de todos y tenga que saber de qué hablan. 

Yo pensaba que era como el teatro, en que, claramente, todo se ordena y existe esa ansiedad de que todo salga bien, pero en tiempo real. Creo que una de las cosas que se pierde con la grabación, es la ansiedad de estar haciéndolo todo en tiempo real, donde cualquier error tiene que ser sobrellevado de forma que nadie se entere o que pase piola. Todavía me duelen las manos de tanto aplaudir y creo que he hablado poco para cuidar la garganta... y eso que soy profe y se supone que estoy preparado para gritar. Ah, no, de veras que los profesores nunca gritamos en clase porque nuestros alumnos son participativos y hacen la clase sola, además que siempre tienen intenciones de escucharte. Pucha, que soy mal hablado. Los asientos no eran del todo cómodos y la productora que nos llevó, nos entregó dos panes con queso y jamonada... ¡jamonada! Se pasaron, además de bebidas alternativas... para estar encerrado todo el día. De haber sabido eso, creo que lo debían haber reconsiderado. 

En cuanto al programa en sí, me sorprendió ver a gente realmente talentosa. Eso destaco, además de haber visto de cerca a Nicole, aunque me quedé con las ganas de tomar la foto, porque uno de los encargados me lo impidió, pese a que ella había dicho que sí. En fin. Llegué cerca de la 1 de la madrugada a mi casa y estimo que hoy no llegaría mucha gente al colegio. Lo bueno es que entré más tarde, pero el cansancio no me lo quita nadie. 

Concluyo en mi desilusión respecto a la fantasía presentada en la televisión, donde todo lo perfecto está realmente pauteado. Es extraño que a veces busquemos esa perfección planteada por los mundos de la televisión.





Fotografía: Set de "Mi Nombre Es" de Canal 13, Providencia, Santiago. 

martes, 17 de junio de 2014

¿Qué pasó?

Puedo decir que esta semana empecé desmotivado, pese a que ya estamos a martes y el tiempo se me está pasando considerablemente rápido. Realmente, preferiría que el tiempo fuese un poco más lento y no estar viviendo en función del próximo fin de semana o de las vacaciones, sino más bien en un estado de tranquilidad permanente. Esta situación anhelada, claramente, no existe en estos momentos y si en algo se acerca, esta ilusión dura poco. Es claro: no quiero estar aquí. Me da miedo a veces pensar que puedo pasar toda la vida pensando lo mismo sin saber cómo huir, pero es claro que no hay caso. No me gusta, no sirvo, no quiero. No tengo la suficiente paciencia para responder veinte veces la misma pregunta estúpida, no tengo la fortaleza para aguantar hacer el ridículo, no tengo el tiempo para perderlo en "plantar una supuesta semilla" que no sé si quiero esperar a que dé fruto. ¿Será un problema de impaciencia, de querer ver todo ahora ya? ¿Será un problema de valoración? Será un problema de que realmente mi horizonte es otro y que el medio me hace sentir alejado. 

Se debe a que cada vez con más claridad la necesidad de huir, lo más rápido posible y cuánto más lejos, mejor. El tema es que no sé cómo, qué hacer. Asumo que me estoy acostumbrando a la mediocridad de un estado que parece bastante -valga la redundancia- estable, sin grandes riesgos y con un imaginario colectivo relacionado a una serie de falsos beneficios. Beneficios que no superan los daños, claro está. ¿Para qué nacemos con dones si estos no sirven en este mundo? Si no son valorados como corresponde. ¿Para qué soñé con ser alguien que no estoy siendo? Siento que es el momento en que más quiero desaparecer, alienarme... convertir esa frustración en un mundo nuevo. ¿Qué pasó en el camino, qué fue lo que hicimos mal? Todo perfecto, "buenos" contactos, buena carrera, proyecciones miles... ¿y todo eso para qué? ¡Para nada! Para acabar encerrado entre cuatro paredes, muchas veces mal pintadas, luchando porque alguien meta en su cabeza algo que ni siquiera sé si es funcional. Que lamentable es ver cómo he perdido la fe en tan poco tiempo. No sé si pueda recuperarla, no sé si quiero. ¿Por qué algunos sí, por qué yo no?

Vuelvo a sentir la confusión adolescente que me motiva a escapar y perderme. Si la vida es difícil será por algo: algo que aprender, algo que descubrir. Cuando lo acabe de descubrir... ¿podré dar el paso hacia un estado mejor?

jueves, 12 de junio de 2014

Luces

El vaivén de las olas se convierte en un silencioso masaje para los pies, aferrados a las maderas de ensueño que se han aclimatado para la ocasión. A simple vista, nadie observa el movimiento: las sombras se mueven de forma tan cuidadosa que todo parece inexistente. Las olas a lo lejos se esconden, revientan en un playa solitaria, casi fantasmal. Y en eso, a veces recordaba sus extrañas intenciones, un tanto impulsivas, de lanzarse a las aguas para capear esos 30 y tantos grados que le hacían querer desprenderse de la ropa. ¿Por qué estaba prohibido sumergirse en esas aguas, si estaban a vista y paciencia de todos? Le importaba un comino si chocaba con una lancha.

En medio del vaivén, la respiración acelerada llegó a un punto terrible, casi fatal. Se detuvo en un grito y en la tensión de cuerpos que lentamente se volvían a relajar. Las luces de Venecia iluminaban el horizonte.


Fotografía: Venecia (junio 2010), Italia.

martes, 10 de junio de 2014

Enumeración de sensaciones

La misma nostalgia al ver un espacio que no sé si es cierto. El mismo silencio en una caminata fantasmagórica y difusa, donde las formas cambian y los colores desaparecen. Gamas de luces, sonidos desconocidos, historias que te observan como transeúnte desde los balcones donde cuelgan la ropa que quieren secar. Cuelgan las vidas, cuelgan los cuerpos, cuelgan también las almas que nacen con cada nueva palabra que escribimos casi al azar.

Vuelvo a transitar por una amplia avenida solitaria. Vuelvo a descubrirme en un mundo al cual pertenecí hace siglos atrás, vuelvo a sentirme perdido, vuelvo a encontrar unas cuantas respuestas. Y escapo, pero regreso; vuelo, pero me escondo. Es que las máscaras tarde o temprano se desarman y las ropas comienzan a ceder con el paso del tiempo. Los espectros bailan en la borrachera de anoche, las sombras se pintan de destellos, de musicalización. 

Me confundo. Sé que ya he soñado con esto, pero no sé lo que va a pasar. 

lunes, 9 de junio de 2014

Escribir

Cerrar los ojos y descubrir que estás flotando en medio de la nada, que eres tan suave como la espuma, que eres tan liviano como una nube. Cerrar los ojos y descubrir que estás despierto, que nada es lo que parece, que sonríes cuando a veces crees estar muerto. Sonreír, asentir, pensar que todo sigue siendo una ruleta que nunca acaba, soñar con ese futuro que no sabes si existe. La ansiedad de no saber qué es lo que sucederá, la angustia de querer tener todo en este momento, el temor de ver que las cifras descienden y la esperanza que se niega a dormir. 

Lo que quiero es escribir. Eso.

miércoles, 4 de junio de 2014

Adición

No hay día en que no me cuestione el porqué. Y sigo sin respuestas. A veces me despierto en medio de la noche, corriendo por calles húmedas en busca de algo que no descubro. Se me pierde el sentido, me confundo, me deprimo. Yo me silencio, pero mi cuerpo, no. Y quisiera decir tantas cosas para dejar que mi conciencia corriera loca por un 
caudal incontrolable de puntuación incierta que no se entiende ni aparece en ninguna parte y la lógica y la ilógica y el silencio y las imágenes y las frases y los sueños y las tantas y que no sé dónde van a llegar.
Sigo buscando, sigo soñando, sigo caminando.


Fotografía: Avda Freire, Quilpué

domingo, 1 de junio de 2014

Sueños

Soñé que me dolía tan fuerte un oído que me desmayaba. Soñé que tenía conciencia del golpe, pero que seguía inmóvil y en ese estado era capaz de percibir todo lo que sucedía. Todo se veía en vertical, de acuerdo a la perspectiva en la cual me encontraba. Tumbado en el suelo pensaba en la vida, en el paso del tiempo, en el estrés, en ese derroche de energía que a diario utilizaba en la creación de un arma que no tenía mayor utilidad que la destrucción. ¡Destrucción, destrucción por diversión! Mejor dicho, para tapar la decepción.

Soñé con gente que no veía desde hacía mucho tiempo, cuyas apariciones eran en realidad una forma de estorbar. Soñé que esas miradas olvidadas querían recordarme situaciones que otrora añoraba, pero que ahora estaba feliz de no haber logrado. Soñé que les demostraba mi felicidad y era una sensación tan agradable de ver que se negaban a ver que eso era cierto. Soñé que sus siluetas llegaban para colgarse de mi éxito, pero que no les resultaba. 

Soñé con ascensores que colgaban de cables tiritones, soñé con estaciones olvidadas, soñé con lluvia, con edificiones en construcción. Soñé, sobretodo soñé. Eso es lo que más importa.

sábado, 31 de mayo de 2014

Alguien

Hace unos días me acordaba de la ceremonia de titulación, en octubre de 2012. Fue ese momento en que una de mis profesoras me hace la pregunta fatal. ¿Por qué no estaba contento de terminar el proceso? ¿Por qué, si se supone que esperé cinco años para llegar a esa etapa, no me veía realmente feliz de estar "lográndolo"? Quizás me estaba dando cuenta desde ese momento de que, en realidad, no había logrado absolutamente nada, que en solo un par de meses de ejercicio ya era el tiempo suficiente para tener claro que la apuesta no había resultado y que todos los planes que tenía para el momento de estar titulado se habían perdido en el camino. Promesas, sobre todo promesas, y falsas expectativas fueron las principales motivaciones para que ese momento no fuese una verdadera celebración sino más bien un trámite del cual quería salir lo más pronto posible. Sonreír para la foto, sentir algo de ansiedad y nerviosismo, tratar de engañar a mis padres para decirles que sí, que me estaba titulando de algo que quería hacer por el resto de mi vida. Sí, ustedes lo lograron, su hijo es profesional, los felicito, les agradezco el apoyo, pueden sentirse satisfechos de que todo el esfuerzo valió la pena... pero parece que su hijo, realmente, no está muy contento de hacer eso que dice su título.

Es super extraño tener este tipo de pensamientos cuando estás cruzando la calle. Todo va de maravillas, vives con tu novia, recibes un sueldo decente a fin de mes y te alcanza para vivir tranquilo. Eres "alguien" en la vida, como tantas veces te repitieron durante toda tu formación escolar. Soy alguien, claro, eso dicen los papeles, pero es inevitable sentirse completamente "nadie" durante tantas circunstancias en que tu figura se desvanece y desaparece, que es pasada a llevar de manera casi imperceptible, pero ante las cuales ya has agudizado -lamentablemente- tu sensibilidad. No era esto lo que yo quise, no era esto lo que yo soñaba: era otra cosa. No me veía perdiendo mi tiempo con gente mediocre que no ve más allá, no me veía peleando por imponer algo con lo que ni yo mismo estoy de acuerdo. No me veía frustrado, sintiendo que mi potencialidad se reduce a un papel impreso, un número, una firma y unas cuantas mentiras escritas en el registro. 

Sí me veía escribiendo ficciones, eso sí, que no es lo mismo que mentiras. Me veía sonriente, pleno, disfrutando de hacer lo que me gusta, me veía creando. Me veía soñando, me veía enérgico, me veía en otra parte. ¿Dónde? Ese futuro que me había hecho, al fin y al cabo -ese, específicamente, ese- se me hace lejano y creo que es hasta para mejor. Pero, ¿el otro? Ya comienzo a dar unos pasos para acercarme, pero ¿por qué se hace tan lento? Se supone que si uno encuentra el destino, ¿no es el momento de que las señales te den pistas de cuál camino seguir y no solamente te alerten cada cinco minutos de que no vas por la vía correcta? El camino irregular está claro, creo que no necesito más advertencias porque lo sé. Y lo sé demasiado, al grado de la demencia. Lo sé y lo sé. A veces quisiera no saberlo tanto, de veras. Lo que quiero es encontrarme en medio de la calle el número de la persona a quién llamar, recibir un correo, encontrar la dirección exacta del lugar al cual acudir. Sí, sé que es exigente, pero en pedir no hay engaño. Creo que a la vida hay que pedirle en grande y es esa mi petición. Quiero que de una buena vez por todas nos dé algo que nos deje plenos y felices. 

Han sido tres años y he aprendido muchas cosas, no lo niego, es más, lo agradezco. Me ha hecho ver el mundo desde nuevas perspectivas y hasta he logrado ser mucho más empático que antes, esas cosas no se olvidan. He obtenido una fuerza que ni yo mismo sabía que tenía y que, obviamente, quisiera aplicar, pero orientarla en algo positivo. Me deprimo al ver que mucho de ese potencial se pierde pensando prácticamente en la destrucción: admito que sí, que a veces la oriento en creación de material que prácticamente es una bomba de destrucción masiva y que, pese a la destrucción que lamento, me hace expiar algo de mi frustración. Que a veces se me olvida que la comunicación efectiva es en la que hay una respuesta favorable de parte del otro, creo que a veces paso por alto eso. El otro tampoco tiene la culpa, claro está, y eso es lo que me duele, provocar daño casi de manera gratuita. No quiero provocar daño, pero tampoco quiero ser dañado. 

Nadie tiene la culpa... pero, ¿no se suponía que debíamos ser alguien?

domingo, 25 de mayo de 2014

El frío de mayo

Hacía algún tiempo reclamaba que el tiempo estaba extraño y que a esta fecha ya debía de hacer frío, pues bien, parece que al fin llegó el otoño con ese frío tan típico del valle, ese del cual tenia recuerdos por más de diez años viviendo acá en Quilpué. Claramente, un año viviendo en Valparaíso hace que uno pierda cierto grado de costumbre, como cuando llegamos la noche del 30 de abril y el frío del ambiente parecía el de un refrigerador. Ahora que estamos de regreso al invierno entre pequeñas montañas, el color del mundo parece ser diferente, como si tuviese un filtro de color azul, gélido, con cristales de hielo volando por los aires. ¿Dónde está mi gorro? Lo he buscado por todas partes y comienzo a resignarme de que el "I love London" no podría pasear por la calles durante este invierno.

Volvió la lluvia hace unos días y con ello, mi afición a cocinar cosas no-saludables. Volvieron las sopaipillas -esas que aprendí a hacer en España y que no hacía desde el 2010... wow- en un día muy húmedo en que esperábamos temperaturas casi bajo cero que, afortunadamente, aún no han llegado, pero todo dice que no se harán esperar mucho más. Ya no sé cuántas capas de ropa ponerme. Cerrar las ventanas temprano, mirar el cielo que se oscurece mucho antes de las siete de la tarde. Abrigarse y salir a observar el invierno que ya viene, esa creo que es la opción que me gusta más.

domingo, 11 de mayo de 2014

Los caminos de XS 200

Y con todo el tiempo metido en el trabajo, ya casi se me había olvidado que hace unos meses lancé un libro (exageración, claro). Afortunadamente, Marcelo Novoa no olvidó mi libro y me escribió un correo hace unas dos semanas para comentarme de la presentación que haríamos en Santiago para este viernes 9 de mayo. Al principio me rompió el esquema, porque debía ir a la capital, pero a otro evento: entrega de certificados del diplomado que tomamos el año pasado, pero luego lo pensé mejor y la oportunidad era clara. Fue por eso que me arriesgué nuevamente a una locura -esas a las que ya me estoy acostumbrando- y partimos hacia allá. Estuve a punto de llegar con retraso, casi como si me las quisiera dar de divo, pero fue el metro el que se encargó de crear esa ilusión sobre mi actitud. 

Creo que empezamos como con 10 minutos de retraso, tiempo en el cual pude interactuar con Jorge Alberto Collao, autor de la novela "Aunque tal vez solo seamos dioses de las hormigas" con quien compartiríamos espacio en la presentación de nuestros relatos. Es agradable tener la oportunidad de presentar en una ciudad más grande, con gente diferente y ritmos un poco más inquietos. Me pareció muy interesante la interacción que se produjo en relación al tema de la ciencia ficción y la fantasía, sobre todo en cuanto a las proyecciones del género y nuestras propias perspectivas del asunto. Asimismo, me doy cuenta que la literatura, muchas veces, nace en relación a los propios cuestionamientos y a la búsqueda de respuestas que encuentran cabido en la creación de ficciones, una sensación que me parece completamente magnífica. 

Gracias a ello, luego nos quedamos hasta el sábado recorriendo la gran urbe y disfrutando de sus encantos. Me agrada Santiago, me parece interesante. Ya buscaré una nueva excusa para volver, en busca de historias, en busca de quién sabe qué otras cosas. Lo que sí, es claro que hay muchas cosas que esperan por ser encontradas. 


miércoles, 7 de mayo de 2014

Tanto

La misma música de aquel entonces, los mismos sonidos nostálgicos, las mismas reminiscencias. ¿Acaso sería yo también el mismo? Claro que no, la piel envejece, los rasgos se acentúan y la mirada refleja el paso del tiempo. Cerrar los ojos y echarse sobre una silla a pensar: tantos años, tantas experiencias, tantas personas, tantos sueños. Tanto. La vida es tanto. Tanto. Tanto todo. Tanto universo. Tantas cosas por contar o por hacer y tantas búsquedas por el espacio para poder lograrlo. Tanto, tanto. Tantos caminos, tantos kilómetros. Tantas ganas de lanzarse a volar al fin, de dejar de aparentar que vives un sueño para vivir el que realmente quieres vivir. Ese momento en que empiezas a darte cuenta de que la vida corre más rápido, que las señales son fuertes y que todo este tiempo (tanto) ha sido para prepararte, porque la carrera comienza en cualquier momento.

Estoy esperando ese llamado para emprender el rumbo hacia ese sueño. Sé que vendrá, sé que nos hará felices, sé que podremos vivir nuestros sueños. Sé que hay que seguir creyendo y cada vez con más fuerza.

lunes, 5 de mayo de 2014

Sueños

Pensar en los sueños y saber que quieres lograrlos hace que vivas tu vida con mayor alegría y que las dificultades del presente se tornen más llevaderas. Había escuchado este consejo de un amigo, pero no le tomé el peso hasta hoy  que, realmente, pude ponerlo en práctica. Creo que estoy en esa fase de "no me importa nada" y "no me voy a calentar la cabeza", pensamiento que me permitió llevar un muy buen lunes pese a venir llegando de un entretenido fin de semana largo.

Volver a la realidad no es fácil y muchas veces es traumático, sobre todo si no estás completamente a gusto. Pero volver a recuperar la seguridad en la literatura me ha hecho recuperar la tranquilidad. 

Gozar de la vida, disfrutar el mundo, sonreír... El futuro es inquieto.

domingo, 4 de mayo de 2014

Y ya vamos por el quinto.

El año avanza a pasos agigantados y cada vez me cuesta más organizar mi tiempo. Al igual que el año pasado, voy contando los días en relación a la semana anterior y rápidamente me doy cuenta que paso de un miércoles a otro o que cada noche de día domingo me encuentro preparando nuevamente los insumos para la semana entrante. Alguien me dijo que la vida se pasaba volando, pero cuando era más pequeño el tiempo parecía calzarme de manera suficiente... ¿será eso de "la vida adulta"? Será que me estoy poniendo viejo, no lo sé. Solo observo que ya empezamos con el horario de invierno y todo se oscure más temprano, aunque se agradece tener más luz por la mañana al despertar. 

Llegó mayo luego de un abril que no se quería ir, que caía gotas de hielo que se va derritiendo (así de lento). El tema es que ya empezamos la segunda mitad del primer semestre y, entre feriados y actividades diversas, es inevitable notar que todo se nos viene encima. Me inspira el hecho de saber que las vacaciones de invierno estarán próximas y que, poco a poco, voy vislumbrando espacios para poder continuar creando literatura, mi cable a tierra que logra sacarme sonrisas en momentos poco gratos. Un nuevo mes de oscuridad, pero en el sentido enigmático de la inspiración: me encanta el invierno, me encanta la niebla, me encanta la humedad que queda en el ambiente. Me gusta esa búsqueda de luz, que a la larga es también una proyección de mí mismo en búsqueda de mi camino. Sé que parece el comentario de un adolescente, pero es de un adulto joven que busca nuevos rumbos para su vida: tengo claro lo que quiero hacer y estoy en busca de la oportunidad de lograrlo. 

Llega el mes del mar y he regresado a vivir a una comuna sin costa, cuec. Pero a veces creo que la ausencia del mismo me hace soñar más y desplazarme astralmente hasta sumergir mis pies en la espuma, en una sensación abstracta y agradable. Etéreo, quizás. Ya vamos por el quinto y mientras avanza, comienzan también los descuentos. Comienza el cuaderno 19 y tantas historias por crear, darle cabida a ese universo inquieto que quiere llegar lejos.

domingo, 27 de abril de 2014

Cuaderno 18

Y así como anteriormente señalaba que quiero vivir de la escritura y que me enfocaré en ello, el día viernes acabé mi cuaderno número 18. Es impresionante ver la cantidad de cuadernos que he ido acumulando desde que entré en conciencia de que la escritura era para mí mucho más que un pasatiempo y que, en definitiva, era a lo que me gustaría dedicarme. Recuerdo que tenía alrededor de 14 años cuando empecé a escribir de manera más ordenada -antes escribía en cualquier papel que quedaría tirado y olvidado, perdido en la mayoría de los casos-, dando más de alguna idea a mis padres sobre qué regalarme para navidad sin temor a equivocarse. Si bien, han pasado todos esos cuadernos y todavía no logro dedicarme tiempo completo a la escritura, creo que voy por buen camino y es algo a lo que me niego a renunciar. 

El cuaderno 18 apareció luego de casi 2 años en que me dediqué a escribir, exclusivamente, cuentos relacionados con mis aventuras, experiencias y ensoñaciones producidas en tierras europeas durante el año 2010. Claro que casi 120 páginas es poco para relatar todos los momentos que tuve durante esos seis meses, pero darse un espacio para dejar inmortalizadas muchas de mis imaginaciones me pareció justo y, claro está, siempre hay espacio para continuar escribiendo al respecto. El cuaderno 18 aparece precisamente después de ese viaje, dando espacio a una visión más realista en la que muchas veces estuve a punto de establecerme límites respecto a la creación: "solo lo que sea real y representable de manera más o menos fácil". Luego reflexioné y me dije que no podía limitarme... la escritura es una, un guión dramático y aplicable, otra cosa totalmente aparte. Fue así como recorrí nuevos mundos durante un año y casi 5 meses, período más breve que en otros cuadernos anteriores.

Fue agradable ver que la nota que dejé antes de comenzar a escribir este cuaderno. Hablaba de la frustración con la cual terminé el año 2012 y las proyecciones que tenía para el año siguiente, pidiendo no estar en el mismo lugar en el cual inicié ese cuaderno. Y así fue: 2013 fue de lo más inquieto y extravagante, fue un año de muchos cambios positivos y sueños. Me agradó ver que al inicio de ese cuaderno tenía el sueño de lanzar mi primer libro -al igual que en tantos otros cuadernos- y que, al fin, al terminar dicho cuaderno ya estaba concretado dicho sueño. No está de más decir que siempre sueño con más y más libros y que me motiva trabajar por ellos. Me motiva ver en la literatura una forma de escape, una forma casi de terapia personal. 

Me motiva pensar en un próximo cuaderno, el número 19, del cual no tengo ni la más remota idea de qué va a salir. Hay que dejar a la escritura ser.

jueves, 24 de abril de 2014

El bullicio puede ser música

Hoy sentí ternura al leer las poesías que escribieron unos alumnos, quienes me mostraban los textos con mucho ánimo y atentos a los comentarios que pudiese hacerles. Me recordó demasiado cuando yo tenía 15 años y me encontraba en ese mismo proceso creativo, aunque fui más tímido y no mostré mis poesías a todo el mundo: ese extraño celo de mi creación ha perdurado incluso hasta la actualidad porque, al fin y al cabo, vivir en el anonimato a veces tiene un toque bien romántico que agrada. Y es que hay que ser sinceros: a veces al artista le gusta ser sufrido porque, en ese sufrimiento, percibe los sentimientos del mundo y recuerda que tiene vida, quizá contradiciendo a Rubén Darío, que consideraría dichosa a "la piedra dura porque esa ya no siente". Estos días mi sensibilidad ha estado al máximo: todo me lo tomo al máximo y, posiblemente, le dé otra interpretación más allá de la que realmente podría tener.

Me alegré al leer estos textos, al hacer correcciones y frente a la mirada atenta de quienes esperaban las correcciones. Me alegré al leer un poco de esas cursilerías que, a esas edad, realmente nacen del alma y con las cuales es imposible no identificarse. Me hicieron recordar la búsqueda constante del ser humano y una serie de tópicos literarios... debo decir que ese breve instante me hizo sentir muy bien, darme cuenta que he ido pasando por diferentes etapas de la vida y que, como tal, otras nuevas vendrán. Me hizo volver a tener confianza en el futuro que comienza a construirse desde el presente. También pensaba en que, de repente, dejé de escribir poesía y no sé por qué. 

Creo que a veces es bueno detenerse, quedarse en silencio -sí, lo estoy planteando yo aunque parezca inverosímil- y escuchar el mundo. El bullicio puede ser música. El oído es un órgano que a veces nos cuesta ocupar y que otro ser humano realmente agradece. Quiero seguir mi camino, hacer eso que amo: escribir. ¿Será muy difícil? ¿Será una utopía? Creo que debo trabajar para que no sea así. Y si es lo que más quiero, llegará el momento en que todo conspire para que así sea. Quizás sea este el momento del entrenamiento, adquirir fuerzas y conocimientos, para que el sueño se acabe de concretar.

martes, 22 de abril de 2014

Recorrer la mañana

Me gusta recorrer la mañana. A veces estamos tan automatizados a salir de la casa al trabajo que no nos damos el tiempo de disfrutar detalles tan mínimos como la enigmática bruma que cubre nuestro camino y que, seguramente, nos hará pensar en una que otra historia. El mundo, en sí mismo, tiene tantos lenguajes que con un poco de atención podemos interpretar: tantos mensajes, tantas señales, tantas imágenes en movimiento. 

Hoy pude cambiar mi rutina de día martes pidiendo permiso por unas horas para realizar un trámite relacionado con cosas que me gustan. No es que no le dé importancia al trabajo, solo que le asigno el valor que tiene y le corresponde. He hecho lo posible porque no se transforme en mi vida y espero que así se mantenga, por lo tanto, hacer algún cambio de vez en cuando no le viene mal a cualquiera. A las 8 de la mañana tomaba el metro en dirección a la costa, para recordar viejos momentos. Al salir del túnel en la estación Recreo, sonreí con mucha alegría al ver el mar cubierto de niebla. Hacía frío, pero ese frío húmedo que es tan agradable y dulce. Las épocas de frío me resultan extrañamente inspiradoras, me dan ganas de observar y ponerme a crear historias. 

Recorrí la mañana desde el cerro al plan. Recorrí la mañana entre edificios antiguos y otros un poco más modernos. Recorrí callejones y tomé fotos. Recorrí la vida que está fuera del trabajo para regresar, en mitad de la jornada, a continuar con la misma normalidad cotidiana, pero con la certeza de que la vida siempre tiene cosas interesantes a las cuales prestar atención. Y, claramente, cada vez que me 'escapo', me doy cuenta de que es necesario y que debo buscar la instancia de hacerlo una vez más.

lunes, 21 de abril de 2014

Días de furia

Puede sonar super lamentable que una persona empiece a sentirse frustrada de su profesión cuando apenas lleva tres años en el sistema y es lógico que exista una serie de comentarios que te critiquen por señalarlo de esa forma. Todos podrían amontonarse para decirte que no te puedes rendir, que es muy pronto, que no entienden tus motivos y un largo etcétera, sin embargo, las personas involucradas en el medio quizás puedan entender en parte tu sensación. Hoy tuve uno de esos días de furia que hacía tiempo que no tenía y, lo peor, es que parecía como si hubiese comenzado en esa dirección, como si esa hubiese sido la finalidad y el destino de la jornada. 

Normalmente, suelen darme bajones de ánimo luego de descansos prolongados y creo que es hasta entendible. Sin embargo, desde anoche ya me sentía extraño al darme cuenta de que las noches de domingo no me gustan porque es el inicio de la semana y todo lo que ello implica. Gritar, gritar y luchar por mantener el orden. ¿Hasta qué punto esta situación es digna? ¿En qué punto pasamos a hacer de esta práctica una situación completamente denigrante en que tu trabajo pasa a ser pisoteada? He luchado no sé cuánto tiempo por intentar quitarme esa sensación, por despersonalizar -que no es nada contra mí-, pero todavía me cuesta. Hoy tuve uno de esos momentos, en que te das cuenta de que cuentas los minutos para que se acabe la hora y que todo el mundo se vaya. ¿Cómo controlar eso? ¿Cómo lograr cosas? A veces me parece una utopía.

Creo que me bajonié lo suficiente como para que se notara: mi silencio no es algo común, al parecer. Sin embargo, siempre aparece una pequeña luz en medio de la tormenta, para hacerte recordar que hay algo bueno por lo cual agradecer. Y aunque hay sido un detalle muy ínfimo que queda solo al nivel de posibilidad, fue suficiente para inyectarme de energía y volver a sonreír. Después de todo, esto de los días de furia parece ser parte de. Aunque, de todas formas, no tengo por qué aceptarlo por siempre.

miércoles, 16 de abril de 2014

Acupuntura

Hacía harto tiempo que estaba con alergia y aún no me explico bien por qué. Ya he ido un par de veces al dermatólogo, pero lo único que logro es que me den más medicamentos que son solo paliativos para el problema y el hecho de llenarme de pastillas nunca me ha gustado demasiado (sumado al cuantioso gasto que me significaba gastar alrededor de $50.000 cada vez que me aparecía algo). Fue por eso que empecé a buscar soluciones alternativas ya que he aprendido que la medicina oriental busca atacar el problema real y no atacar simplemente los síntomas, es decir, estaba en una búsqueda de la solución real para poder recuperar el equilibro; después de todo, considero que cada enfermedad crónica para por un desequilibrio energético. Fue así como llegué a la acupuntura por recomendación de la red y de algunos otros conocidos. 

Pedí la hora la semana pasada y hoy realicé mi primera sesión en la escuela de yoga Savittar, ubicada en Viña del Mar. Entrar al lugar me pareció un poquito extraño debido al aire tranquilo que se respira, una sensación agradable al fin y al cabo. Luego las preguntas de por qué buscaba acupuntura: alergia extraña, problemas de rinitis, un poco de ansiedad y nerviosismo. Y luego lo que sigue, las agujas. Es una de las primeras cosas que uno cree que pueden ser terribles, pero no lo son en absoluto. Es obvio que no es normal tener pequeñas agujas clavándote el cuerpo, pero es un dolor completamente soportable que al final produce relajo. De hecho, aún me siento muy relajado. 

Necesitaré 10 sesiones, al menos, pero creo que me motiva mucho más que estar llenándome de pastillas. Veamos si resulta. A veces es bueno arriesgarse con cosas nuevas, sobre todo si se trata de cosas naturales.

martes, 15 de abril de 2014

Partir

Los rieles del tren emiten chirridos al momento de detenerse y la gente se agolpa en las puertas del vagón. Todo lo que veo es el silencio de sus gestos y los latidos de corazones congelados. ¿Hacia dónde van? ¿Cuál es el destino? ¿Qué es lo que estás buscando tú? Las puertas se cierran y el movimiento regresa, las casas quedan atrás, las luces se transforman en una línea continua. No miro, porque sé que no quieres mirar, porque tiene miedo de lo que se puede encontrar. Seguir en el silencio, seguir como si nada, cruzar las mismas calles del pasado, pero en un presente distinto. Todo sigue igual, el tiempo se ha detenido, pero algo es diferente. ¿Cómo lo voy a saber? 

Pues he sido yo el que ha partido.

lunes, 14 de abril de 2014

Otro momento de crisis existenciales

Sé que no soy un adolescente y que desde hace ya un tiempo que puedo estar considerado dentro del segmento de adulto joven o algo por el estilo. Sé que eso está relacionado con la cantidad de obligaciones, de responsabilidades y de acciones que tienes toda la capacidad de resolver. Sé que a estas alturas debiese tener un poco más de claridad respecto a mi vida y, lentamente, dejar de tener tantos cuestionamientos respecto a qué hacer o no hacer, avanzar hacia tener una moral de carácter más autónomo porque cuento con las herramientas para decidir "correctamente". Sin embargo, me siento de pronto y me doy cuenta de que, en parte, sigo siendo este niño mental que no ha evolucionado y que sigue viendo el mundo con el mismo temor de siempre, con la misma nostalgia, con las mismas dudas... la inquietud es una sensación agradable en muchos casos, pero en otras ocasiones ya es algo nefasto.

Ya no es el momento de crisis existenciales cuando cruzas la mitad de tus veintisiempre. No es momento de seguir mirando atrás y cuestionarte lo que hiciste y lo que no hiciste, cuando sabes que ya no es mucho más lo que puedes hacer al respecto. El presente es consecuencia del pasado y tampoco me puedo quejar porque me siento bastante cómodo en general, aunque algo todavía falta. Estar en ese punto medio de la nada en que no sabes hacia dónde seguir y tratas de pensar en vías alternativas, pero realmente tus neuronas no son capaces de interactuar de la manera precisa para llegar a una conclusión. 

¿Cuáles podrían ser esas vías alternativas? Eso es materia de reflexión y razonamiento... ya llegará la respuesta, siempre en el momento preciso, como ha sucedido en tantas otras ocasiones en el último tiempo. 

domingo, 13 de abril de 2014

Valparaíso en llamas

 
Una vez más, Valparaíso sucumbe ante las llamas descontroladas que quieren arrasar con todo. No he ido al Puerto, pero las imágenes que circulan en relación a la terrible catástrofe no hacen menos que deprimirme. ¡Cuánta gente, cuántas vidas, cuántas historias! Es una pena enorme observar cómo el fuego hace desaparecer el esfuerzo de tantos que han dedicado tanto tiempo a ganarse lo que tienen con honestidad y trabajo. Ante estas situaciones uno se cuestiona el por qué de las cosas y es claro que uno infiere que la vida no siempre es justa. Es inevitable pensar en los niños que seguro tendrán una historia no tan grata para el recuerdo, una instancia que lamentablemente marcará su vida. 

Lo peor de todo, es observar desde acá -a casi 20 kilómetros de distancia- la nube de humo que contamina el aire y que tiñe de oscuridad siniestra, de no saber qué es lo que va a su suceder con ese puerto querido. ¿Qué es lo que te hace un imán de catástrofes, Valparaíso? ¿Qué es lo que hemos hecho todos para que te estés cayendo a pedazos? ¿Cómo te recordaremos en el futuro? Me da rabia ver el rojo encendido y no poder hacer nada para apagarlo. Me estremece la piel el pensar en la gente que va a quedar sin vivienda y en el tiempo que tardarán en recibir una solución definitiva. 

Tengo pena por Valparaíso, tengo pena por la gente. Solo queda confiar en Dios que todo esto acabará pronto y que las personas volverán a resurgir desde las cenizas como tantas veces lo han hecho. Me uno en pensamiento, en vibras y en lo que se pueda ayudar. Fuerza, Valparaíso.

Fotografía: Diario UChile (http://radio.uchile.cl/2014/04/13/confirman-cinco-victimas-fatales-por-incendio-en-valparaiso)

jueves, 10 de abril de 2014

Días extraños

Si hay una palabra para definir cómo ha sido esta semana, creo que la más adecuada sería la de "extraña". Disímil, ambigua, inconexa, demasiado extensa quizá. Nadie entiende nada, la gente está inquieta, a veces tengo instintos un poco asesinos en contra de ciertas situaciones. Y no entiendo por qué, si hasta el momento todo marchaba excelente, aunque siempre se tiene momentos mejores que otros en cualquier lugar que se esté, por lo tanto, no es ninguna crítica a mi situación actual. De hecho, me llama la atención oír que a la mayoría de la gente le ha sucedido lo mismo y que el deseo colectivo es que el fin de semana llegue rápido. Aunque, de todas formas, los días pasan bastante rápido. Creo que alguna vez me dijeron que la vida del adulto sería así.

He tratado de tomarme todo con calma: dejé de afeitarme por poco más de 10 días para que la dermatitis bajara y llego a la conclusión de que comprarme una máquina eléctrica pueda ser el remedio. Logré encontrar una hora para acupuntura, puesto que se señala como un buen tratamiento para las alergias. Veamos qué sucede, pero tengo todas mis expectativas en eso. Lo que no entiendo es por qué el día martes en la tarde me sentía morir... llegué a la casa con ganas de llorar y mandar todo a la mierda, sin saber bien por qué. Normalmente no pesco a nadie y me importa un reverendo lo que piense el resto, por lo que me costó entender el motivo de mi bajón. 

Y ahora ya es jueves, al fin. Los días siguen extraños, con el aire pesado, magnético, quizá con aire de temblor o lluvia. Quiero lluvia. Quiero descanso... y felizmente se acerca un fin de semana largo con huevos de chocolate incluido (léase con un "yay" incluido).


miércoles, 9 de abril de 2014

Abril, locura a mil

Marzo parecía quedarse pegado, como si el proceso se tornase en cámara lenta justo cuando estás viendo el final. Es como recordar esos momentos en que las personas se encuentran y corren, pero la cámara lenta los hace demorar mucho más de lo que parece. Así fue ese primer mes de trabajo en que me sentí bastante más calmado que otros años. Creo que es un punto positivo.

Y llegó abril con su locura a mil. ¿Qué tiene este cuarto mes del año que siempre me da un bajón enérgico extremo? Ando aletargado, sin energía... incluso perdí el ánimo de hacer ejercicio. De vez en cuando me obligo a salir a correr para inyectarme de endorfinas, pero me dura el día. Ha llegado el mes en que las cosas ya empiezan a tomar forma y el proceso marcha sobre ruedas. Aparecen una serie de oportunidades que no sabes si tomar o dejar pasar, porque todo tiene un riesgo, pero también tiene muchos posibles buenos resultados. ¿Qué hacer? Pensar en el futuro, proyecciones... pero el problema surge cuando no sabes cómo proyectarte con algo. 

Abril y entro en razón de que estoy con una alergia que no logro tratar y es momento de que busque nuevas terapias. Abril y ya quiero tener todo el semestre controlado, aunque me produzca dolor de estómago. Abril... ¿y la lluvia cuándo?

domingo, 30 de marzo de 2014

Nuevas historias

Porque a cada instante sé que se va escribiendo un nuevo fragmento de la historia. Cada mirada, cada paso, cada sensación es un momento único: sabemos que cada espacio de tiempo no se volverá a repetir y es por eso que sabemos que debemos vivirlo a concho. Sonrisas, alegría, luces de colores y nubes dispersas en un aire paralelo. Porque nosotros decidimos el momento en que cruzamos las dimensiones para ingresar a nuestros mundos paralelos. Nosotros sabemos qué es lo que hay más allá, nuestro espíritu vibra al reencontrarse con esa energía que proviene del origen, distante varios millones de años atrás. 

Aquí y allá, donde nosotros queramos. Sabemos que siempre van a nacer nuevas historias.


Fotografía: El Retiro, Quilpué.

lunes, 24 de marzo de 2014

¿Qué me dirás?

Y si te digo que amo encontrarte,
¿qué mas vas a decir?

Que ya no sé dormir sin tenerte al lado,
que ya no sé vivir sin tu abrazo,
que no imagino el mundo de otra forma
que no sea sosteniendo tu mano.

Que escribimos una historia que no acaba
y que podemos soñar el universo que queramos.
 
Y si te digo que quiero pasar todas mis vidas contigo...
¿Qué me dirás?


Fotografía: Plaza Municipal de Quilpué

domingo, 23 de marzo de 2014

Aspiraciones expansionistas

Lo habían conducido caminando descalzo por varios kilómetros hasta encontrarse con la ribera pantanosa de aquel río temido por todos. Las puntas de las lanzas amenazaban con clavarse en su ropa hecha harapos producto del trayecto, mientras observaba los ríos de lava que descendían abundamente desde el cerro. Sabía que el agua era un lugar siniestro: ya había visto a varios ser comidos por seres extraños que jamás creyó que existirían. Sus pies, amarrados por los tobillos, tocaron la orilla y la frialdad del agua le estremeció. 

- Ya es hora.

La sentencia ya estaba hecha. Las lanzas se acercaron peligrosamente hasta obligarlo a avanzar. En un parpadeo cayó en el lecho de un río cuya profundidad no habían logrado determinar. Lo vieron desaparecer en el acto, a la espera de una señal de su muerte. Una mancha de sangre sacó los aplausos de los asistentes que, dando disparos al cielo, celebraban la captura de uno más de esos seres que venían de galaxias lejanas a apoderarse de sus recursos. 

Cuando se alejaban, observaron un ser -parecido a un dragón- que llevaba en sus dientes los restos de algo que parecían ser los ensangrentados pies de eso que, en algún momento, había sido otro terrícola con aspiraciones expansionistas.


sábado, 22 de marzo de 2014

viernes, 21 de marzo de 2014

Nostalgia de Valparaíso

Siento nostalgia de Valparaíso. Durante 14 años soñé con ese momento en que podría despertar cada día con la inquietud de esta ciudad que cuidó de mi infancia y una vez que hubo llegado el momento, la vida me señaló que nos tenía otros rumbos. 

Fueron diez meses geniales en que disfrutamos de las voces que no duermen, de los locos, del ruido que nunca se sabía de dónde era, de la vibración de los barcos, de la gente con la cual chocaba al transitar por la estrecha calle Condell que tantas mañanas me encontró con sueños y con ganas de haber seguido durmiendo. Recuerdo la casa antigua y las interminables escaleras, las ventanas manchadas por la humedad y las puertas  que nunca cerrábamos completamente por temor a quedarnos encerrados. El vapor que empañaba las ventanas al momento de cocinar y las luces inciertas que aparecían y se escondían tras los cerros encendidos. Fuimos el refugio en medio del caos, algo así como una burbuja.

Hoy es inevitable volver a caminar por mi ciudad natal y sentir ese vacío de ver que esas calles que siempre han sido tuyas te observan con ausencia. Veo la ausencia en esas calles que recorrimos tantas veces, esa ausencia que se esconde en la mirada de indiferencia que no es otra cosa que una sensación de tristeza, de volver a encontrarnos como si estuviésemos en vidas diferentes. ¿Cómo fue que un año voló? ¿Cómo fue que ese futuro que soñábamos, cambió? 

Cruzar por Pudeto y pensar en todas las veces que paseábamos por ese lugar. ¿Qué es lo que queda y que es lo que ya no? No entiendo por qué es como si la historia hubiese continuado, pero cambiamos los personajes. No puedo olvidar esas veces en que me despertaba de madrugada y me acercaba a mirar por la ventana: Bellavista inquieto, iluminado como siempre, sin dormir. Era cierto, no era un sueño. Hoy, Valparaíso, todo es diferente. Es como si formaras parte de una realidad que desapareció, como si todo lo vivido fuese parte de una más de tantas ficciones que hemos creado, bastante verosímil por lo demás. Volví a ser ese turista incógnito que se sube al trole y observa la ciudad, las caras conocidas en algunas plazas. Ves la historia que pasa, pero ya sin ti.


Fotografía: Estación Bellavista, Valparaíso