Llegó el décimo mes del calendario y estoy ansioso porque se acabe pronto este 2014. No es que haya sido malo, pero admito que estoy en esos momentos en que ya me tiene completamente chato. Especialmente en relación a los últimos acontecimientos relacionados con lo laboral. Tanto trabajo para recibir tan poca plata es uno de esos aspectos, pero, además, tantos cachos -sí, es la verdad- de gente desequilibrada con la que tienes que tratar de hacer algo, mientras su paranoia les hace creer que estás completamente en contra de ellos. Aunque, al fin de cuentas, las enemistades se ganan fácilmente y con actitudes completamente enfermas como las que mantienen, claramente que dan ganas de golpearlos.
Si bien, cuento el calendario para que acabe, también me da miedo que avance demasiado el tiempo, pues estoy esperando algo personal que es un verdadero cambio de estado. Cuático. No me imaginé que llegaría este momento tan rápido; la adultez nos golpea de pronto y el reloj sigue avanzando. Noviembre espera y apremia, al mismo tiempo. El tiempo pasa tan rápido y a veces me deprime saber que, antiguamente, me motivaba recibir dinero a fin de mes y ahora es como nada. No digo que me cargue el dinero -sería una mentira increíble- pero como que... no sé. Sigo en busca de algo diferente. Parece que estoy aguantando demasiado tiempo dentro de esto que, claramente, no me agrada.
Necesito pensar en terapias para escapar, pero a veces me falta el tiempo. Agotamiento mental, destrucción total de mi psiquis. Quiero vacaciones.
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