Hoy sentí ternura al leer las poesías que escribieron unos alumnos, quienes me mostraban los textos con mucho ánimo y atentos a los comentarios que pudiese hacerles. Me recordó demasiado cuando yo tenía 15 años y me encontraba en ese mismo proceso creativo, aunque fui más tímido y no mostré mis poesías a todo el mundo: ese extraño celo de mi creación ha perdurado incluso hasta la actualidad porque, al fin y al cabo, vivir en el anonimato a veces tiene un toque bien romántico que agrada. Y es que hay que ser sinceros: a veces al artista le gusta ser sufrido porque, en ese sufrimiento, percibe los sentimientos del mundo y recuerda que tiene vida, quizá contradiciendo a Rubén Darío, que consideraría dichosa a "la piedra dura porque esa ya no siente". Estos días mi sensibilidad ha estado al máximo: todo me lo tomo al máximo y, posiblemente, le dé otra interpretación más allá de la que realmente podría tener.
Me alegré al leer estos textos, al hacer correcciones y frente a la mirada atenta de quienes esperaban las correcciones. Me alegré al leer un poco de esas cursilerías que, a esas edad, realmente nacen del alma y con las cuales es imposible no identificarse. Me hicieron recordar la búsqueda constante del ser humano y una serie de tópicos literarios... debo decir que ese breve instante me hizo sentir muy bien, darme cuenta que he ido pasando por diferentes etapas de la vida y que, como tal, otras nuevas vendrán. Me hizo volver a tener confianza en el futuro que comienza a construirse desde el presente. También pensaba en que, de repente, dejé de escribir poesía y no sé por qué.
Creo que a veces es bueno detenerse, quedarse en silencio -sí, lo estoy planteando yo aunque parezca inverosímil- y escuchar el mundo. El bullicio puede ser música. El oído es un órgano que a veces nos cuesta ocupar y que otro ser humano realmente agradece. Quiero seguir mi camino, hacer eso que amo: escribir. ¿Será muy difícil? ¿Será una utopía? Creo que debo trabajar para que no sea así. Y si es lo que más quiero, llegará el momento en que todo conspire para que así sea. Quizás sea este el momento del entrenamiento, adquirir fuerzas y conocimientos, para que el sueño se acabe de concretar.
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