En el silencio de la inquietud cierro los ojos. Pienso en el más allá y lo que está aquí, tan cercano. Las luces de la noche se extienden en un horizonte infinito y mis palabras se confunden con un ritmo que me lleva lejos. Siento que vuelo, siento que soy de vapor, siento que corro por callejones ancestrales, siento que ya conozco esta historia. Siento que soy parte de un mundo lejano y que volví a nacer, que volví a creer, que fui el nacimiento de un nuevo sueño. Cierro los ojos y me lanzo desde la altura, recorro la ciudad, recorro un nuevo lenguaje que de alguna forma también me es propio. Siento la brisa del mar a la distancia, siento el aire, siento el temor, siento que todo comienza a dar vueltas al momento en que todo podría colapsar sin ninguna otra explicación más que el deseo de dejarte llevar.
Y, después de todo, las palabras son las que me llevan, el rumbo ya está trazado.
Fotografía: Passeig De Gracia, Barcelona, Catalunya, España (febrero 2010)
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