La misma música de aquel entonces, los mismos sonidos nostálgicos, las mismas reminiscencias. ¿Acaso sería yo también el mismo? Claro que no, la piel envejece, los rasgos se acentúan y la mirada refleja el paso del tiempo. Cerrar los ojos y echarse sobre una silla a pensar: tantos años, tantas experiencias, tantas personas, tantos sueños. Tanto. La vida es tanto. Tanto. Tanto todo. Tanto universo. Tantas cosas por contar o por hacer y tantas búsquedas por el espacio para poder lograrlo. Tanto, tanto. Tantos caminos, tantos kilómetros. Tantas ganas de lanzarse a volar al fin, de dejar de aparentar que vives un sueño para vivir el que realmente quieres vivir. Ese momento en que empiezas a darte cuenta de que la vida corre más rápido, que las señales son fuertes y que todo este tiempo (tanto) ha sido para prepararte, porque la carrera comienza en cualquier momento.
Estoy esperando ese llamado para emprender el rumbo hacia ese sueño. Sé que vendrá, sé que nos hará felices, sé que podremos vivir nuestros sueños. Sé que hay que seguir creyendo y cada vez con más fuerza.
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