Viaje entre el silencio de un momento inexistente, entre el sueño del tiempo y la persistencia de los sonidos que vibran en el aire. Busco y busco lo que no está, busco y busco por si acaso se puede encontrar y saber que lo que no se sabe se sabe primero que lo que se supo antes y se volverá a saber después, sabor, insípido, sediente de una gloria que se acaba cuando comienza a comenzar y comienza cuando acaba de acabar. Y si sabes lo que va a suceder, ven y dilo. Si sabes que esto se acabará pronto, no temas y avisa. Que a veces sonrío y a veces me duermo, que a veces no pienso, que a veces me confundo, que a veces grito... que hace rato ya que me vengo dando cuenta que me estoy alejando de los sueños de infancia que me movieron a crecer y dar pasos.
¿Todavía puede ser eso real? ¿Todavía puedo confiar en que va a suceder? O acaso debo conformarme con un cambio trascendental que, en el fondo, es para bien, que también me puede hacer sonreír. Luchar por eso que creí cierto, por eso que me motivaba a despertar y a dormir de madrugada: ahora ya no. Metamorfosis en el alma, del espíritu que viajaba y que aún viaja, solo que ahora quiere recuperar ese tiempo para poder soñar. Y, al final, brilla una estrella que ilumina la oscuridad. Todo brilla, todo brilla, todo recupera su color.
1 comentario:
Me niego a pensar en que las cosas que se han soñado toda la vida no se cumplan jamás, pero a veces a mí también me duele que los sueños cambien y dejemos de lado lo que realmente queríamos por lo que realmente hay que hacer.
Tal vez los sueños viejos sirvan como una luz para guiar los nuevos proyectos.
Publicar un comentario