domingo, 29 de abril de 2012

Hielo

Es el hielo. El hielo que se transforma en escarcha y se evapora con el silencio de los pensamientos que se transforman en neuronas y minutos perdidos en el cuentagotas de un reloj. Reloj. El reloj que se adelanta: ya no hay más horario de verano, viva el invierno y el frío, la lluvia que ya nunca llega y los granizos que golpean las cabezas de los extraterrestres escondidos en algún cerro de altura que vienen bailando cha cha cha junto a los discos de Madonna que lograron ser comercializados hasta en Marte producto de un convenio de Bill Gates y la emperatriz Madame Bovary que no murió, sino que fue abducida y convertida en reina en algún planeta de perlas. Perlas y gitanos que no hablan español, que rezan en romané y roban en la avenida Perú alegando orgullo, prejuicio y no sé qué más: espanto social producto de su aspecto, de su olor, del conocimiento popular de su amistad por lo ajeno. 

Es el hielo que corrompe los cuerpos olvidados en la playa, bajo las rocas donde las olas revientan una y otra vez, amenazando con avanzar mucho más allá del lugar que tenían determinado. Líneas imaginarias que se mueven una y otra vez cuando las nubes toman formas extrañas, cuando los sueños se confunden en un arranque costero en dirección a un valle olvidado por la entretención: un placer del cual no forma parte. Y los marcianos vuelven a cantar Like a virgin con una Madonna hiphopera que baila y canta, que es casi como tú de alta, cuyo pelo crece para poder peinarla. Quizá sea Rosalba, quizá sea Josefina, quizá sea merengue lúcuma o frutilla, qué se yo.

Es el hielo que avanza sobre los cristales y confunde las imágenes de vapor de aquellas sombras que bailan en la oscuridad, buscando calor. Es el hielo que congela el pensamiento, que congela el mundo... que detiene el tiempo.

1 comentario:

E dijo...

All I can say is WTF xD