miércoles, 25 de abril de 2012

Blah blah blah

El tiempo se pasa volando y, en la medida que empiezo a notarlo, toma revancha en mi contra y hace que la noción del mismo se torne lenta y quejumbrosa. Hacía algunos días había notado que los días pasaban volando y que apenas lograba entrar en razón de que ya estábamos encaminados hacia la mitad de la práctica, lo cual me alegraba bastante considerando que pronto acabaría esta época de trabajo gratuito por el simple hecho de recibir una nota y crear confianza de que estás capacitado para llevar un título. A veces me pongo a pensar en lo útil que sería que, al menos, te pagasen la movilización y el almuerzo, pero la realidad no es así y ya no vale la pena molestarse por eso: son solo 4 meses y ya, un semestre completo, poner algunas notas, gastar un poco la voz y sería. No hay mal que dure 100 años, dicen.

Y es raro observar que, en la medida que avanzan los meses, siento que mi mente ya está cansada y no quiere pensar más: el hecho de no haber tenido las vacaciones correspondientes me tiene un poco perturbado hasta ahora y creo que somos varios los que nos encontramos en esta misma situación. Llegan los fines de semana y sonrío pensando en que podré dormir hasta tarde, considerando que algunos años atrás me alegraba de que se venía un nuevo carrete de tiro largo hasta la madrugada del día siguiente. Las responsabilidad cambian de manera drástica cuando notamos que estamos cercanos a concluir con la carrera y comenzar eso que se conoce como vida laboral: la vida misma. 

Me agradó mucho la atención la sinceridad de la profesora durante una clase de hoy en que hablaba del gusto que muchos tenemos por la disciplina, más allá que en la enseñanza de la misma: creo que me hacía falta un comentario como aquel para ver que no estaba tan perdido. Y es cierto que estamos dentro de un sistema que nos obliga a hacer muchas cosas, pero hay que aprender a convivir con todo: si hay deficiencias, también existen beneficios que podemos disfrutar a diario. El futuro se acerca a cada paso y es normal tener un poco de temor: no queda otra que afrontarlo de la mejor forma posible.

Y, nuevamente, me refugio en este espacio público para evadir la responsabilidad de preparar la clase de mañana. Me motiva la tesis por sobre todo y creo que este fin de semana será de trabajo arduo. Allá vamos.

No hay comentarios.: