Las horas pasan y la ciudad no duerme,
nuestros pasos inciertos deambulan en el silencio
de la locura callejera que los demás no entiende:
bailamos una y otra vez a la luz de los faroles,
nos besamos por sorpresa y quedamos en el aire,
una y otra vez, una y otra vez.
Los callejones secretos son parte de la rutina
y la ciudad de magia no acaba de ser descubierta jamás,
nuevas luces, nuevos aires,
nuevas historias flotando sobre el mar.
Y me besas otra vez,
y te beso por sorpresa... mentiré: diré que fue sin querer.
A la luz del mediodía, a la luz del atardecer,
nuestras manos se reúnen con miradas que vienen y van.
Abrázame cuando voy a la deriva,
recórreme sin conciencia,
deja que todo fluya:
nuestros sentimientos en clandestinidad.
Escapémonos de la vida por un instante
y creemos un micro mundo a la medida,
olvídate de lo que digan:
eso que nunca nos ha importado de verdad.
Porque somos mucho más que eso que piensan
y ellos son mucho menos de lo que nosotros pensamos.
Que pasen las horas y nos encontremos de repente,
como dos extraños que se encuentran por casualidad.
Que me acerque a tu lado y me sonrías,
simulando que no me conoces y que no te intereso;
que me siente a tu lado y te roce suavemente la mano,
que me acerque a tus labios,
que me dejes sin palabras:
no se nos acaba el tiempo, los clandestinos siempre están fuera de la realidad.
Y aunque te preguntes, ¿qué es lo que hacemos en este mundo?
sé que lo vamos a encontrar:
tantos caminos en los cerros y nuevas pistas por descubrir:
la ciudad que nunca duerme siempre vuelve a sorprender.
2 comentarios:
Ya sabemos por qué esta semana ha sido tan positiva y hoy fue un día realmente sorprendente :D
ah! otra cuestion...
eri un "Crack"
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