La incontinente climática me tiene al borde del colapso nervioso y de salud: ponerse un abrigo y luego morir de calor, vestirse desabrigado y luego despertarse con llovizna, salir con calor y encontrarse con un mar frío que cubre de invierno cuando se supone que ya llegamos a la primavera. Algo así como el cambio climático global que tiene el mundo completamente patas pa' arriba y no me quiero ni imaginar qué es lo que va a seguir: me acuerdo de los 34º C en Valparaíso por allá por los primeros días de marzo (los 40,1º C en Olmué y 37º C en Quilpué y alrededores) y luego recuerdo que no ha llovido lo suficiente. ¡Quiero lluvia, lluvia! Y ya no sé si hay que seguir rezándole a San Isidro o si comenzamos a hacer la danza de la lluvia para ver qué es lo que resulta. Pero sucede que ya llega octubre y comienzas a poner el número 10 cuando anotas la fecha en formato abreviado: 01/10/2012. Mes número 10, lo que implica que tan solo quedan 2 meses y decimos "chao, 2012", claramente, si es que el 2012 no nos dice chao a nosotros, de acuerdo a tanta profecía del fin del mundo, de Nostradamus, de Yolanda Sultana, etc.
Octubre es un mes extraño, pero que por mucho tiempo fue uno de mis meses favoritos ya que suele ser un periodo donde ocurren cosas buenas. Un mes en que comienza a mejorar el clima, la luz del día se extiende y nos animamos al ver que se acercan las vacaciones: más ahora que quiero salir volando de ese sistema escolar estupidizante en el cual he caído por azar de la vida, quizás con la intención de que aprenda algo. En fin, ya no polemizaré en torno a eso, sino que me resigno a pensar que no será eterno y que, después de todo, hay cosas mucho más terribles. Octubre es como la transición al final, el inicio del fin, el inicio del fin del inicio y blah blah blah. Ya comienzo a contar los días para que llegue diciembre y poder descansar, pensar en navidad, cumpleaños, año nuevo y fuegos artificiales. Creo que hace falta un cambio de energía y, al parecer, pronto veremos muchos flujos rondando por el aire, ¿seremos capaces de percibirlos?
Octubre es el recuerdo de que la primavera también trae alergia. Un mes en que te dan ganas de carretear, pero que el cansancio acaba llevándote a dormir antes de la medianoche, cuando juntas cada segundo (como si fueran monedas para la micro) que te permitan descansar un poquito más. Octubre es un mes que suena extraño, pero que encierra un mensaje siempre muy positivo en ese color de cada atardecer que se proyecta hacia el infinito, desde el horizonte. Un momento en que comienzo a darme cuenta de que la vida es para vivirla y que el momento es ahora, de que hay que cambiar el switch.
Bienvenido octubre, con la incertidumbre inherente a cualquier día, con los detalles simples que nos hacen sonreír. Con la energía, el empujón final para acabar pronto con esta etapa de la cual, espero, podamos sacar muchas enseñanzas para la vida.
2 comentarios:
Pronostico para el fin de semana:
Tomatera variando a Borrachera Parcial.
Voy a hacer como que no leí el comentario anterior... xD
Ya es octubre de nuevo!!!! :O
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