Abrir los ojos una y otra vez, con la intención de que el sueño no acabe y de que pueda volver a renacer, quizás. Tener la dificultad de despegar los párpados y querer seguir durmiendo abrazado a un presente sonriente y a una mirada que te escudriña en la oscuridad.
sábado, 13 de octubre de 2012
Poetas en la urbe
¿Y qué pasaría si te encontraras a Vicente Huidobro caminando por la calle?
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