domingo, 27 de mayo de 2012

Lluvia

Recordé lo que era la lluvia luego de casi un año sin ver cómo el agua avanzaba sobre nuestras cabezas en aquellas nubes de algodón que recorren nuestros cielos ante una mirada sorprendida de poder volver a ver a la naturaleza manifestándose con locura. Esperaba volver a ver truenos y relámpagos como hace algún tiempo, cuando me despertaba por las noches producto del rugido celestial que hacía tiritar nuestros techos. Esperaba sentir la lluvia cayendo sobre mi cabeza y fue lo que resultó. Aunque viajar a Santiago en medio de la lluvia y la oscuridad es una experiencia un poquito inquietante, me pareció interesante y creo que lo volvería a repetir. 

Antiguamente -cuando teníamos el ombligo en la frente- no solía salir de mi casa cuando llovía, pero ahora hasta he vuelto a ocupar paraguas, cosa extraña e inédita considerando varios hechos nefastos referidos a su uso tales como: una vez que se de me dio vuelta delante de todo mi colegio o los 3 paraguas que perdí en España. Y nuevamente, casi lo olvido al bajarme del bus.

Finalmente, regresé a comer sopaipillas luego de un fin de semana desconectado. Me espera una semana de trabajo hasta tarde: la tesis se viene fuerte y la práctica comienza a exigir estupideces que hay que cumplir. Así es la vida, es el último mes de estudiante de pregrado y espero disfrutarlo.

1 comentario:

E dijo...

Es un poco complicado andar publicando que se te dio vuelta el paraguas xD

Por fin comiste tus tan ansiadas sopaipillas jajaja, lo que más me gustó de todo esto fue la última parte... el último mes de estudiante de pregrado yujuuuuuuuuuu