Una vez más me doy cuenta de que la Región de Valparaíso se está haciendo conocida por los incendios y catástrofes. Hacía un año Valparaíso salía a toda la nación (y tal vez a todo el mundo) por la explosión ocurrida en Calle Serrano, lugar donde se ubicaban muchos inmuebles de carácter patrimonial que acabaron quemados y derrumbados producto de las llamas que duraron casi todo el día, haciendo que la inmensa nube de humo fuese vista desde todos lados. Después, lo fue un local en Pedro Montt y así sucesivamente muchos lugares que da lata ponerse a detallar porque es más que seguro que se me olvide citar algo: son demasiados y en tan poco tiempo, ¿qué irá a pasar en el futuro con la zona si esto sigue convertido en una “fuegópolis”?
Ahora, en verano, es el turno de los incendios forestales que arrasan con todo lo que ven a su paso. Recuerdo el año 2003, cuando recién me instalaba acá en Quilpue luego de los 4 años en el frío de Punta Arenas. Ese año se desataron grandes incendios que elevaron la temperatura a más de 30º C en Viña del Mar (acá estamos más al interior, por lo que la temperatura debe haber sido al menos 2º C más que allá) y extendían enormes nubes de humo que a cubrían el cielo de oscuridad y contaminación. Y es algo que se hace cada vez más común, que todos los años por estas fechas ya sabemos que puede ocurrir y que hay un 80% de probabilidades de que así sea.
Ayer comenzó un incendio forestal en Quintay, pero el humo era visible hasta acá en mi casa. Pasó toda la tarde hasta que alguien me dice que hay un enorme incendio y decidí salir a observar para encontrarme con la enorme nube (que perfectamente podría haber pasado como una masa nubosa anunciando un gran temporal) que cubría el cielo y hacía ver al sol de un color rojo que sólo había visto en episodios como éste. Luego se sintió un poco de viento. No me imaginaba que el humo fuese a llegar tan lejos, pero leí que ya son 1500 hectáreas las que han sido arrasadas por el fuego y hace que las cosas parezcan un poco más lógicas.
Lo que me da mucha lástima es que me estoy acostumbrando a escuchar este tipo de noticias: “1000 hectáreas quemadas”, “más de 2000 hectáreas quemadas”, etc. Y no es algo que podamos culpar a los voluntarios que acuden a apagarlo, sino que a la gente que no se da el tiempo de cuidar el entorno. Cada hectárea que se quema significa un espacio menos para distintas especies que se desarrollan, menos alimento herbívoro y una pérdida que puede tomar muchos años en recuperar. Además, perder árboles es perder oxígeno… aumentar lo contaminación y llevar a nuestro planeta a la destrucción de manera aún más acelerada. Todos los veranos es lo mismo y es algo que parece no tener control. ¿Dónde surge todo el problema?
Espero que puedan acabar con este incendio. Pedir que no haya otro parece ser imposible, al menos espero que sea una de las miles de lecciones para cuidar el entorno (aunque ya parezca un cliché repetirlo).
Ahora, en verano, es el turno de los incendios forestales que arrasan con todo lo que ven a su paso. Recuerdo el año 2003, cuando recién me instalaba acá en Quilpue luego de los 4 años en el frío de Punta Arenas. Ese año se desataron grandes incendios que elevaron la temperatura a más de 30º C en Viña del Mar (acá estamos más al interior, por lo que la temperatura debe haber sido al menos 2º C más que allá) y extendían enormes nubes de humo que a cubrían el cielo de oscuridad y contaminación. Y es algo que se hace cada vez más común, que todos los años por estas fechas ya sabemos que puede ocurrir y que hay un 80% de probabilidades de que así sea.
Ayer comenzó un incendio forestal en Quintay, pero el humo era visible hasta acá en mi casa. Pasó toda la tarde hasta que alguien me dice que hay un enorme incendio y decidí salir a observar para encontrarme con la enorme nube (que perfectamente podría haber pasado como una masa nubosa anunciando un gran temporal) que cubría el cielo y hacía ver al sol de un color rojo que sólo había visto en episodios como éste. Luego se sintió un poco de viento. No me imaginaba que el humo fuese a llegar tan lejos, pero leí que ya son 1500 hectáreas las que han sido arrasadas por el fuego y hace que las cosas parezcan un poco más lógicas.
Lo que me da mucha lástima es que me estoy acostumbrando a escuchar este tipo de noticias: “1000 hectáreas quemadas”, “más de 2000 hectáreas quemadas”, etc. Y no es algo que podamos culpar a los voluntarios que acuden a apagarlo, sino que a la gente que no se da el tiempo de cuidar el entorno. Cada hectárea que se quema significa un espacio menos para distintas especies que se desarrollan, menos alimento herbívoro y una pérdida que puede tomar muchos años en recuperar. Además, perder árboles es perder oxígeno… aumentar lo contaminación y llevar a nuestro planeta a la destrucción de manera aún más acelerada. Todos los veranos es lo mismo y es algo que parece no tener control. ¿Dónde surge todo el problema?
Espero que puedan acabar con este incendio. Pedir que no haya otro parece ser imposible, al menos espero que sea una de las miles de lecciones para cuidar el entorno (aunque ya parezca un cliché repetirlo).
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Up On The Ladder - Radiohead
Saludos!
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kinkan ®
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