Paranoia en mitad de la noche y los relojes que suenan tic tac, tic tac, en un intervalo interminable de segundos inciertos. Tic tac, tic tac. Las gotas del silencio que comienzan a caer sobre mi cabeza me recuerdan ese frío invierno congelado por el que corrí tantas veces, sintiendo la hierba que se quiebra con las pisadas del caminante adolescente, que no entiende, que busca, que se confunde... que no entiende. ¿Cuál es esa búsqueda interminable de la cual no sabe su final? ¿Cuál es ese argumento real? Porque ya está aburrido de argumentos insulzos, entregados por aquella institución dorada de mentiras, brillante de donaciones monetarias y corroída por la codicia de quiénes la dirigen. ¿Que diría el buen Don Quijote ante tanta injusticia? ¿Acaso Rocinante se lanzaría al galope contra las paredes de cemento que añoran alcanzar el cielo en la dirección contraria?
Paranoia de agitación y un cuerpo que tiembla de temor, mira la hora, se enreda entre las sábanas que lo cubren y refugian. ¡Tiembla, sumergido por el insomnio en un delirio de pesadillas que no existen! Pesadillas de un mundo que tambalea con fuerza, pero soporta. La nieve que cubre los pies del adolescente comienza a cubrirle las rodillas y su piel ya está azulada: ¿será un glaciar, un ventisquero, corazón de escarcha, qué? Parnoia a las 5 de la mañana cuando la luz del día aún no quiere llegar y la eterna obnubilación nocturna perturba con extrañas vibraciones provenientes desde las profundidades.
Ruidos subterráneos por doquier, ¿qué es eso que ves? Tambaleos en mi mente, ¿qué es eso que sientes? Ensoñaciones extrañas y temor a toda hora, ¿qué es eso que escuchas? Ruido, gritos y aceleración, ¿qué es eso que está por venir?
Fotografía: Insomnia, 21/02/2012
1 comentario:
Pero qué ojito más bello el de la foto :D
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