Antiguamente -"cuando teníamos el ombligo en la frente"- hablaba de mi primer día de clases y creo que no resultaba una fecha especialmente alentadora, considerando el fin de las merecidas vacaciones y el descanso sin fin que cualquier persona anhela tener, incluso más de alguna vez pensé en que el orden debiese ser al revés (9 meses de vacaciones y 3 de clases). Sucede que esta semana comencé el que ya fue mi primer día de colegio, pero desde una óptica diferente a la de un alumno: ahora desde el rol de profesor. Y resulta ser una tarea importante, teniendo en cuenta que, de una u otra forma, esa instancia nos constituye como guías de la formación de gente que luego se desempeñará en diferentes ambientes de la vida. Evito pensar en la tremenda responsabilidad que ello implica, pero de vez en cuando conviene plantearselo para tomarle el peso a lo que se está haciendo.
A eso de las 13.30 del día lunes 12 de marzo, llegué al colegio. El ingreso fue diferente, teniendo en cuenta que ya comenzaban a conocerme y, a la vez, el establecimiento se me comienza a hacer más familiar. Los profesores estaban almorzando y fue el momento en que pude conversar con algunos de ellos, escuchando consejos y sugerencias: "no seas simpático, sino estricto y luego te vas relajando en el camino", consejo bastante sensato teniendo en cuenta mi experiencia anterior en que me las di de simpático y salí para atrás. Creo que el momento más interesante fue durante esos 30 minutos de espera, en que reflexionaba respecto a todo el proceso de la carrera y, lo más reciente, de la dificultad para conseguir una práctica final: parecía mentira que todo comenzaba, aunque tuve miedo de que ese inicio tal vez no llegase. Me di cuenta de que soy capaz de realizar muchas cosas y estoy dispuesto a potenciar esas habilidades.
Creo que me ha agradado el ambiente y el sistema por el cual se rige el recinto, cuyas normas me resultan sensatas y racionales. Quizás preferiría otra vestimenta, pero al fin y al cabo, no se puede ir contra la experiencia solo porque se me ocurrió. Si bien, existen algunas dificultades tales como dar el puntapié inicial, creo que vamos por buen camino. Me quedan 23 clases por planificar (solo llevo 1), pero ya es un avance. A ver cómo resulta todo esto.
1 comentario:
dale no mas loquillo.
no siempre es facil pero todo sirve...
ademas no creo que te cueste mucho jajaja.
xau
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