Abrir los ojos una y otra vez, con la intención de que el sueño no acabe y de que pueda volver a renacer, quizás. Tener la dificultad de despegar los párpados y querer seguir durmiendo abrazado a un presente sonriente y a una mirada que te escudriña en la oscuridad.
sábado, 21 de enero de 2012
Causa-consecuencia
En un año que tanto temor ha causado en cuanto a sus profecías, es interesante cuestionarnos analizar que cada cosa que hagamos causa ecos y, de una u otra forma, lo veremos.
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