Todo el día bajo el sol que no existe. Todo el día arrojado sobre el pasto verde que comienza a germinar sobre las praderas inhóspitas de ese mundo oculto. Todo, todo, todo. Todos los pensamientos que cruzan a la velocidad del silencio que se congela cuando las aguas del tiempo se detienen. Y las nubes se posan sobre los cerros donde duermen los sueños, la niebla esconde ese mundo secreto y mágico que aparece un poco más allá. Ascensores, avenidas con grandes pendientes, voces que cantan desde el más allá.
Las nubes cubren el Puerto.
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