Abrir los ojos una y otra vez, con la intención de que el sueño no acabe y de que pueda volver a renacer, quizás. Tener la dificultad de despegar los párpados y querer seguir durmiendo abrazado a un presente sonriente y a una mirada que te escudriña en la oscuridad.
martes, 30 de diciembre de 2008
Adiós 2008, aunque me cueste creerlo.
Por más que diga que fue un año de mierda, no puedo decir que lo fue del todo. Si bien cometí errores graves que iban contra mis propias palabras, haciéndome pecar de incoherencia, creo que siempre se puede rescatar lo bueno.
En lo académico no me quejo, pero sí siento que aún tengo una gran deuda conmigo mismo respecto a lo emocional. ¿Ya habrá tiempo para ello, llegará su momento? Algunos me dicen que me siente a esperar, pero ya me doy cuenta de que es momento de dejar que las cosas pasen, de vivir y ser feliz; en el camino las sorpresas alegres abundan, sólo hay que saber aprovecharlas.
Este año conocí grandes personas, grandes amigos y también me di cuenta de otros que no lo eran tanto: la naturaleza vuelve al equilibrio y todo recupera su orden y armonía en el universo. Sí es que estoy en lo correcto, creo que también estoy descubriendo cosas que no sabía que podía hacer.
Finalmente y que tal vez se convierta en el suceso más extraño -para muchos una enorme sorpresa, algo que no se esperaban y que era casi virtualmente imposible-, es un suceso de anhelada (pero no reconocida) reconciliación. Sí, creo que lentamente comienzan a cerrarse heridas del pasado para dar paso a un nuevo ciclo, mucho más alegre: eso es lo bueno de las caídas, que uno aprende a levantarse.
Un año que tuvo de todo. Un año que no pasará en vano, pero que si deja gusto a poco, que hubiese sido mejor. Pero me quedo con lo bueno, con lo que me hizo crecer y me alienta a continuar en esa misma línea el 2009, que según el horóscopo me sonríe.
Adiós 2008, aunque me cueste creerlo: se cierra una página con un punto final, pero que sabe que volverá a ser releída.
viernes, 26 de diciembre de 2008
Cambio y fuera
Tweenty-start.
Se va todo de pronto, nadie lo entiendo. ¿Acaso yo?
------Silencio------
Teen... twenty... what do I know?
...................................
Se acaba un año, comienza otro con la manecilla del reloj que ya avanzó. ¿Cuál es el pasado, cuál es el presente y cuál el futuro? La línea que los divide es efímera; a cada instante se vuelve a mover dejándonos con la duda de qué es lo que sucedaré otra vez.
Y no lo sé.
Tampoco Elvira me quiere decir la respuesta, aunque sé que ella ya lo sabe.
Una nueva forma de ver el mundo, una nueva forma de conocer.
¿Una nueva forma de saber? La sustancia y la forma alteradas en un sentido desconocido
que diga lo que quiera,
lo que piensa y lo que siente)
SÓLO SÉ QUE NADA SÉ.
¿Qué es lo que sabes tú?
------------------Stop, cambio---------------
Todo fluye, ¿fluye todo?
Cuál es el sentido del sin-sentido... ¿estar perdidamente entretenido?
en un juego de palabras perdido.
No sé cuándo sea el momento en que hablaré otra vez.
TODO A SU TIEMPO, todo a su tiempo.
Teenager-end.
Twenty-start.
CAMBIO Y FUERA.-
domingo, 14 de diciembre de 2008
Some words to try to make you fall in love.
yesterday night is when I started to think about you without fears.
Fears?
Of course I've got fears... too many.
I'm afraid to stay only in a fantastic dream. What's a dream?
You're a dream.
You're just like a dream like The Cure song sings.
I look outside the window and I wonder how to make you love me?
How to make you live the same dreams?
How to make you feel the same feelings?
How to make you look at me?
My head's just an atomic bomb close to destroy the world.
Do you know how to dismantle an atomic bomb? Ask U2 if you want to get some guidance.
Do you want to come here to watch my dreams?
Do you want to know what's my best dream?
Bécquer said that you're the poetry,
but I say that you're my best dream.
sábado, 13 de diciembre de 2008
Realidad
Me haces sentir vivo cuando estoy muerto, me haces querer la muerte cuando no te tengo, me haces escribir sin pensar y me curas de mis heridas en el momento preciso. Pero no sé lo que tú piensas en realidad.
Eres música para mis oídos, una gran película ante mis ojos, un cuadro perfecto y sonoro, una metáfora nueva y perfecta, tan deliciosa como el sonido de tu nombre. ¿Quién eres en realidad?
A veces sé que pasa a mi lado tu sombra, a veces sé que lo sueños se pueden cumplir. Pero a veces no se si eres quien creo en realidad, ¿eres real?
Tal vez sólo otro de mis sueños, otro de mis versos, otro de mis llantos.
Tal vez eres otra de mis ilusiones, otra de mis ensoñaciones, otro de mis mejores deseos, otra de las veces en que mi mirada no quiere dejar de seguir la tuya.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
El pasado que vuelve a tocar mi puerta
Quiero creer que sí; estoy dispuesto a trabajar porque así sea. El pasado golpea a mi puerta y, ¿debo hacer oídos sordos? Una vez más peco de incoherencia, pero siento que es lo mejor. Será un respiro, será un alivio, tal vez una lágrima, un abrazo, una palabra, una sonrisa... seguramente volverá a ser una sonrisa y una página muy bien escrita, releída y subrayada; una lección de vida que perdura.
Sí, eso es lo que quiero.
viernes, 28 de noviembre de 2008
Part of my best dreams
I forget about what I used to be,
I forget about what I did yesterday;
I only know what my heart feels:
It's something different, but it's nice to feel it that way.
When I'm with you I forget about my problems,
I forget about the last night bad dreams,
I forget about the fears I've felt all my life;
I only know your voice and your words making a new world to me:
It's something I enjoy more and more each time.
When I'm with you I remember all the good dreams,
I remember all God's good promises,
I remember all happy songs I've heard;
I feel like a stage of my life's smiling to me:
It's really good to know you and to get you as a part of my best dreams.
martes, 25 de noviembre de 2008
?A-me-op nu se¿
Par-ece un re(cuadro) mal fabri(ca-do)
Pa-re-ce un sil(aba)-rio semi-(huido)-brian-o, pero no lo tien(do)-en
¿Es un po-e-m-a?
?A-me-op nu se¿
Un me-ns-a-je oc-ult-o q-ue no se e-n-t-i-e-n-d-e....
L-a-s pal(a-br-as) de Condullum (inter)-fi
(v-i-s-i-o-n)-a.r->ia<
Pequeño y macro
Hoy no me dormiré, lo sé. Hoy me quedaré pensando en ese futuro que recuerdo de ayer, ese pasado que me da nostalgia de un mañana, esa luz que un día vi cuando el sol de verano cantaba Orinoco Flow. Dejo mi alma caminar por las intimidades de su historia y las profundidades de sus abismos, allá en el mundo nocturno que algunas veces pude ver amanecer.
Y Valparaíso es tan bello que no puedo dormirme pensando en él, en sus plazas, en su gente; en los cerros nevados de luces por las noches que proyectan su historia hacia el Pacífico, hacia el mundo.
sábado, 22 de noviembre de 2008
Fue inevitable
Y fue inevitable verte en medio de mis sueños, como un nanometraje onírico improvisado.
Fue inevitable despertarme sonriendo.
viernes, 21 de noviembre de 2008
El camino del alma
Es lo que hay.
Pequeñas cosas improvisadas a las que no le tomo importancia en el momento me hacen pensar en las nuevas cosas que puedo aprender. Sí, definitivamente soy ese corderito que teme descarrearse y caminar a la deriva en su soledad, un cordero que sigue a un pastor porque sabe que en él encuentra una guía. Sí, un cordero indefenso, sumiso y que no inspira miedo... pese a que él si lo sienta en su interior. Un cordero que sonrié aunque esté mal, un cordero que está siempre dispuesto a ayudar aunque por dentro pueda explotar. Un cordero que se olvida de sí mismo y que en su constante laissez faire olvida que a veces debe hacerse escuchar.
Y, en realidad, no quiero cambiar. Simplemente, es lo que hay.
sábado, 15 de noviembre de 2008
Ganar o perder
Tal vez a litle bit of spirit in my life, a litle bit of adventure in my thoughts, a litle bit of you here in my days. ¿Cómo voy a saber cuál es el momento exacto para todo? Las estrellas alineadas en el cielo me lo decían hace tanto tiempo y parecían equivocarse o, al menos, el tiempo del cual me hablaban no era el que yo pensaba que era. ¿Qué es lo que ocurre ahora? Mis ojos temen mirar hacia el horizonte y perseguir esas pisadas pequeñas, pero mi alma palpita con fuerza cuando percibe esa ternura... tiene tanto miedo, pero quiere correr. Aunque sólo sean dos las opciones disponibles: ganar o perder.
viernes, 14 de noviembre de 2008
Mal síntoma
Debe ser que nuevamente estoy perdido en mis pensamientos, borrando y defragmentando discos duros de ideas que hacía poco tiempo creía completamente desechadas. Pero, nuevamente y en parte por desgracia, me doy cuenta de que no las he borrado del todo. Es algo que me motiva, pero que me deprime al saber que no puede ser cierto, que parece no ser correspondido. Y no sé si me da más miedo decirlo todo de una vez -aunque ya es obvio que muchas personas ya lo saben- o que pueda obtener una respuesta inesperada (afirmativa).
¿Es un mal síntoma sentir que cuando pienso en el tema me sonrío para mi interior y, de una u otra forma, me vuelvo a sentir contento? ¿Es un mal síntoma darme cuenta de que mi vida no se ve coartada cuando lo pienso, sino que se ve completamente complementada y nuevamente vuelve a sonreír? Pero, ¡qué mierda es todo esto! Algún día me iba a tocar ver a mí el lado negro de la moneda... sigo pensando en ello, pero a veces una lágrima no evita caer de mi mejilla reclamándome por mi cobardía.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Estable, resignado, aburrido.
Pero son tantas los pensamientos y demasiado poco el tiempo. Son tantos los deseos y muy pocos los medios. Tanto el material y poco el dinero. Tantos personajes hablando las mismas estupideces y pocos que realmente saben algo, pocos que realmente son visionarios que dicen algo coherente. ¿Hablo cosas coherentes? Me lo cuestiono día a día, hora a hora, minuto a minuto y segundo a segundo... tal vez en una milésima no alcance.
Sí, digo que estoy contento, pero no sé si es verdad: la palabra sería estable, resignado, aburrido, agotado y con ganas de dormir, de avanzar por inercia hasta el consecuente final. Y ya no sé si sea mucho más tiempo el que pueda soportar así: pensando en el futuro que se ve tan bello, pero que las líneas de la mano no intentan siquiera decirme. A veces creo que no seré lo suficientemente fuerte y paciente como para esperarte por tanto tiempo. A veces creo que mi situación, en un determinado momento, simplemente, no dará para más y puede que la solución esté en ese Disparo que rompió la pared y sacó al prisionero de su jaula.
martes, 11 de noviembre de 2008
Tengo ganas de escribir
Hoy tengo ganas de escribir y no sé cómo voy a empezar, al fin y al cabo, ¿qué es lo que importa? ¿Acaso Bajtín se levantará de su tumba a criticar si mi prosa es poética, prosaica o quién sabe qué? ¿Acaso Jakobson se reencarnará en un espejo y me dirá que debo potenciar mi función poética? ¿Acaso Huidobro y Apollinaire vendrán a decirme que debo ser más vanguardista? ¿O acaso la Mistral vendrá a proclamar mi muerte con alguno de sus sonetos? Quiero creer en Julio Verne y en el mundo que vive bajo la tierra, quiero creer en Cortázar y en su capítulo 7 que espero poder pronunciar algún día, quiero creer en la poesía de Bécquer... quiero creer en mí mismo y en las palabras que fluyen casi sin pensar.
viernes, 31 de octubre de 2008
Silencio, espera, desconcierto, no sé...
Dicen que en las nubes vuelan las almas de otros mundos, las que ya partieron, y que en cualquier momento puede ser tu momento de saludarlas: de preguntarles cómo están. Seguro han de tener muchas historias, pero quién sabe si son de verdad. Las nubes corren por encima de la Luna, tratando de decirme algo quizá. ¿Acaso llegará el esperado momento en que se habra un halo de luz en el silencio para decirme cuál es el paso que seguirá? Si la cabra que anda perdida en las alturas quiere bajar al valle, por fin, para saber cuál es su nueva vida, ¿qué será eso tan importante que los astros le tienen que contar?
domingo, 26 de octubre de 2008
Mi deseo electoral
Al fin y al cabo, de nada servía levantarse tan temprano si no tomas tu lugar en la ducha; la excusa del desayuno no es muy productiva a la larga, cuando te dan casi las 11 de la mañana y todavía esperas. Finalmente -y en una situación que pocas veces se produce- me demoro menos de 10 minutos en la ducha y en algo así como 3 minutos ya estoy vestido, esperando que baje mi madre del segundo piso para partir.
Hace calor: el anuncio de un día nublado falló otra vez. Salimos los 5 a esperar locomoción colectiva, pero nos encontramos con la sorpresa de que lo poco que pasaba a esa hora estaba ya lleno. ¿Colectivos? Llenos. ¿Una micro? Repleta. La solución mesiánica de mi padre que anuncia que irá en busca del auto; 3 minutos después nos subíamos al vehículo de color rojo (rojo puto, según llaman algunos) para partir hacia el centro de un lugar llamado Quilpué.
Una ciudad colapsada llena de carabineros y calles cortadas. La puerta dice "mesas 99 - 132". Sonrío: estoy en la 131. Veo uno que otro anuncio, busco el lugar y me encuentro con una inmesa fila que a poco me hace creer que el segundo piso va a colapsar. Son las 11.40 cuando soy el último de una enorme fila. Sigue llegando gente, son las 12 y lo que he avanzado es considerable: faltan 2 vueltas más. Son las 12.30 y al fin veo la mesa de vocales que me entregan el bendito papel que expresará mi primera decisión cívica que, a la larga, ¿servirá de algo?. Entro en la "cámara secreta" -que en realidad debe estar llena de cámaras a través de las cuales identifican tu postura- y marco mi elección: 15 segundos, con suerte. Voy a la urna y deposito mi voto: ¿alguien me va a tomar una foto? No, no soy de farándula... ok.
Y al final, cumplí mi mayor deseo electoral: acabé muerto de la risa y de calor, comiendo grissines que me recuerdan la primera vez que vi eso de votar, como a las 6 o 7 años.
viernes, 24 de octubre de 2008
No me des la razón
No me des la razón, te lo digo por tu propia seguridad. No mes des la razón aunque tengas la más absoluta certeza de que la tengo, no lo hagas por tu propio bien o tendrás que asumir las consecuencias de haberme dado ese poder incontrolable que ahora me hace acreedor del mundo y de mil verdades escondidas que antes sólo eran fruto de mi observación y mi molesta; de mi mala experiencia y de la tristeza que en algún momento me hizo ver el mundo gris. Puede que de un momento a otro me sienta un Dios capaz de modificar el camino y las especies; un Dios al que muchos querrían adorar y apoderarse del verdadero culto para apoderarse de todas tus acciones y ponerlas en su propia favor, olvidándose de su motivo inicial. Todo esto podría suceder si de un momento a otro me dices que sí, que sí tengo la razón y de que mi forma era la mejor; que pese a que era cierta, nadie más la había podido ver y ahora que tú también la sabes, me dices que en realidad era un vidente. Ten cuidado, si me otorgas el poder de la verdad puede ser tan nefasto que el mundo puede comenzar a girar en dirección contraria.
No, no me des la razón aunque yo te lo diga una y otra vez, aunque sepas que lo que te digo es verdad, aunque mi vaticinio sea 100% certero y de que lo que diga se cumpla. Dime, tal vez, que sólo fue una coincidencia y de que mi estoy volviendo un demente, de que lo que digo son sólo estupideces de un ser corroído por las deseos que le arrebataron cuando quiso ayudar a una humanidad que no piensa más que en sí misma y que difícilmente pensaría en ayudarme de vuelta. Dime que es sólo una forma de ver el mundo y que puede que me esté equivocando. Aunque sé y sabes que lo que digo es verdad, aunque también has comprobado que lo que yo decía era cierto.
No mes des la razón, no me des el poder de tener la verdad, no me des el poder de ser un pseudo Dios automático con forma humana, no me des del poder de decir que sabía lo que iba a pasar. Dime que fue sólo coincidencia: no me des el poder de saber que lo que ya pensaba era una realidad porque, pese a saberlo desde siempre, no pude intervenir para que eso no ocurriese más.
viernes, 17 de octubre de 2008
La primavera graciosa ha muerto.
se han dormido los sueños,
se han dormido las ganas que tenía de verte.
Se han dormido todas las noches que te soñaba
y las mañanas de angustia cuando despertaba
porque el recuerdo de tu celestial mirada sólo era un sueño,
se ha dormido cada palabra que te dedicaba en secreto.
¿Quieres acaso decirme qué fue lo que pasó?
¿Quieres acaso darte un tiempo para los dos?
Pero estás tan ocupada entre papeles y dibujos
mientras sueñas con algo que no sabes si va a llegar;
se ha agotado la espera y es mi momento de marchar.
Se han dormido mis deseos de tenerte,
se han dormido los días,
se han dormido las caricias con las cuales quería sostenerte.
Se han dormido los silencios de mis propios pensamientos
y la música dulce que en ese trance te componía
para ver si algún día las escucharías y te vería sonreír;
se ha perdido la vida que a tu lado quería vivir.
¿Quieres acaso decirme si fue mío o tuyo el error?
Dame fuerzas silenciosas para acabar una historia que nunca empezó,
dame una mirada y una mano para levantarme
porque el viento sopla fuerte y no puedo contra el sol.
Se ha agotado la esperanza y el cuadro se destruye en su dolor.
Tu irritable mirada se ha perdido entre palabras descuidadas;
la rosa del huerto se ha secado,
la primavera graciosa ha muerto.
miércoles, 8 de octubre de 2008
Soñar todo el día sin dormir
no pensaré si es que acaso estoy haciendo lo correcto.
¿Para qué gastar el tiempo en mirar ese presente pasado
en vez de dejarlo ser libre y correr?
No pensaré siquiera si me dirigo hacia la montaña o hacia el desierte,
no pensaré en que mi cuerpo me exige descansar.
No te diré las palabras que tengo en mente,
no te diré los pensamientos que se escapan cuando los pretendo escribir.
No intentes acercarte para que te responda:
es inútil, nada de esto tiene solución...
y tampoco quiero que la tenga.
Soy feliz de correr libre entre los versos que no controlo,
soy feliz de soñar todo el día sin dormir.
Y no duermo pensando en lo que te voy a decir,
soñaré todo el día algún día podré estar cerca de ti.
¿Es acaso un pecado desearte con locura?
¿Es caso un pecado no querer dejar esa pasión correr?
Puedo escribir mil palabras en tu nombre,
pero la historia sólo en tus ojos comienza a nacer.
Tú yo, musa celeste que no me deja dormir.
Tú y yo, palabras que vienen a mi mente sin regulación.
Tú y yo, sinceramente no pienso en cómo pueda acabar esto que digo.
Tú y yo, un abrazo apasionado entre las letras y el mundo verosímil que te soñé.
No es necesario pensar que el camino queda atrás,
las huellas en la nieve me sonríen a la espera de verme avanzar.
No es necesario que me hables:
sabes que puedo mirarte a lo ojos y saber lo que me vas a decir.
No te vayas de mi lado, no te alejes de mí,
¿que no ves que es a ti a quién canto hasta en mis sueños?
¿que no vez que de tu mano no me suelto?
Soy feliz de que me abraces entre valles oníricos por los cuales hemos de correr,
soy feliz de soñarte todo el día sin dormir.
sábado, 27 de septiembre de 2008
Ausencias y recuerdos.
Y es inevitable que vuelva a correr las líneas para llegar a ese sonido que tan dulces momentos me trae: 2 años atrás cuando creí ver el cielo y sentir la gloria en mis manos, ver hacia el horizonte y encontrarme con esos espíritus que jamás me han dejado. Pero no puedo olvidarme de ese momento en que nuevamente apareció el fantasma de la soledad para decirme lo que soy, para mostrarme en un espejo cuál es mi eterna situación, para probarme y verme llorar delante de todos en un momento de aparente alegría. El fantasma da vueltas alrededor mientras oigo esa canción que, por el destino, llegó a mis oídos justo en ese período tan importante y que ahora se ha transformado en icono de una celebración. La escucho y la vuelvo a escuchar, me encanto en su sonido y mi memoria arde con las promesas que he escuchado y que aún sigo esperando.
Y es que nadie sabe lo que realmente va a suceder: un arma de doble filo que trae consecuencias favorables y desfavorables. Temas sensibles y fibras a punto de cortarse si se intenta caminar por sobre ellas, miradas ansiosas que esperan un futuro que les pertenece y el sistema les niega, miradas que no saben qué más hacer… y yo que sigo sentado en mi cama, mirando el techo, esperando ese evento estelar que parece estar próximo a sonreírme. Ojalá fuese, esta vez, algo más que un mero sentimiento de espera y ansiedad: espero que esta sea el momento que he estado esperando. Sí, desearía saber qué es lo realmente correcto: ya he cometido tantos errores y alguno de ellos me atormentan cuando no debiesen, pero lo hacen de todos modos. Sólo el aire me ha traído más y más confusión y el primaveral sentimiento de alergias y emociones a veces me quita el sueño… y la inspiración.
Ausencias y recuerdos que vienen a caminar delante de mi mirada cuando el playlist ya ha pasado a la siguiente canción.
martes, 23 de septiembre de 2008
23 de septiembre, 2008: Primeras Impresiones.
Si he de describir mis sentimientos en mi primera observación, fácilmente podría resumirlo en 3 palabras: ansiedad, temor y –por muy exagerado que pueda parecer- paranoia.
Ansiedad al pensar en la importancia del trabajo que estaba realizando, de pensar en las implicancias que mis apuntes pueden tener en el futuro y del inminente deseo de que esta investigación resulte de lo mejor posible.
Temor por no saber muy bien a lo que me estaba enfrentando y por culpa de los constantes cuestionamientos de si es esto lo que realmente quiero hacer durante el resto de mi vida. Temor ante cualquier situación extraña que pudiese llegar a suceder y de las reacciones, temor ante ese grupo de alumnos (tan diferentes en su forma de ser a mis compañeros de colegio) al no estar acostumbrado a ese trato, etc.
Paranoia, y éste es el punto quizá más jocoso de lo que fueron mis sentimientos durante esta jornada. Y era el hecho de sentirse observado desde todos los ángulos de la sala, como si fuese yo el objeto de estudio y no el aula, pese al intento de pasar lo más desapercibido posible. Y principalmente esto de sentirse observado, de que todos –incluido el profesor- estaban atentos a cada uno de mis movimientos y a cada una de mis notas.
Al parecer, el profesor pareció darse cuenta de esta situación, por lo que pasados 15 minutos se acercó a mi lado para preguntarme qué tal iban las cosas. Sentí cierto temor de que leyese las notas que llevaba hasta ese momento, puesto que no eran muy favorecedoras en lo que respecta al ambiente en que se desarrollaba la clase (demasiado bullicio). Lo que me llamó la atención fue la tranquilidad con que el docente abordaba el bullicio y el trabajo en general: durante todo el tiempo en que estuve observando sus clases, en ningún momento parecía alterarse por el constante ruido, sino que pedía silencio de una manera aún muy cercana que hasta podría llamar amistosa. Creo que de haber estado yo en esa situación, lo más probable es que me hubiese alterado a los 10 minutos y habría expulsado a más de la mitad de los alumnos de la sala… pero confío en que el tiempo me dará la paciencia y las herramientas para proyectar esa tranquilidad y ese agrado por enseñar. Para finalizar esa clase, el docente se despidió de manera muy cordial, señalando que “fue un gusto” hacer clases, pese al constante desorden. Inmediatamente concluí que me encontraba frente a un profesor realmente apasionado por lo que estaba haciendo.
El otro lugar que pude observar fue la biblioteca: realmente me sentí decepcionado por este lugar tan carente de bibliografía. De lo que alcancé a ver, sólo existía un pequeño estante con unos cuantos libros, que correspondía a los textos escolares entregados por el ministerio y diccionarios. Dos mesas y 9 sillas en total. De todos modos, era un establecimiento pequeño, pero aún así debería existir otro tipo de textos de interés. Por otro lado, creo que es muy bueno que haya una relación de confianza de los alumnos con los trabajadores del colegio, no obstante, ¿no será un poco fuera de contexto de que una alumna converse de su vida personal, casi íntima, con la encargada de la biblioteca? No sé si estoy siendo demasiado conservador o si acaso me formé en un ambiente muy frío, pero me pareció fuera de contexto.
En conclusión, en este primer día de observación me encontré con varios puntos dignos de reflexionar y continuar observando: no me cabe dudas que el aula es una caja de sorpresas interesantes que no deben ser pasadas por alto. En pocas palabras; por un lado, fue un buen momento para poner a prueba mi tolerancia por la diversidad de expresión y, por otro, me motivó bastante ver a un profesor que parecía feliz de hacer su trabajo: en el transcurso de las observaciones veré qué tan ciertas eran mis primeras impresiones.
sábado, 20 de septiembre de 2008
Compilado dieciochero
Para comenzar, las infaltables empanadas de pino se vieron acompañadas de su asadito loco y su ración controlada de alcohol. Aunque sea increíble, pero es cierto: durante el 18 y 19 fue bastante poco lo que bebí en comparación con el año pasado. Será porque la ingesta de alcohol se adelantó un fin de semana con sus respectivas consecuencias fotosensibles… La semana de vacaciones que todos tuvieron se convirtió en 2 días de actividades académicas normales para mí: no seré tan llorón, puesto que tampoco fue tan normal… el ambiente dieciochero les afecta a todos y nadie quiere siquiera tomar un libro.
La conmemoración de la primera junta de gobierno me vio en un Olmué nuboso con escasos claros de sol que entibiaban suavemente el ambiente: Fonda Pizarro’s y Cia. Ltda. Un día muy grato en compañía de amigos: comida chilena, juegos chilenos y música de todos los estilos. También hubo piscina y un momento para pensar en que quedan pocos meses para el verano y hay mucho por hacer (jajaja). Infaltable vaso de chicha, un poco de vino y su ración de ron cola a eso de la medianoche.
Día siguiente, o sea, 19 de septiembre, llego a mi casa a mediodía a almorzar. Duermo casi toda la tarde para volver a salir en la noche. ¿Alguien se acordó de que tengo prueba el lunes que viene? A eso de las 9 salgo a esperar la micro, no pasa, me voy en colectivo, me bajo en la estación del metro de Quilpué y ocurre lo impensable: de la nada, por obra y gracia de algún espíritu demoniaco obeso y obsesivo es que me ataca un perro. Así es, a partir de ese momento es que me uno a la comunidad de gente que en algún momento ha sido atacado por un can callejero sin siquiera motivos de la bestia. Me dolió, me asusté, llamé a mi mamá: al parecer fue mucha exageración de mi parte. La gente me mira con caras estúpidas: ningún imbécil se acerca a preguntarme si me estaba desangrando o si acaso debían llamar a una funeraria. Me subo al metro y llego a Viña para ir a algún lugar junto al Seba y a Trini. Destinos que nadie sabía hasta que nos subimos a una rueda de las ramadas del Sporting para gritar hasta que casi nos daba sueño. Vueltas por la ciudad jardín adormecido por el carrete del día anterior para acabar bebiendo Absolut en el depto de Trini.
Lejos, lo más freak de mi compilado dieciochero, no es el haber visto a un borrachito bailando en torno a la botella ni haber bebido mucho menos de lo esperado: es algo mucho más metafísico y es el ataque de la bestia demoniaca obesa y obsesiva sin motivos aparentes. Pero son cosas que suceden… get ready for partying at new year!
jueves, 18 de septiembre de 2008
Tiki tiki tí
El olor a asado, el ruido de las paredes vibrando por el ruido de alguna cueca que tocan en la casa de al lado y los primeros síntomas de indigestión luego del consumo excesivo de calorías (cada empanada tiene, algo así, como 300 o 400 calorías… no quiero ni pensar cuántas voy a comer durante estas fechas) parecen ser lo que me motivan a hacer este nuevo comentario y, lo digo, cumplir mi necesidad de escribir algunas líneas para no sentir que mi blog ha quedado abandonado. Qué complicado me resulta pensar en que tengo que estudiar para una prueba que tendré el lunes –sí, justo después del carrete dieciochero y todas las consecuencias de ello- y no sólo eso, sino que también anda dando vueltas en mi cabeza la redacción de el “lema personal” para un ramo de psicología y uno que otro taller. ¿Acaso los profesores no piensan en las fiestas? ¿Acaso no se van a pegar su “rayuela corta” y su buena comilona hasta reventar? Bien deberían recordar que no hay ningún ánimo de trabajar luego de pasarlo tan bien en una fecha destinada para ello y en la que, desgraciadamente, muchas veces hemos de ver algunos excesos que ya se han convertido en una parte más del festejo.
Inevitablemente, al pensar en esta festividad de dos días seguidos en que celebramos la primera junta de gobierno –me da risa cuando entrevistan a la gente y dice, con mucha fe en sus palabras, que estamos celebrando la independencia de Chile… no me extraña que, dentro de poco sean los pokemones, en su constante incultura, me salgan con una respuesta de que se celebra alguna cosa como el ponceo fondero o no sé qué, la libertad da para todo- me recuerdo, también, celebraciones anteriores. Con el tiempo, confieso que he pasado de una celebración inocente de niño pequeño a una celebración cada vez más distorsionada. Del clásico asadito en casa comiendo como cerdos hasta reventar, sin una gota de alcohol (porque eso era de grandes) y con invitados de los papás en que uno tiene que “hacerse amigo” de los hijos de los amigos de tus papás -aunque no tengas nada en común con ellos-; a celebraciones en que lo que menos hay es carne en la parrilla y la prioridad en el consumo es el alcohol (ahora sí, ahora soy “grande”). Recuerdo una de las mejores celebraciones inocentes cuando estaba en Punta Arenas (no había nieve ni nada de eso, aunque igual se pegaba sus nevadas cercanas a esa fecha). Y este recuerdo me trajo de golpe a la actualidad con ese sentimiento de “se me cayó el carné” y la planificación de qué es lo que se hará este 18, con el constante murmullo del fantasma que “sabe lo que hiciste el 18 pasado” y con la disposición de repetirlo.
Y el mismo hecho de la simple y aparentemente vana celebración del 18 es que me he dado cuenta que, poco a poco, me he ido independizando de mi familia. No, no, tampoco voy a ser un patudo que diga que soy libre, porque todavía pido plata a mis padres y sería una aberración de mi parte decirme independiente mientras ellos me mantienen. Pero resulta que antes dependía de lo que ellos dijeran para saber qué era lo que iba a hacer y eso sucedía hasta no mucho: tengo recuerdo de cómo 3 años en que ya he salido y he celebrado en otros ambientes (no quiere decir que los anteriores haya bebido tanto que no lo recuerde, pues mi carrera etílica lleva no más de 2 años jajaja). No sé qué es lo que será el próximo año, pero no es el momento de pensarlo… así como mucho pensar en el año nuevo que parece llegar de la mano con las empanadas de pino (prefiero las de queso en todo caso, pero tampoco lo hago mal empachándome de todos los kilos que durante octubre intentaré disminuir para lucir bien el verano… es patético, pero suele sucederme jaja).
Ahora me preparo para las actividades en las que –he de confesar que no me caracterizo por ser muy patriótico en mis costumbres- lo que menos tengo planeado es bailar un “pie de cueca”. Soy una vergüenza de chileno que no sabe bailar la danza nacional, pero tampoco es un problema tan grave puesto que creo que habemos varios en la misma situación ¿o me equivoco? Es cosa de recordar a Lagos Weber hace dos años en que era vocero de gobierno, cuando dio lástima con su cueca extravagantemente moderna y actualizada. Ya, ya, tampoco lo pelo tanto si el tipo igual se revindicó de acuerdo a lo que mostraron en las noticias. Beber, comer, beber, comer, beber y seguir comiendo para luego aventurarse a carretear donde jamás piensas. Sí, eso describe mi futura celebración dieciochera: aventura.
Tiki tiki ti…
jueves, 11 de septiembre de 2008
Primavera
Y me vienen tantos recuerdos mientras dilucido los nuevos pasos que debo seguir: como siempre, el afán de un ser humano “cuadrado” como yo es mantener todo controlado, supuestamente con la intención de evitar cometer los mismos errores de tiempos pasados. Pero, inevitablemente, volvemos a caer, volvemos a creer en ilusiones que lentamente se rompen sin querer, pero esa sensación de angustia agrada hasta un punto que cuesta imaginar. Tal vez comience a manifestarse el problema del “mito personal” ahora que me resigno a no haber alcanzado entrada para ir a ver a Madonna y la idea de verla desde galería me haga retroceder en el intento, tal vez nuevamente el polen de las flores que vuela por los aires me haga estornudar y produzca la molesta irritación en los ojos de años anteriores con el consecuente sentimiento de reencantamiento por los encantos femeninos que caminan en una vía muy cercana a la mía: ese encanto con el que sueño y que algún día espero poder abrazar. No desisto de lo que sueño aunque a veces todo se vaya cuesta arriba y una simple palabra ambigua pueda hacerme pensar algo que tal vez no es. Cuánto mayor sea el conjunto de palabras que envuelven al concepto, menos posibilidades de error en su significación más o menos eficiente.
Algunas semanas en que mi sistema mental no logra conectarse con el wi-fi de algunas clases y me pierdo en los signos abstractos que mis manos dibujan en el papel… ¿tienen algún sentido? Paranoia alegre de sentirme observado, desde otros lugares, por quien quiere que me observe. ¿Una sonrisa del destino? ¿Una señal para la concreción del “mito personal”? Otros cuantos días de desánimo; otros días de pronto en que la luz me hace sonreír con armonía… ¿Quién entiende? ¿Cómo sigo? ¿Es el momento de empezar con eso que en momento planeé y de lo que ahora me retracto por temor, por comodidad, por no querer hacer el ridículo?
Un cúmulo de signos: alergias, sueños visionarios, ojeras antes de tiempo, desanimo, alegría al verte pasar a mi lado y al mirarte sin que te des cuenta, esa extraña sensación que me produce tu mirada, tú. Un beso en mi mente, un susurro en tus sueños, un momento para decirlo todo de una vez: encender una llama. Un cúmulo de emociones, una obra dramática que no tiene conclusión en sí misma si no que se escribe a cada instante… todos pensamientos que nacen y renacen con el inicio de una adelantada primavera.
viernes, 5 de septiembre de 2008
Doble Perfecto
Mientras el pasado que no muere da vueltas alrededor,
Se aparece como fantasma que acarrea cadenas,
Se convierte en la amenaza de otra jornada sin inspiración
Que se aleja de su pretensión de ser doble perfecto
Cuando los años han pasado y el sueño parece más concreto.
Son los gritos de miles de patrañas adormecidas
Que como moscas se acercan a comer de las fecas
O que se acercan a oler el olor a podredumbre
Cuando las verduras de la comida han perecido
En algún abortado intento de pintarlas en un cuadro,
Si creía que lo tuyo sería un gran invento
Verás que ahora que ya estás muerto tu voz hace dormir:
La mejor canción de cuna para tocar el sueño.
Pasan los años como vuelan los trenes,
Como corren los avines al salir de su riel,
Como navegan los vehículos en el mar,
Como los barcos corren por las carreteras a alta velocidad.
Me miraban desorientados sin saber qué decir
Mientras la metamorfosis de Kafka renace
Y sale de las páginas en que fue escrita.
Suman y siguen los números de las cadenas que carga
Haciendo chirridos aterradores que oigo desde mi cama
Aunque me cubría para no tener miedo,
Suman y suman buscando su doble perfecto
En que la ambigüedad de sus propuestas caen al vacío
Con su voz patética grabada virtualmente
Al rescate de la enciclopedia que parecen contener.
Mirar nuevamente al pasado con codicia;
Mirar al presente sin temores, con delicia;
Soñar con el futuro más cercano, hortaliza
Y se rompe con un trueno lo que creías una osadía.
¿Dónde se pierden los puntos de tus ideas?
¿Acaso la interrupción ha sido plena?
Me sigues, me sigues… ¿Dónde?
Sólo cuando vez que apareces más grande,
Sólo cuando vez que pareces haberte fortalecido,
Sólo cuando crees que alcanzarás la cima
Y te desplomas cuando se alza la montaña
Desafiándote a continuar escalando…
Pero no te rindes:
No te cansas y sigues adelante
Con el sueño radiante como estandarte
Que portas con gloria y valentía,
No te rindes.
De seguro has aprendido;
Si alcanzaste algo parecido a la perfección
Te reto a seguir creciendo…
Regresa a casa siendo doble perfecto.
Cristian Briceño González
sábado, 30 de agosto de 2008
Ya no sé
Todos los días hay aunque sea un instante en que tu recuerdo viene a mi mente y no puedo contener la tristeza de no poder tenerte a mi lado como en mis sueños. Claro, los sueños, los sueños de la humanidad que los hacen creer que el futuro vendrá con una sonrisa. A veces les creo, a veces ya no. A veces me escudaba en esas ilusiones que nacían cada noche cuando te besaba en los sueños, cuando te besaba en mis líneas, cuando te besaba y a veces sentía tus labios que se acercaban a los míos. Sí, todo era un sueño del que me costaba despertar, del que despertaba escondiendo las lágrima al darme cuenta de la realidad. Por instantes he vuelto a creer en la idea de que la vida es un absurdo continuo que no tiene fin, ¿hasta dónde vamos a llegar?
Pretendo tener una imagen tan fría como la tuya cuando me acerco, pero no puedo. Pretendo sonreírle al viento pensando en que todo esto va a mejorar algún día, pero ya no puedo soportarlo más. Pretendo creer que llegará ese anhelado momento, sí, en que tú sonreirás y nuestras miradas van a coincidir tan alegremente, pero te has encargado de hacer que cada una de mis bellas ilusiones se destruya como cuando un vidrio se rompe por un golpe. Mis ilusiones se están destruyendo en el suelo y las veo caer a mis pies: aún puedo ver mi semblante sombrío que se refleja en ellas, pero ¿puedo acaso resucitarlas una y otra vez? Creo que sí, es eso lo que quiero y me cuesta renunciar a esa llama que por tantas noches me hizo soñar.
Ya no sé cómo voy a mirarte cuando te vea mañana. Ya no sé cómo voy a hablarte cuando pases a mi lado corriente para evitarme. Ya no sé cómo voy a quedarme en silencio cuando acaso te acerques de casualidad. Ya no sé si es que seré yo quien saldrá corriendo para evitar toparme con tu rostro y tu sonrisa para hacer que la ilusión acabe de destruirse en el suelo, para ser yo mismo el que la pise y deje manchado de sangre el suelo. Ya no sé cómo va a ser el final…
miércoles, 20 de agosto de 2008
Sucedáneos
Y vaya que lo supo hacer bien. Y vaya que por minutos caía en ese juego: vaya que por minutos pensé en tantas cosas y me arrepentí de otras cuántas, vaya que pensaba en que el tiempo pasaba tan rápido ante su presencia, bajo la influencia del sabor de ese trago envenenado que se apoderó de mi astucia. ¡Cómo sería posible volver a verme derribado, con el rostro del fantasma pegado al mío: siendo uno solo! ¡Cómo sería posible ser víctima de mis recuerdos! Y el fantasma bien lo sabía… se aprovechó de eso. Lo que él fantasma olvidaba era que todo era producto de ese momento: acaso creía que respondería lo que estaba esperando que respondiera. ¡No! Aún así pude mantener mi autonomía, aún así ahora recuerdo ese momento con cierto recelo. ¡Cómo fui capaz de hacerme doblegar por un falso instinto! ¡Cómo puede el ser más inteligente convertirse en animal por 30 minutos y acaso ver que su vida se convierte en un torbellino del cual no puede escapar!
Ahora que despierto y me enredo entre las sábanas pienso en todas las cosas de un noche lujuriosa de mentiras en que sólo el objetivo fue capaz de hacerme olvidar el medio… y el costo. Ahora que el sabor amargo en mi boca me recuerda algunas cosas que no debí hacer, que debí dejar de lado, que debí ser fuerte como creí que podía ser. Ya no sé si volveré a ser fuerte otra vez: es lo que anhelo. Tengo sueños que me mueven a continuar luchando, no quiero verlos disminuidos por un arrebato de estupidez.
Tal vez mis sueños sean cada vez más y más difíciles, pero espero lograrlos aún teniendo en cuenta que el viento me golpee en contra con tanta fuerza y cada vez mi meta parezca verse más distante. No quiero más consuelos baratos, no quiero utilizar sucedáneos para satisfacer mis necesidades…
viernes, 15 de agosto de 2008
Examen de sincrónica
Todo comenzó cuando llegaba de Pichindangui, el 4 de agosto. Durante el fin de semana, que estuve descansando en las cercanías de esa tranquila localidad al sur de Los Vilos, sólo había recibido buenas noticias. Eran ya 6 los ramos aprobados, de los 7 que estaba cursando durante este semestre. Pero la espera se hacía eterna para saber qué era lo que ocurría con respecto a ese que permanecía en un enigma. Y lo único que me decían en MSN eran rumores: “te vas a examen”, “no, de más que te eximiste”, “no, yo creo que te fuiste a examen, si las notas estuvieron súper malas”. Angustia, hasta que finalmente me confirmaron que me presentaba con un 4,8. Estaba en colapso: la idea de tener que volver a releerme los textos de una de las asignaturas más ingratas del semestre –y quizás de toda la carrera- me causaba tristeza: definitivamente no podría optar a mis anheladas dos semanas de vacaciones que tanto había esperado. No se si sirve de consuelo saber que más de la mitad de quienes cursaban el ramo estaban en la misma situación que yo.
Toda la semana estudiando: miento, pero sí dediqué bastante tiempo a releerme algunos textos tan ilegibles que me hacían pensar en la estupidez de algunos autores al intentar complejizar cosas que no lo son tanto. Por ejemplo: a qué ocioso (como Gili Gaya) se le ocurre hablar de los tipos de oraciones de acuerdo a sí son de duda, interrogativas, etc… ¿acaso, al crear una oración, estoy pensando en eso? Oh, esto que estoy diciendo es aseverativo… definitivamente, no tenían nada mejor de que hablar y nos condenan a leer sus palabras. Lo odié durante tantos días hasta que la ayudantía para el examen me hizo ver que la situación era cada vez más compleja: todo era cuestión de suerte con respecto a qué tipo de preguntas fuesen a pillarte en el examen. Si te equivocas, el ramo se dicta nuevamente el 1er semestre de 2009.
Me presento el día miércoles a eso de las 09.30 de la mañana, sintiendo el dolor de estómago que comienza a gestarse cuando ya estoy llegando a Viña. A medida que veo el Gimpert, mi corazón se agita. Me hace reír demasiado el hecho de haberme encontrado con tanta gente que me encontrara disfrazado de formal. Y todos estábamos igual. Llega el momento en que mencionan mi nombre y la puerta se cierra conmigo y otro compañero de curso junto a las profesoras. Esto fue una sorpresa por la cual rogué demasiado tiempo: “¿quiere quedarse con su nota o dar el examen”. No lo pensé dos veces. Salí tan feliz al ver que el último ramo que me faltaba por pasar ya estaba listo. Y después de todo, el stress era sólo parte del proceso. Me río al ver que todos estábamos disfrazados para un evento que parecía mucho más que un simple examen.
domingo, 10 de agosto de 2008
Una vez más
Y no te culpo, no. La culpa es mía. ¿Por qué has de tener la culpa, si todos tenemos la libertad de elegir hacia donde van nuestras miradas? No te culpo, ni tampoco te voy a culpar: soy el único culpable de cada una de las estupideces que he intentado hacer. No sé qué es lo que me va a deparar el futuro, pero espero verte feliz a ti algún día con todos tus sueños cumplidos: yo buscaré los míos y quiero creer que algún día también los encontraré. Sé que vas a ser grande y lo veo en tus ojos, lo veo en tu rostro dulce y angelical cuya alma adoro.
Pero, espera. No, aún no es el momento de decir adiós. ¿Acaso sientes que es lo que estoy diciendo? Afortunadamente, no. Aún tengo cuerda para rato. Aún tengo sueños por cumplir, aún tengo motivos para levantarme cada día por la mañana: aún sigues siendo tú aunque tal vez nunca te alcance. Pero no me voy a rendir, es necesario intentarlo una vez más hasta que esa llama alcance a encenderse con fuerza, ¿quién sabe si en algún momento lo podamos lograr?
martes, 5 de agosto de 2008
Choques sinapticos neuronales-funcionales-semánticos-sintácticos-prosódicos...
“Pensando en ti” podría ser la frase que más me identifica al respecto. Por muy cliché y mamón que pueda parecer, es una verdad que ya estoy acostumbrándome a asumir. Por más que diga que no soy un ser romántico, me he dado cuenta de que todos llevamos un poco de Werther en nuestro interior. Sé que no es la primera vez que caigo rendido ante una bella mujer que me ha robado los pensamientos y los respiros, hasta me he atrevido a creer cosas por las cuales en algún momento habría reprochado a otras personas. Me he atrevido a suspirar y pasar horas pensando en esa hermosa mujer que me ha robado tantas veces los sueños, esa mujer en la que inconscientemente pienso aunque a veces parezco evitar. Sí, pienso en ella, pienso en que algún día dejaremos de cometer errores y acabaremos esa búsqueda con un beso tan perfecto que hasta el universo se detendrá a observarnos, a hacer eterno ese momento…
Pero, lejos, lo que más me frustra es la aparición de las ideas: justo cuando uno no tiene papel o algo en donde escribirlas. No queda otra que ejercitar la memoria –comer pasas, tomar agua, no sé… pero a veces uno se colapsa durante una hora reteniendo una idea pequeña, queriendo lanzarla al papel de una buena vez para verla crecer y echar raíces entre las líneas. O típico que cuando encuentro el famoso papel para escribirla, ya se me ha ido la idea…
Todo es un delirio; constante y eterno delirio de choques sinápticos neuronales funcionales-semánticos-sintácticos-prosódicos y a veces inconexos que buscan un sentido en la realidad.
lunes, 28 de julio de 2008
Así de fácil, así de sencillo.
Y mañana todo será como yo te digo, todo ocurrirá según lo escrito; es una apócrifa Biblia el papel que escribe con señales que orientan un perdido camino que en realidad nadie sabe dónde acabará. Pero todo así sucederá, yo te lo digo, todo sucederá porque yo ya lo he escrito y es inútil saltarte un paso… puedes caer al vacío, sí, yo te lo digo: toma un revólver y pégate un tiro. Mañana sonará el despertador a las 8, mañana te levantarás dormido y caminarás descalzo por el suelo frío. Mañana no te acordarás de lo que has soñado… ¡no me contradigas en lo que te digo! Mañana no tendrás ganas de despertar, mañana querrás seguir durmiendo. Caminarás hacia algún lugar, harás lo que yo te diga: el agua te hará abrir los ojos y verás el mundo nublado. Mañana, sí, mañana hará mucho frío… tanto que creerás ver el pasado blanco que pisabas cuando eras niño, sí, mañana, ese mañana que es igual en el sur y en el norte, un mañana temporal universal que no acaba con los límites del transporte urbano mal hecho ni con las palabras de alguien que a todo pretende darle respuestas incoherentes. Mañana partirás a donde vas siempre y harás lo que haces siempre: pensar. Sí, mañana vas a seguir pensando como piensas todos los días y las ideas van a correr locas de una manera que te cuesta controlar como ahora que no paras y no paras queriendo encontrar alguna solución a las ideas locas que te vienen de repente y no sabes hacia dónde te van a llegar o si acaso vas a lograr todas esas cosas que tenías planeadas cuando todo el torbellino que te persigue desordena tu camino trazado y el aire se hace poco y efímero y no sabes qué es lo que vas a decir y te detienes a mirar tus manos agotadas y tu rostro ojeroso que no ha dormido ni quiere dormir ni quiere hacer nada sólo continuar soñando con que muchos de sus sueños serán oníricamente reales cuando la luz de un cometa caiga sobre su propia cabeza y le muestre que el silencio no acaba ni dice nada más que cosas incoherentes que cuesta entender y descifrar. Sí, respira, uf, respira… da dos pasos al frente y uno hacia atrás.
Mañana no sabrás nada de lo que has dicho así como tampoco lo has sabido en el pasado: no sabrás cuál es la historia que estabas contando ni la vas a pretender entender. Mañana seguirás pensando en las cosas que estás pensando en este momento. Y yo te digo, todo es un torbellino que no tiene coherencia; sólo contenido, sí, contenido. Respiro, sentido, vino, rocío… toma un revólver y pégate un tiro.
sábado, 26 de julio de 2008
En las profundidades del mar
Caminaré por la ciudad durante algunos instantes para ver qué es lo que pasa, para ver si esa sombra se cansa de perseguirme hacia donde voy. Sí, eso haré: me burlaré en su cara, le gritaré maldiciones y luego le lanzaré un crucifijo que algún día un cura bendijo, le diré que se aleje de mi camino y que se vaya al infierno desde donde proviene. Si, eso es lo que haré: me alejaré corriendo si es que acaso esas cadenas se acercan demasiado y con ganchos se pretenden clavar a mis tobillos adoloridos por todo lo que ya he caminado en esta huida de las tumbas que cuelgan de los árboles. Si se vuelve a acercar, intentaré darle un golpe. No, mejor no, puede que mi golpe no sea eficiente y sólo se convierta en el gancho de mi propia captura.
Me he alejado demasiado de la ciudad: sobre mi cabeza se ven las nubes que anuncian un interminable temporal de electricidad y nieve que amenaza con destruir todo lo que encuentre a su paso, el agua del mar me cubre hasta más arriba de los tobillos: hace frío, tiemblo, no sé qué voy a hacer, no sé hacia dónde puedo correr. Se acerca la sombra que he denominado fantasma, chillando y gritando en un idioma extraño: se ha quitado el velo y me muestra su identidad. Sí, tal y como lo pensaba, es la dama del silencio, encadenada al fuego de sus propios misterios, al fuego del tiempo que ha pasado en soledad en la búsqueda de lo que yo también he estado buscando. Es ella mi destinador y mi destinatario; es ella mi ayudante y también mi oponente: yo soy lo mismo para ella. Se acerca, se acerca más y más con su mirada hermosa, con su mirada onírica de belleza perfecta en un cuadro surrealista. Sonríe.
No he alcanzado a escapar. Corro, pero el agua me llega hasta las rodillas y las rocas del camino me hacen resbalar. El frío se apodera de todo mi cuerpo cuando mi cuerpo por completo se sumerge: apoyo las manos y los pies en las rocas, el agua me cubre hasta el pecho, las rodillas quedan al aire. Veo el fuego de su mirada que me quema desde antemano. Cierro los ojos a su mirada candente: cierro los ojos cuando sus cadenas se clavan como ganchos a mis tobillos y me arrastran hasta lo profundo del mar que se incendia. Pero ya nadie oye mis gritos de auxilio: me sumerjo en las profundidades del mar mientras ella muerde mis venas para embriagarse con mi sangre.
jueves, 24 de julio de 2008
A veces
sábado, 19 de julio de 2008
Aterrizaje
No sé por qué me volví a acordar de ese personaje que alguien carente de sentido y agobiada por una decepción autoinventada pronunció al aire llamó “fantasmal”, inexistente, irreal. En cierta medida lo es –aunque me haya dado tanta rabia notarlo-, pero sé que esa idea puede ser personificada: hasta he sentido que se ha personificado y pude tener un pequeño flash forward que me rememoró un futuro. Pero, si fuese así, ¿por qué suceden las cosas de una manera distinta? ¿Es posible que 4 puntos negros que debiesen fijar una trayectoria igual divaguen en horizontes aparentemente distintos? En fin, sigo pensando en todo el tiempo que ha pasado y que he estado pensando en eso. No sé por qué, en vez de motivarme, termina deprimiéndome de una manera desastrosa que sólo se acaba cuando puedo olvidarme del tema; cuando vuelvo a caer en el “opio del pueblo” de pensar que en el futuro las cosas van a ser mejores, el que guarda siempre tiene, el que trabaja siempre cosecha. Pero, pensando en una película que vi hace poco, ¿qué pasa si no existe ese bello y utópico futuro que me han prometido tantas veces? ¿Qué pasa si estoy soñando con algo que jamás vendrá? Y fue en ese momento en que miraba desde mi asiento la ventana que daba al aire: estaba en un quinto piso. Me dio risa la idea, porque sé que nunca sería capaz de hacerlo. Pero es que a veces siento el deseo de saborear el veneno de una vez y ver cómo lentamente se acaba todo.
Al fin y al cabo, me estoy acostumbrando a vivir en una perspectiva a veces pesimista y otras, optimista. Embrace it, como decía Bárbara el año pasado y que nunca entendí muy bien. Ese personaje fantasmal que se encarna diegéticamente en mis palabras cada noche ya me tiene bastante loco, bastante fuera de la razón. Pero, ¿quién quiere ser racional? Sobre todo ahora que la actualidad sólo nos muestre una desastrosa inflación que no se sabe en qué quedará. ¿Para qué quiero ser racional ahora, cuando me doy cuenta de que lo que más quiero me es negado cuando creo haberlo encontrado? Respóndemelo, Beth Gibbons, con tu voz tan espectacular que me hace alucinar; respóndemelo, Madonna, que te apareces en mis sueños y te quedas en mi casa para conversar. Respóndemelo, Nelly Furtado con tu Say it right. Respóndemelo, tú, cuyo nombre cuido de pronunciar por las implicancias que ello tiene. En este mundo real de pacotilla, prefiero seguir soñando en mi irracionalidad para creer que la tierra prometida existe en realidad, de lo contrario, no tendré ganas de aterrizar.
jueves, 17 de julio de 2008
Recuerdos
Fue un minúsculo regreso al pasado en que recordé mi primer año universitario: mi época de “mechón” ilusionado con las nuevas posibilidades que te daba la condición de mayor de edad y la supuesta libertad que eso implica (ahora que ya cumplo mi 2do año de mayoría de edad me doy cuenta de que sigo siendo un ser dependiente y que la situación no ha cambiado mucho). Recuerdo la alegría y lo bien que lo pasé en cada una de esas salidas, recuerdo el frío de las mañanas cuando caminaba a tomar la micro y el pasto estaba escarchado –recordándome parte de mi infancia, austral, en Punta Arenas- y las horas que pasaba frente a mi escritorio estudiando como nunca antes lo había hecho. Recuerdo esas salidas a “El Huevo” que en su tiempo me veía bastante seguido y en el cual viví algunas historias que marcaron gran parte de ese año. Y es que, ahora que lo recuerdo bien, todo el sector Bellavista de Valparaíso se convertiría en el escenario de mis andanzas nocturnas que tantas anécdotas me permitirán contar hacia el futuro: tantas que no caben en una página y escribirlas sería una tortura de escritor-lector.
Mi primer año universitario se pasó tan rápido; la vida parecía ser tan relajada y creí que todo podía ser relativamente fácil como en ese momento. Era indescriptible la alegría que sentí cuando me di cuenta de que me eximía de todo el primer semestre (1 codiciado mes de vacaciones de invierno se presentaba frente a mis ojos) y cuando me pude repetir el plato en diciembre, teniendo las vacaciones más extensas de las cuales tenga recuerdo. De Agosto en adelante en que todo parecía ponerse un poco más complicado y tuvo un agradable final. Esa primavera extraña e improvisada que me pilló desprevenido un día cualquiera y luego tejió una fábula un tanto compleja, en que sólo yo sabía cuál sería el final (sí, lo sabía, porque tengo la desventaja de calcular hasta cómo acabará todo y cuando eso ocurre, ya sé cómo afrontarlo). Esos meses de finalización de año en que la luz del renacimiento de la naturaleza parecía animarme más y más cada día por la mañana, cuando al fin podía levantarme a las 10 de la mañana para ir a clases a mediodía, cuando obtuve notas excelentes en literatura y cuando vi a una muchacha en la micro que me hizo latir el corazón como nunca antes, pero que nunca más la he vuelto a ver: un amor a primera vista momentáneo. Una época en que todavía podía escribir (tenía el tiempo) y una época en que obtuve ciertas respuestas en el momento preciso. Una época en que lo pasé demasiado bien y a veces quiere recuperar, pero sé que las cosas ahora son distintas y tendría que entretejer una nueva historia para reconstruir otro edificio.
Sí, mis recuerdos viajan por esos momentos en que camino por Bellavista. Mis recuerdos avanzan por esas noches de música y vasos de ron o cerveza, bailando hasta las 5 de la mañana cuando el cuerpo llegaba a doler. Mis recuerdos caminan por esos momentos que quisiera volver a tener ahora, pero sé que las cosas, aunque parecidas, serían distintas esta vez…