¿Cuántas veces se había amanecido dibujando figuras en las nubes? Su cuerpo era una tabla inerte sobre ese mar incierto de olas indecisas, de sueños dormidos y de viajes que aún estaban por comenzar. Llevaba una sonrisa en el rostro y su cuerpo desnudo flotaba en medio de la naturaleza, como un ser más dentro de tanta maravilla y armonía. Navegaba a la deriva, era un pez más que se movía a través de las corrientes frías del verano y tibias en el invierno. Sus pies tenían las marcas de un camino incierto.
Y, en el horizonte, era una figura más que parecía perderse en el precipicio sin fin.
1 comentario:
Quiero estar nadando en medio de nadaaaa
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