martes, 19 de marzo de 2013

Indicios

Al levantar la mirada se encontró con un cielo tan profundo como su propia mirada: las nubes escondían los cantos de los ángeles, cuyas figuras inventadamente infantiles jugaban a saltar de un lado a otro. ¿Qué era eso que se escondía tras esa mirada profunda? ¿Cuál era la historia que se escribía en sus constantes paseos por los callejones de un puerto viejo y colorido? Sus pisadas, a veces, caminaban a la deriva dentro de un paisaje que se alzaba hacia las alturas donde se mezclaba lo nuevo y lo viejo, el nacimiento y el ocaso, eso que está por venir y lo que ya se está yendo. La vida como un continuo divagar de pensamientos, ilusiones, de sueños, de nuevas esperanzas y de desafíos que comienzan cuando suena la alarma a eso de las 6 de la mañana. 

Y, desde la dificultad de despegar los párpados pesados por el cansancio, decidió que iba a sonreír. Era el primer indicio de la felicidad.

1 comentario:

E dijo...

una sonrisa hace un gran día :)