domingo, 17 de febrero de 2013

Love and stuff

Siempre soñé con ese día de San Valentín: romanticón, melódico y abrazado. No sé si tan "abrazado": los casi 25ºC de Viña me tenían, más bien, abrasado, aunque no por eso menos enamorado y romanticón. Es impresionante ver cómo el comercio se aprovecha de este festejo y vende, vende, vende... vende cualquier cosa con tal de que las parejas asuman que la felicidad es la de regalarse un auto cero kilómetro. Creo que actos mucho más pequeños -y de menor valor económico- tienen mucha más significación: ahora, cuando te das cuenta de que casi todos los días del año son como San Valentín, entonces eres una persona muy afortunada. 
 
Ya lo sé: el festejo fue el jueves y no escribí hasta el día de hoy. La Ada dice que cuando un escritor no está escribiendo, está viviendo y es precisamente lo que me he tomado el tiempo de hacer: vivir. Sí, por eso parece que he escrito considerablemente menos que el año pasado y no estoy tan precupado, puesto que ha sido la instancia de desarrollar nuevas ideas que espero potenciar a lo largo del año.Volviendo al tema, San Valentín me trae sorpresas, como desde el año pasado en que al fin pude celebrarlo acompañado (el 2011 la compañía era distancia y no se pudo celebrar mucho) en que estuvimos a punto de coincidir en el mismo lugar del regalo: imprimir fotos en el mismo local con una diferencia de 10 minutos. Esta vez no hubo ese tipo de coincidencia y diría que lo planificamos bastante bien: Jardín Botánico en febrero es una zona muy calurosa, pero ideal para sentarse en el pasto a disfrutar de la sombra que proyectan sus árboles. Debo decir que es un lugar ideal para caminar descalzo siempre y cuando no haya abejas atacándote al sentir que comiste algo dulce. 

Llevamos muchas cosas para comer y quedamos con la mitad de la mercadería: el jugo que llevamos era muy poco, considerando el calor que nos dejó secos. Cerraron el kiosko temprano y la única opción era comprar una mineral de 500 cc a $1.000 en el sector del Canopy: definitely, don't. Creo que es una de las pocas veces en que no hemos querido llegar más allá de la laguna de los patos, precisamente por falta de agua y por cansancio. Creo que  lo que mejor describe esa salida es el tiempo de regaloneo, de estar uno junto a otro riéndonos de cualquier tontera, de ver pasar el tiempo juntos. Me agrado mucho este San Valentín, con sus sorpresas y sonrisas. 

Merece mención especial el regreso: todas las parejas que venían del Jardín Botánico estaban esperando la 203 para poder regresar en dirección a Viña. Fue divertido ver que se subía una mujer y le seguía un hombre que pagaba por los dos, manteniendo esta dinámica hasta que se llenó la micro: "La Micro del Amor" en San Valentín.

1 comentario:

E dijo...

"...ahora, cuando te das cuenta de que casi todos los días del año son como San Valentín, entonces eres una persona muy afortunada"

Me encantó nuestra celebración y nuestro primer video musical xD

Mañana nuevamente tenemos celebración eh eh eh :D