Te abracé tantas veces y me besaste otras más. Me perdí en tu mirada que me enloquecí, en tus ojos camaleónicos y en tu piel iluminada por la Luna que, sobre el tragaluz, nos observó tantas noches besarnos al compás de alguna canción. Al compás de nuestros propios pulsos acelerados por ese extraño y armónico movimiento que nos escondía dentro de esas paredes. Vimos colores: verde, celeste, amarillo, azul... quizá también, violeta. Descubrimos sensaciones nuevas, los abrazos se hacía cada vez más abrasadores: cuerpos unidos que queman, que arden, que no quieren volver a soltarse.
Despertamos unidos: mi boca ya buscaba nuevamente la suavidad de tu espalda. Tus manos ya se acercaban a jugar con mi ombligo. Despertamos abrazados tantas veces, infinitas. Hoy te quiero abrazar otra vez... y que el tiempo a tu lado no se acabe jamás.
1 comentario:
:)
Te amo
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