Ayer regresé de Santiago, enterándome del movimiento calórico persistente en la región. Y no me refiero a calorías, sino al calor, pero de una forma muy poco grata. A eso de las 5 de la tarde me entero de que se había reactivado un incendio forestal en el sector de Canal Beagle, el cual se propagó descontroladamente hasta alcanzar viviendas cercanas, lo cual es muy lamentable. Lo peor del asunto, es que dicen que se trata de un pirómano, circunstancia por la cual es válido cuestionarse: si tanto le gusta el fuego, ¿por qué no se quema a sí mismo, ve y disfruta el fuego eliminándose de la faz de la tierra para no dañar a nadie más? Las llamas alcanzaban casi los 10 metros de altura cuando pasé por ese sector a eso de las 9 de la noche, con un tráfico terrible. Sumado a eso, el corte de luz de casi 5 horas porque las llamas estaban cerca del tendido eléctrico.
El día de hoy, un incendio se desató acá en Quilpué y desde mi casa podía divisar la enorme nube negra que avanzaba con voracidad. Confieso que me dio mucho miedo ver que parecía incontrolable y que, por un momento, parecía repetirse la misma situación de ayer en Viña, pero ahora mucho más cerca. Es terrible pensar en el fuego, sobre todo en estos momentos en que nos encontramos en una grave sequía... ¡y no llueve! Por más que le han prendido velitas a los santos, invocado a las fuerzas marcianas, negociado entre gobiernos o qué se yo... ¡no llueve! Y el calor no se quedó atrás.
Alguno anticipan el fin del mundo, los pecados, etc. Simplemente, la conducta salvaje del ser humano destruye todo a su paso. ¿Qué es lo que va a suceder con todo esto? ¿Cómo detenerlo? Es un cuestionamiento amplio para el cual, en estos momentos, no se me ocurre ninguna solución. Agradezco sugerencias.
1 comentario:
Kill the people
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