No tengo idea de por qué cada cierto tiempo regreso a mis periodos de existencialismo, que en algún momento estuvieron acompañados por noches protegidas por las canciones de Coldplay, Radiohead, Blur o Keane. Lo considero algo así como parte de un ciclo que vuelve cuando ya ha cumplido su punto, algo así como una revolución paradigmática que, en realidad, sólo cambia el centro de interés del objeto de estudio que pretendo comprender: mi propia mente, mi propia existencia y la supuesta misión para la cual he sido puesto en este mundo. Sí, me puse medio “emo” pero es lo mínimo que me puede suceder luego de estar expuesto a algunas horas escuchando unos archivos ocultos de Sigúr Rós. No es que el grupo sea emo, sólo que sus melodías parecen hacer nacer en mí sentimientos que se me ocurre plasmar aquí.
Recuerdo ese tiempo en que cursaba 4to medio –hace 2 años atrás- y realmente no tenía idea qué iba a ser de mi vida (aunque, en realidad, es un cuestionamiento que sigue hasta estos días). Eran tantas las presiones inconscientes y externas las que me manejaban que varias veces acabé encerrado en mi pieza llorando en silencio, con una cara que me delataba e inspiraba lástima que algunas veces en mi casa intentaban remediar siendo un poco más comprensivos. (Claro, “¡nadie me entiende por lo que estoy pasando!” como uno suele pensar en esos momentos jaja). Como una vez en que, después de conversar con la orientadora del preuniversitario, acabé llorando al lado de la ventana del MERVAL… y no me importaba si alguien me estaba mirando.
Ahora vuelven esos cuestionamientos al ver un día gris que parece invitarte a la reflexión, hasta de la triste vida que tiene una mosca cuando es asesinada por nuestros aerosoles que de paso dañan la capa de ozono y permiten el paso de los rayos UV que han provocado tantos estragos en el último tiempo. Muchas veces adopta una visión tan pesimista como de “córtate las venas y acaba el problema”, pero ahora intento escudarme en mis sueños, que cada día parecen hacerse más latentes (con frase “emo” incluída: “living the dream”). Me ha dado por pensar que algún día seré viejo y querré volver a estos tiempos en que me sentaba frente al computador sin saber nada de nada, teniendo la mínima experiencia para poder enfrentar el mayor reto: la vida misma. Quiero creer que esa mirada hacia el pasado será con una sonrisa, que me toparé con la concretización de mis sueños y de que podré morir tranquilo cuando sea el momento oportuno. Tal vez algún día me pondré una bufanda al cuello para cubrirme del frío y saldré a tocar timbres con algunos amigos de infancia, 50 años después de haberlos conocido, al puro estilo “Hoppipolla”.
Y de un momento medianamente depresivo vuelvo a sentirme contento y a creer que si los sueños aparecen conmigo, será porque algo firme me liga a ellos: la posibilidad concreta de cumplirlos. No sé por qué siempre termino hablando de lo mismo jajaja.
Recuerdo ese tiempo en que cursaba 4to medio –hace 2 años atrás- y realmente no tenía idea qué iba a ser de mi vida (aunque, en realidad, es un cuestionamiento que sigue hasta estos días). Eran tantas las presiones inconscientes y externas las que me manejaban que varias veces acabé encerrado en mi pieza llorando en silencio, con una cara que me delataba e inspiraba lástima que algunas veces en mi casa intentaban remediar siendo un poco más comprensivos. (Claro, “¡nadie me entiende por lo que estoy pasando!” como uno suele pensar en esos momentos jaja). Como una vez en que, después de conversar con la orientadora del preuniversitario, acabé llorando al lado de la ventana del MERVAL… y no me importaba si alguien me estaba mirando.
Ahora vuelven esos cuestionamientos al ver un día gris que parece invitarte a la reflexión, hasta de la triste vida que tiene una mosca cuando es asesinada por nuestros aerosoles que de paso dañan la capa de ozono y permiten el paso de los rayos UV que han provocado tantos estragos en el último tiempo. Muchas veces adopta una visión tan pesimista como de “córtate las venas y acaba el problema”, pero ahora intento escudarme en mis sueños, que cada día parecen hacerse más latentes (con frase “emo” incluída: “living the dream”). Me ha dado por pensar que algún día seré viejo y querré volver a estos tiempos en que me sentaba frente al computador sin saber nada de nada, teniendo la mínima experiencia para poder enfrentar el mayor reto: la vida misma. Quiero creer que esa mirada hacia el pasado será con una sonrisa, que me toparé con la concretización de mis sueños y de que podré morir tranquilo cuando sea el momento oportuno. Tal vez algún día me pondré una bufanda al cuello para cubrirme del frío y saldré a tocar timbres con algunos amigos de infancia, 50 años después de haberlos conocido, al puro estilo “Hoppipolla”.
Y de un momento medianamente depresivo vuelvo a sentirme contento y a creer que si los sueños aparecen conmigo, será porque algo firme me liga a ellos: la posibilidad concreta de cumplirlos. No sé por qué siempre termino hablando de lo mismo jajaja.
.
Hoppipolla - Sigúr Rós
Saludos!
.
.
kinkan ®
No hay comentarios.:
Publicar un comentario