En el camino que has de transitar
Cuando sea necesario,
En tu piel queda el aroma
Del silencio encadenado
Con que una vez dijiste adiós
Al sueño aún no conocías,
Aún no crecías
Y no sabías lo que ocurriría,
No entendías que te ibas
Del sillón en el que dormiste,
De la playa en la que jugaste
Y del cielo en el cual viste
Los astros de luz
Que más de alguna vez te inspiraron.
Sólo seguías lo que te decían,
Aún no podías elegir
Y a tus padres siempre debías seguir,
Al infinito,
O a la perdición.
Las cosas eran distintas
Y ahora te darás cuenta cuando ya hayas crecido,
Cuando regreses.
Conociste el fuego eterno
De un mar congelado
Que se negaba a dormir,
Conociste el canto
De un viento indomable
Que se acercaba algunas noches
Para contarte mil cuentos
O para acariciarte el cabello,
Conociste la soledad
De un mundo desconocido
En el cual encontraste amistad,
Conociste el nuevo rumbo
Que tus sueños te mostraron
Cuando les permitiste hablar,
Todo estaba destinado
Para que, al regresar,
Pudieses darte cuenta del aroma
Que tanto te alegró al verle por primera vez,
Cuando naciste
Y recorriste sus calles.
Los pasos ya no son pequeños
Como cuando aprendiste a caminar,
Ahora se hacen fornidos
Y no requieres de ayuda
Para poder avanzar,
Tu piel es el camino
Por el cual corren los segundos
Que ya no quieres contar,
Tu piel es el pergamino
En el que una generación
Escribirá sus pensamientos.
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Cristian Briceño González
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The Time's Now - Moloko
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