Y así llegó uno de los momentos en que se producen tantos sentimientos encontrados frente al hecho de pensar que luego de las 11.59.59 del 31 de diciembre de 2007 el marcador de los años ya no indicará el mismo número que durante 365 días marcábamos al anotar la fecha en cualquier cosa; llega el momento en que debemos sumarle un número y comenzar a escribir 2008, suceso que nos produce cierta ansiedad al no saber qué es lo que ocurrirá este nuevo año que promete mucho. Son tantas las ilusiones y los sueños que uno pone en cada abrazo o en cada saludo a todos tus seres más queridos; “que te vaya bien”, “que tenga mucho éxito”, “que seas feliz”… y tenemos demasiadas razones para hacer de esta fecha casi un ritual que nos augure un año lleno de felicidad. Con el paso de los años hasta los deseos han ido cambiando jajaja.
Qué me queda hacer en este momento: un pequeño balance de los muchos sucesos que viví durante este año. Sin lugar a dudas que este fue uno de los años más temido de toda mi vida y todo comenzó el día en que me senté frente al pc a esperar los resultados de la por muchos temida prueba PSU, recibir los puntajes, matricularme y esperar el primer día de clases (temiendo por cada minuto que pasara alguien desconocido con una mirada más o menos sospechosa, perseguido por el fantasma del mechoneo). Y luego de comenzar las clases; enfrentándose a contenidos nuevos, gente nueva, amigos nuevos, pruebas un poco extensas y a un nivel de exigencia superior al que estuve acostumbrado durante la media… y todo con justa razón, pues comenzaba a dar uno de los pasos más grandes de mi vida que me marcarán para siempre y espero me hagan crecer como persona. Por primera vez en mi vida carretil con tanta frecuencia y conocí la bohemia porteña que no tiene comparación, de la cual me enamoré para toda la vida y espero seguir por todo el tiempo que sea prudente para ello.
Conocí mucha gente, me hice amigo de algunos y con otros tal vez no tuve tanta confianza como para decir lo mismo. Temía por el distanciamiento casi obligatorio que sufrirían las amistades de antaño ya que todos nos sumíamos en nuestro propio mundo de ideas y gustos, pero con alegría me di cuenta de que aún conservo el contacto con todas las personas que siempre han estado a mi lado y siento que seguirá todo igual por mucho tiempo, ya que existe el esfuerzo de ambas partes para mantener ese fuerte lazo que nos vio sufrir muchas adversidades y también alegrías. Una llamada de vez en cuando sirve para contarse demasiadas cosas y una salida de vez en cuando complementaba aún más la presencia de esa persona que comparte contigo. Sin embargo, y creo que es algo que todavía me desilusiona y me da vueltas en la cabeza, queda un tema pendiente con dos personas que las circunstancias sólo tienden a separarnos más. Creo que he hecho todo lo que he podido al respecto y si no se logra reestablecer el lazo será momento de que se lo deje a la vida y que el camino mismo demuestra quien tiene la razón; puede que hasta sea yo el equivocado y en algún momento me dé cuenta. Me duele un poco pensar en eso, pero es algo que no puedo obviar. No obstante, conservo las esperanzas de que podamos conversar y cerrar el ciclo de una buena manera; sin odios, sólo recordando los buenos momentos.
Y creo que abrí mi mente lo suficiente como para aceptar y tocar temas que durante mi estadía en la escolaridad tal vez jamás habría sido capaz de mencionar, que los veía muy lejanos y ajenos a mí. Pero uno también va creciendo y eso también comienza a afectarlo a uno, por ende, uno debe estar con la disposición de entender muchas cosas. Fue un año en que tuve experiencias que pensé que tardaría años en llegar a conocer. Cometí errores, tuve muy buenos aciertos, hubo días en que lloraba, hubo días en que reía y esa alegría me duraba por demasiado tiempo, hubo días en que me dedicaba a escuchar a quienes me pedían consejos, hubo varios días en que era yo el que pedía consejos con urgencia… y lo que me alegra es darme cuenta de que siempre encontré alguien con quien poder conversar de mi vida y contarle mi mundo, me encontré con gente desaparecida y otras veces el desaparecido era yo; superé mi primer año de universidad con mucha satisfacción con muchos ánimos de que el que sigue sea aún mejor. Haciendo balances, creo que éste ha sido un año bueno, con la mezcla perfecta que me ha permitido crecer y avanzar.
Ahora no me queda nada más que mirar con nostalgia todos aquellos días en que me sentaba cerca de mi ventana mirando las paredes sobre las cuales se afirma mi escritorio, en busca de ideas para poder escribir mi mundo y dejarlo de legado al futuro. ¿Acaso el mundo no nos escribe una historia a nosotros mismos y nosotros también le escribimos una historia al mundo?: mi pasión por las letras ha ido en aumento y es algo de lo que me puedo enorgullecer. Recuerdo esos días en que me levantaba por las mañanas con sueño y sin ganas de ir a clases, algunos días en que “accidentalmente” el despertador no sonaba y pasaba de largo o algunas veces en que los trabajos terminaban en un carrete, aunque al día siguiente hubiese clases a las 8 de la mañana y apareciera a dicha sala en un estado que no era óptimo. Son tantas las cosas que puedo recordar y que ahora me hacen sonreír tan alegremente y hasta sentir que mis ojos comienzan a brillar de esa pequeña emoción, tantas cosas que sé que no voy a olvidar.
Recuerdo cuando estuve mal y creí que todo era pésimo, hasta que una luz bajó del cielo y me hace agradecer la vida. Esa luz tiene un nombre, pero yo lo abrevio jajaja: se llama Romy. Fue la persona que me sacó de la tristeza en el momento preciso y me enseñó a quererme, me demostró lo que valgo y me hizo parte de su vida, del mismo modo como ella ha pasado a ser parte de la mía. Han sido muy bellos días en tu compañía y nuestros corazones comienzan a ser uno, estoy muy agradecido de ti por todo, has sido fundamental y por eso te quiero.
No quiero desmerecer a todos los demás, pero sentí que debía destacarla. Ahora sí que no hay más que decir, sólo redundar en la nostalgia y en las ansias de que el 2008 sea un año lleno de alegrías y éxitos. A pasarlo bien en la fiesta y comenzar el año como se debe.
Qué me queda hacer en este momento: un pequeño balance de los muchos sucesos que viví durante este año. Sin lugar a dudas que este fue uno de los años más temido de toda mi vida y todo comenzó el día en que me senté frente al pc a esperar los resultados de la por muchos temida prueba PSU, recibir los puntajes, matricularme y esperar el primer día de clases (temiendo por cada minuto que pasara alguien desconocido con una mirada más o menos sospechosa, perseguido por el fantasma del mechoneo). Y luego de comenzar las clases; enfrentándose a contenidos nuevos, gente nueva, amigos nuevos, pruebas un poco extensas y a un nivel de exigencia superior al que estuve acostumbrado durante la media… y todo con justa razón, pues comenzaba a dar uno de los pasos más grandes de mi vida que me marcarán para siempre y espero me hagan crecer como persona. Por primera vez en mi vida carretil con tanta frecuencia y conocí la bohemia porteña que no tiene comparación, de la cual me enamoré para toda la vida y espero seguir por todo el tiempo que sea prudente para ello.
Conocí mucha gente, me hice amigo de algunos y con otros tal vez no tuve tanta confianza como para decir lo mismo. Temía por el distanciamiento casi obligatorio que sufrirían las amistades de antaño ya que todos nos sumíamos en nuestro propio mundo de ideas y gustos, pero con alegría me di cuenta de que aún conservo el contacto con todas las personas que siempre han estado a mi lado y siento que seguirá todo igual por mucho tiempo, ya que existe el esfuerzo de ambas partes para mantener ese fuerte lazo que nos vio sufrir muchas adversidades y también alegrías. Una llamada de vez en cuando sirve para contarse demasiadas cosas y una salida de vez en cuando complementaba aún más la presencia de esa persona que comparte contigo. Sin embargo, y creo que es algo que todavía me desilusiona y me da vueltas en la cabeza, queda un tema pendiente con dos personas que las circunstancias sólo tienden a separarnos más. Creo que he hecho todo lo que he podido al respecto y si no se logra reestablecer el lazo será momento de que se lo deje a la vida y que el camino mismo demuestra quien tiene la razón; puede que hasta sea yo el equivocado y en algún momento me dé cuenta. Me duele un poco pensar en eso, pero es algo que no puedo obviar. No obstante, conservo las esperanzas de que podamos conversar y cerrar el ciclo de una buena manera; sin odios, sólo recordando los buenos momentos.
Y creo que abrí mi mente lo suficiente como para aceptar y tocar temas que durante mi estadía en la escolaridad tal vez jamás habría sido capaz de mencionar, que los veía muy lejanos y ajenos a mí. Pero uno también va creciendo y eso también comienza a afectarlo a uno, por ende, uno debe estar con la disposición de entender muchas cosas. Fue un año en que tuve experiencias que pensé que tardaría años en llegar a conocer. Cometí errores, tuve muy buenos aciertos, hubo días en que lloraba, hubo días en que reía y esa alegría me duraba por demasiado tiempo, hubo días en que me dedicaba a escuchar a quienes me pedían consejos, hubo varios días en que era yo el que pedía consejos con urgencia… y lo que me alegra es darme cuenta de que siempre encontré alguien con quien poder conversar de mi vida y contarle mi mundo, me encontré con gente desaparecida y otras veces el desaparecido era yo; superé mi primer año de universidad con mucha satisfacción con muchos ánimos de que el que sigue sea aún mejor. Haciendo balances, creo que éste ha sido un año bueno, con la mezcla perfecta que me ha permitido crecer y avanzar.
Ahora no me queda nada más que mirar con nostalgia todos aquellos días en que me sentaba cerca de mi ventana mirando las paredes sobre las cuales se afirma mi escritorio, en busca de ideas para poder escribir mi mundo y dejarlo de legado al futuro. ¿Acaso el mundo no nos escribe una historia a nosotros mismos y nosotros también le escribimos una historia al mundo?: mi pasión por las letras ha ido en aumento y es algo de lo que me puedo enorgullecer. Recuerdo esos días en que me levantaba por las mañanas con sueño y sin ganas de ir a clases, algunos días en que “accidentalmente” el despertador no sonaba y pasaba de largo o algunas veces en que los trabajos terminaban en un carrete, aunque al día siguiente hubiese clases a las 8 de la mañana y apareciera a dicha sala en un estado que no era óptimo. Son tantas las cosas que puedo recordar y que ahora me hacen sonreír tan alegremente y hasta sentir que mis ojos comienzan a brillar de esa pequeña emoción, tantas cosas que sé que no voy a olvidar.
Recuerdo cuando estuve mal y creí que todo era pésimo, hasta que una luz bajó del cielo y me hace agradecer la vida. Esa luz tiene un nombre, pero yo lo abrevio jajaja: se llama Romy. Fue la persona que me sacó de la tristeza en el momento preciso y me enseñó a quererme, me demostró lo que valgo y me hizo parte de su vida, del mismo modo como ella ha pasado a ser parte de la mía. Han sido muy bellos días en tu compañía y nuestros corazones comienzan a ser uno, estoy muy agradecido de ti por todo, has sido fundamental y por eso te quiero.
No quiero desmerecer a todos los demás, pero sentí que debía destacarla. Ahora sí que no hay más que decir, sólo redundar en la nostalgia y en las ansias de que el 2008 sea un año lleno de alegrías y éxitos. A pasarlo bien en la fiesta y comenzar el año como se debe.
¡Feliz 2008!
Better - Regina Spektor
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