domingo, 30 de diciembre de 2007

Adiós 2007...

Y así llegó uno de los momentos en que se producen tantos sentimientos encontrados frente al hecho de pensar que luego de las 11.59.59 del 31 de diciembre de 2007 el marcador de los años ya no indicará el mismo número que durante 365 días marcábamos al anotar la fecha en cualquier cosa; llega el momento en que debemos sumarle un número y comenzar a escribir 2008, suceso que nos produce cierta ansiedad al no saber qué es lo que ocurrirá este nuevo año que promete mucho. Son tantas las ilusiones y los sueños que uno pone en cada abrazo o en cada saludo a todos tus seres más queridos; “que te vaya bien”, “que tenga mucho éxito”, “que seas feliz”… y tenemos demasiadas razones para hacer de esta fecha casi un ritual que nos augure un año lleno de felicidad. Con el paso de los años hasta los deseos han ido cambiando jajaja.

Qué me queda hacer en este momento: un pequeño balance de los muchos sucesos que viví durante este año. Sin lugar a dudas que este fue uno de los años más temido de toda mi vida y todo comenzó el día en que me senté frente al pc a esperar los resultados de la por muchos temida prueba PSU, recibir los puntajes, matricularme y esperar el primer día de clases (temiendo por cada minuto que pasara alguien desconocido con una mirada más o menos sospechosa, perseguido por el fantasma del mechoneo). Y luego de comenzar las clases; enfrentándose a contenidos nuevos, gente nueva, amigos nuevos, pruebas un poco extensas y a un nivel de exigencia superior al que estuve acostumbrado durante la media… y todo con justa razón, pues comenzaba a dar uno de los pasos más grandes de mi vida que me marcarán para siempre y espero me hagan crecer como persona. Por primera vez en mi vida carretil con tanta frecuencia y conocí la bohemia porteña que no tiene comparación, de la cual me enamoré para toda la vida y espero seguir por todo el tiempo que sea prudente para ello.

Conocí mucha gente, me hice amigo de algunos y con otros tal vez no tuve tanta confianza como para decir lo mismo. Temía por el distanciamiento casi obligatorio que sufrirían las amistades de antaño ya que todos nos sumíamos en nuestro propio mundo de ideas y gustos, pero con alegría me di cuenta de que aún conservo el contacto con todas las personas que siempre han estado a mi lado y siento que seguirá todo igual por mucho tiempo, ya que existe el esfuerzo de ambas partes para mantener ese fuerte lazo que nos vio sufrir muchas adversidades y también alegrías. Una llamada de vez en cuando sirve para contarse demasiadas cosas y una salida de vez en cuando complementaba aún más la presencia de esa persona que comparte contigo. Sin embargo, y creo que es algo que todavía me desilusiona y me da vueltas en la cabeza, queda un tema pendiente con dos personas que las circunstancias sólo tienden a separarnos más. Creo que he hecho todo lo que he podido al respecto y si no se logra reestablecer el lazo será momento de que se lo deje a la vida y que el camino mismo demuestra quien tiene la razón; puede que hasta sea yo el equivocado y en algún momento me dé cuenta. Me duele un poco pensar en eso, pero es algo que no puedo obviar. No obstante, conservo las esperanzas de que podamos conversar y cerrar el ciclo de una buena manera; sin odios, sólo recordando los buenos momentos.

Y creo que abrí mi mente lo suficiente como para aceptar y tocar temas que durante mi estadía en la escolaridad tal vez jamás habría sido capaz de mencionar, que los veía muy lejanos y ajenos a mí. Pero uno también va creciendo y eso también comienza a afectarlo a uno, por ende, uno debe estar con la disposición de entender muchas cosas. Fue un año en que tuve experiencias que pensé que tardaría años en llegar a conocer. Cometí errores, tuve muy buenos aciertos, hubo días en que lloraba, hubo días en que reía y esa alegría me duraba por demasiado tiempo, hubo días en que me dedicaba a escuchar a quienes me pedían consejos, hubo varios días en que era yo el que pedía consejos con urgencia… y lo que me alegra es darme cuenta de que siempre encontré alguien con quien poder conversar de mi vida y contarle mi mundo, me encontré con gente desaparecida y otras veces el desaparecido era yo; superé mi primer año de universidad con mucha satisfacción con muchos ánimos de que el que sigue sea aún mejor. Haciendo balances, creo que éste ha sido un año bueno, con la mezcla perfecta que me ha permitido crecer y avanzar.

Ahora no me queda nada más que mirar con nostalgia todos aquellos días en que me sentaba cerca de mi ventana mirando las paredes sobre las cuales se afirma mi escritorio, en busca de ideas para poder escribir mi mundo y dejarlo de legado al futuro. ¿Acaso el mundo no nos escribe una historia a nosotros mismos y nosotros también le escribimos una historia al mundo?: mi pasión por las letras ha ido en aumento y es algo de lo que me puedo enorgullecer. Recuerdo esos días en que me levantaba por las mañanas con sueño y sin ganas de ir a clases, algunos días en que “accidentalmente” el despertador no sonaba y pasaba de largo o algunas veces en que los trabajos terminaban en un carrete, aunque al día siguiente hubiese clases a las 8 de la mañana y apareciera a dicha sala en un estado que no era óptimo. Son tantas las cosas que puedo recordar y que ahora me hacen sonreír tan alegremente y hasta sentir que mis ojos comienzan a brillar de esa pequeña emoción, tantas cosas que sé que no voy a olvidar.

Recuerdo cuando estuve mal y creí que todo era pésimo, hasta que una luz bajó del cielo y me hace agradecer la vida. Esa luz tiene un nombre, pero yo lo abrevio jajaja: se llama Romy. Fue la persona que me sacó de la tristeza en el momento preciso y me enseñó a quererme, me demostró lo que valgo y me hizo parte de su vida, del mismo modo como ella ha pasado a ser parte de la mía. Han sido muy bellos días en tu compañía y nuestros corazones comienzan a ser uno, estoy muy agradecido de ti por todo, has sido fundamental y por eso te quiero.

No quiero desmerecer a todos los demás, pero sentí que debía destacarla. Ahora sí que no hay más que decir, sólo redundar en la nostalgia y en las ansias de que el 2008 sea un año lleno de alegrías y éxitos. A pasarlo bien en la fiesta y comenzar el año como se debe.


¡Feliz 2008!
Better - Regina Spektor

kinkan ®

viernes, 28 de diciembre de 2007

Gracias

Creo que todo comenzó el año pasado –tal vez haya comenzado cuando tenía 18 años y 1 día-, cuando planeaba que al cumplir los 19 me encargaría de pasarlo bien en el día de mi cumpleaños a como diese lugar. Pasó todo el año y yo pensando en las múltiples opciones que tenía de poder celebrar tal fecha y de pasarlo bien en compañía de amigos y de seres queridos. Recuerdo que, en primera instancia, hice una exclamación de alegría al ver que caía día Jueves (con lo cual podría haberlo celebrado en El Huevo), pero sucedía que justo la fecha coincide con el inicio de los Carnavales Culturales de mi natal Valparaíso, actividad que nadie desea perderse. Por lo cual comenzaban a surgir algunos problemas de cómo hacerlo de manera de poder disfrutar las actividades y celebrar al mismo tiempo.

Volé de mi casa luego del almuerzo y me junté con algunos amigos. Caminamos por Valparaíso y acabamos en la casa de Christian, en donde imprimí la hoja con la famosa lista de invitados (que, al final, siquiera tomaron en cuenta) y luego fui a entregarla. Fue un día bastante extraño; a medida que he ido cumpliendo años y he ido pasando los distintos 27 de diciembre, la ansiedad frente al cambio de un número ha sido más controlada. Y así fue como, luego de dar muchas vueltas y regresar a esa casa en más de una ocasión, llegamos a la Plaza Sotomayor para escuchar el concierto del grupo chileno Los Bunkers. A mi parecer, la presentación no fue de las mejores debido a que la selección de canciones no logró que el público “prendiera” (al menos desde mi punto de vista, sumado a que el sector en el que yo estaba tampoco era de cantar o saltar mucho).

Pasó la hora y llegaron las 12 de la noche; nos retiramos para llegar al local. Esperamos un buen rato hasta que llegaron algunos y poder entrar. Me llevé cierta desilusión al ver que en el sector del primer piso estaba lleno de mesas… ¿Dónde iba a poder bailar? Subimos al 2do piso, que estaba reservado para el cumpleaños. Nos sentamos y en un momento vi tan poca gente que hasta me asusté. De a poco se fue incorporando gente hasta que el sector se veía lo suficientemente lleno como para tomarse algunas fotos y recordar aquel momento. De a poco fue prendiendo el ambiente, fuimos riéndonos, algunos se fueron yendo, hasta que al final bajamos a bailar (que era lo que yo quería; no hay carrete sin baile, según yo jaja). Creo que lo pasé increíble y me di cuenta de algunas cosas agradables a medida que pasaba la noche y conversaba con las personas que fueron… algunas cosas de las cuales no quería darme cuenta, pero que comenzaban a aparecer por si solas. Extrañé demasiado a alguien y eso me dio miedo, pero a la vez me dio gusto.

Creo que cumplí con mi idea de pasarlo bien. Faltaron algunas personas que espero el próximo año estén presentes. Agradezco a todas las personas que siempre han estado a mi lado y me han ayudado a crecer como persona; aquellos con los que he llorado y reído, aquellos que me han felicitado y me han retado, los que me han aconsejado y me han hecho reír, los que conversan mucho y los más silenciosos, los de siempre y los más recientes; a todos los que se acordaron y me enviaron sus saludos de alguna y otra forma. Ha sido un año lleno de sorpresas y he aprendido mucho, pero sin el apoyo de toda esa gente creo que no habría sido nada.


Kiss The Rain - Billie Myers
¡Saludos!


kinkan ®
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miércoles, 26 de diciembre de 2007

Mi cumpleaños 19

Creo que estuve esperando este momento durante algún tiempo; ahora no sé si era lo correcto esperarlo, pero me aburro de pensar en si las cosas están en lo correcto o si veo a las personas caminando por los techos. No sé por qué quería que llegara este 27 de diciembre y cumplir los 19 años para darme cuenta que sigo a punto de poder tener el mundo en mis manos, pero que aún sigo siendo un ser dependiente económicamente de mis padres y que aún me queda mucho por conocer.

Y aquí estoy escribiendo un pequeño comentario que espero tenga sentido. ¿Qué puedo decir? Hablar de las expectativas para mi 2do año de universidad, decir todos los sueños que aún no he logrado y que todavía quieren hacerse reales, darle las gracias a todas las personas que me han acompañado en todo momento, decir que quiero que este año sea mejor o… no sé. Me doy cuenta de que no había mucho el sentido el realizar un comentario el día de hoy. En fin, estoy cumpliendo 19 años y tengo derecho a hacer lo que quiera aunque sea por un día, ¿o no?

Probablemente cuando termine de escribir esto, ya sean las 12 y pueda decir que oficialmente dejé el rótulo de los 18. Eran tantas las cosas que creía que ocurrirían con el sólo hecho de dejar de ser un menor de edad y, como ya decía, casi todo seguía igual. No creo el momento de hacer el balance del año, pues eso corresponderá cuando sea fin de año y esté dando los abrazos de inicio del 2008. Y me he quedado sin palabras, pensando en alguna forma de celebrar.

Lo importante, es que cumplir años no sea simplemente un rótulo que en la cédula de identidad sea la forma de delatar tu antigüedad. Quiero que cada año sea un indicio de que he adquirido experiencia, de que se puede crecer como persona. Una vez más doy las gracias a todos los que me han apoyado y al fiel posteador de este blog (Maxuk). Y me invade la ansiedad de no saber qué pueda pasar mañana, me despertaré y miraré por la ventana: ¿habrá sol? ¿habrá nubes? Sólo consiéntame por un día jajaja.


Saludos a todos los que siempre han estado conmigo.
Flight of Fantasy - Yanni

lunes, 24 de diciembre de 2007

Espíritu Navideño

Luego de hacer el envío de unos cuantos mails y de haber escrito 6 tarjetas navideñas comienzo a darme cuenta de la importancia que esta fecha tiene para la sociedad y para el mundo en su totalidad. Es como si todo fuese uno en este instante, un abrazo puede hacerte olvidar de cualquier problema y te hace sentir querido, todo lo pasado sólo nos sirve para crecer más y se comienza a abrir la puerta del perdón en nuestros corazones. Y todo pasa en una fecha del 25 de diciembre, denominada Navidad.

Miro alrededor y me doy cuenta de que todo el mundo está tan alborotado comprando miles de cosas que con el tiempo irán olvidando –o también puede ser que no pasen la noche, que terminen digiriéndose en el estómago y luego concluyendo en lo que la biología podría explicar mejor- luego de que otro año venga a cubrirlos por encima, como si fuese otra capa de nieve dentro del frío que hace olvidar el pasto verde que se esconde. Me da un poco de rabia de que se pierda el sentido de la fecha, de que todos se escuden en un regalo; lo que realmente debiésemos hacer es regalar amor, regalarnos nosotros mismos y demostrarles nuestros seres queridos que son muy importantes para nuestro corazón. Inconscientemente, hemos elegido esta fecha del año para demostrarlo todo, como augurándoles que para el año que sigue, estaremos junto a ellos en toda circunstancia.

Un espíritu navideño que nos comienza a invadir por todos lados; el árbol de navidad, el pesebre, las luces, los colores verdes y rojos, los villancicos y el ambiente que parece estar distinto a partir de hoy. Vivir la navidad con mucha alegría creo que es lo más importante y dar gracias de tener tantas cosas bellas en el día a día; de a poco he ido aprendiendo a agradecer lo que tengo y a olvidarme de las cosas materiales. Si no regalo nada a algunos, espero que mi sonrisa, un abrazo y un “feliz navidad” sea suficiente para desearla que esta alegría perdure para toda la vida.


¡Feliz Navidad para todos!
kinkan ®

sábado, 22 de diciembre de 2007

¿Llorar? ¿Reír? ¿Correr? ¿Huir?

En estos momentos estoy viviendo una sensación tan extraña que apenas puedo describirla correctamente: ¿acaso sería posible describir algo sicológicamente tan subjetivo como lo es un sentimiento; un pensamiento? Pero sólo me dan ganas de expresarlo de algún modo y no dejarlo reprimido en el interior de mí… aunque se convierte en una verborrea tremenda que no pretenda llegar a ningún lado. Acaso será producto de las miles de personas que se agolpaban en las calles comprando regalos para tener una navidad materialistamente buena, acaso será el día, acaso serás tú… definitivamente: la última de las posibilidades es la que creo me tiene así.

Sí, tú. Tú eres quien me ha dejado así, con una sensación extraña y ambigua que no sé si me hace reír o me hace llorar: perplejo, sin palabras, sin lágrimas ni sonrisas, a ratos sin respiros y en otros momentos sin nada más que decir. Tal y como lo pensaba, hoy me costó demasiado poder sacar alguna palabra: sólo quería estar a tu lado y abrazarte, solamente eso era suficiente para sentirme bien, para aprovecharte en este último día antes de que partieras de regreso a la tierra que te vio nacer. Tú, tú que ahora partiste de regreso y me diste tu promesa de que ibas a regresar; tú eres la razón de que ahora ya no sepa ni qué decir. Pero tampoco lo digo con el fin de echarte toda la culpa, puesto que era algo que ambos sabíamos desde un principio… serían casi 3 meses en que sólo nuestras voces serían el contacto que tendríamos a través de un teléfono o a través de una conversación de chat.

En el momento en que vi el bus partir como que no asumía lo que estaba pasando y hasta este momento no me he puesto a pensar en lo que significa: siquiera he llorado, pero tal vez lo haga… tampoco me voy a obligar. Pese a que hubo un momento en que la histeria nos hizo odiarnos, creo que recordaré este día de la mejor manera posible y sonreiré al traer de regreso cada uno de los pormenores del camino: el bolso cuyas ruedas apenas giraban, el celular olvidado, mi espalda adolorida, etc. Y, ¿sabes? Me di cuenta que hoy también se cumplía un ciclo. Algo ocurrió hace mucho tiempo –antes de que nos conociéramos- y hoy se repite lo mismo, pero con un beso de despedida. No lloré, tú sí lo hiciste. Tal vez llore mañana, ¿quién sabe?

Tengo miedo y ya te lo he dicho más de una vez. Pero es un riesgo que nos pone el destino y si perdemos: tendremos que asumirnos como perdedores de un juego que la vida nos puso en el camino. Ahora vete, sé feliz y disfruta tu tierra: has pasado por muchos momentos duros; necesitas descanso y el cariño que sólo tu familia te puede dar. Ya habrá tiempo de volvernos a ver…

Y no sé qué me pasa, aún cuando ya he terminado de escribir esto. Me da un poco de nostalgia ver las últimas fotos de tu pieza deshabitada en la que se hacían los ecos de las noches que pasamos juntos: todos los recuerdos que quedarán en esas paredes y tal vez los años se encargarán de mantener ocultos. ¿Llorar? ¿Reír? ¿Correr? ¿Huir?


Perlas - Javiera Mena
Saludos!


kinkan ®
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martes, 18 de diciembre de 2007

El Goce de Escribir

Me pasé un buen tiempo pensando en qué podía escribir para mi blog, puesto que lo miraba día a día y sentía que lo estaba dejado de lado. Olvidé que, como toda persona que gusta escribir, pasa por momentos de “bloqueo” o de “sequía creativa”; proceso completamente normal que luego aumenta el goce cuando una nueva creación surge de tus manos. De hecho, estuve gran parte de esta tarde sentado en mi escritorio trazando ideas… el problema no radica en ellas, parece que radica en mí: he olvidado la forma de unir las ideas o bien estoy bajo un “cansancio sicológico” que tiene mis neuronas dormidas.

Y en ese momento surge el tema del cual estoy escribiendo en este momento; un tema que más de alguna vez he pensado, pero que nunca me había dado el tiempo de hablar de él: el goce de escribir. Para muchos es una tortura tener que dedicarse a leer libros –y mucha gente sólo lee porque en el colegio era requisito de alguna asignatura-, pero para mí es algo agradable que solía cultivar. Digo “solía” porque ahora es poco lo que leo, entendiéndose que con las bíblicas ediciones que tuve que leer durante el año he decidido tomar un descanso en esa área. Creo que disfruto más escribiendo, y luego releer es algo que me causa aún más placer: aunque suene ególatra, pero me alegro de leer alguna creación buena que yo mismo haya hecho al igual que critico los cuentos que son de mi desagrado.

Ahora retomando el tema del goce de escribir. ¿Acaso nunca te ha pasado que tienes muchas ideas en la cabeza que se transforman en historias que te dan vueltas todo el día –a veces por mucho más tiempo que un día- hasta que definitivamente las dejas en un papel? Es algo que suele sucederme constantemente. Será por el hecho de que todo ser humano siente la necesidad, en algunos instantes, de sentirse superior y Dios de una situación; pues claro, al escribir una historia, eres tú mismo el Dios que sabe todo lo que va a pasar y te encargas de ordenar las secuencias para que ocurra lo que tú deseas. Aunque a veces (y de manera personal, me sucede mucho), dejo de ser Dios y los personajes se me escapan de las manos como si fuesen ellos los que me moldearan a mí a hacer lo que ellos quieren: las historias toman vidas por sí solas y los que escriben parecemos tener la conexión de poder ver ese mundo paralelo y traerlo a los ojos del resto de los mortales. Parece como si pasásemos a tomar el rol de un médium o algo parecido.

Disfruto demasiado escribiendo y es algo que espero que nunca se acabe, que siga creciendo y me motive durante el resto de mi existencia. Creo que me introduzco en mi propio relato y lo vivo con tal emoción que puedo tener los sentimientos de los personajes y convivir con ellos. Escribir y crear historias te permite vivir nuevas aventuras que en la “realidad” quisieras vivir: pero, ¿acaso tu imaginación no es también una realidad? Y bastante importante, pues te acompaña por toda tu vida si sabes escucharla y cultivarla.

Todos somos personajes de una historia que nos supera. ¿Quién será el escritor de nuestra propia existencia? Y, quién sabe, acaso seamos capaces de escribir nuestra propia vida. Y así lo creo: debemos escribir una historia hermosa y saber disfrutar de los errores y los aciertos, hacer de nuestro mundo un lugar cada vez más agradable. Gozar de la vida, gozar de escribir y de leer.


We Will Become Silhouettes - The Postal Service
¡Saludos!


kinkan ®
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viernes, 7 de diciembre de 2007

Confuso

Me ha tomado su buen tiempo decidir si iba a decir algún día lo que sentía o me iba a quedar en silencio por toda mi vida; me alegra y me frustra un poco que sea siempre otra la persona que tengo que tomar las riendas del asunto por culpa de un miedo oculto que siempre ha venido conmigo, limitándome sólo a tener la buena disposición y esperando que ese día llegué. Pero, ¿qué pasaría si ese día nunca llega y entonces la muerte me llama y me quedo con esa carga en el alma? De seguro algunos me dirán que se convertirá en un temido karma con el que tendré que cargar en la vida que me seguiría a esta.

Estoy un poco confuso, puesto que me he guardado todas estas cosas por demasiado tiempo, por el temor a arruinar una vida que se ve tan perfecta y hermosa; siquiera hablar y herir sentimientos es algo que me causa dolor a mí mismo, puesto que a mí tampoco me gusta que alguien venga y, prácticamente, me destruya un pedazo de mundo que tenía asumido como tal. En el momento tirité, y cada vez que hablaba con esa persona mi día cambiaba para bien o para mal… generalmente para mal, puesto que era casi como un condicionamiento el traer al recuerdo esa tristeza que su recuerdo evocaba.

Hoy creí que iba a ser un día como esos, en que todo había sido tan perfecto y MSN se convertía en el elemento que arruinaba mi día. Al menos por el momento puedo decir que no fue tan así. Si bien, todo habría pasado a ser un día perfecto y lineal, tal vez no estaría en este momento escribiendo esta breve historia: siempre buscándole lo positivo a las cosas, justo encontré el pc desocupado el día de hoy, la hora, etc… Aún creo en la magia de las cosas que suceden día a día, sobre todo cuando me siento tan bendecido con la gente que me rodea.

Creo que me darían ganas de habértelo dicho todo de golpe, pero ya te dije que MSN no es una de las mejores herramientas para ello; es tan impersonal, tan frío, tan fácil de que las cosas se malentiendan… así que perdona si creíste que algo iba con mala intención, pues no fui así, y perdona si te lo repetí más de una vez. Pese a que me haga el frío y trate de sacarme el tema de la cabeza por la fuerza, no es algo que me pueda quitar de golpe. Me lo tragué por mucho tiempo, creo que era el momento en que lo ibas a notar porque mi semblante al hablarte ya no era el del ser que confiaba en tu amistad, ahora ese rostro se veía triste y distante; quería huir lo más pronto posible de tu presencia.

Me alegro, de todos modos, de que hayas sido tú la que haya decidido hablarme. Sé que siquiera vas a leer esto, pero al menos me sirve para recordar el momento en que volví a ver el mundo con ojos de esperanza. Todavía te quiero –aunque no lo diga-, porque has siento que has sido importante para mi, una amiga distinta en muchos sentidos. Si bien, hay cosas que han cambiado, creo que todavía hay tiempo de reparar los errores y volver a construir el camino que durante algunos años nos hizo sonreír, sentirnos apoyados y queridos.


Starlight - Freezepop
Saludos!!


kinkan ®

viernes, 30 de noviembre de 2007

Un Cambio

Hoy me reencontré con mi mejor amiga: Cony. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos y eran muchas las cosas que ambos teníamos que conversar. Me alegró mucho ver que estaba bien, que estaba a punto de terminar todo y que pronto tendríamos mucho más tiempo para poder juntarnos a conversar. Ella es como mi hermana, nos conocemos hace 2 años y ambos sabemos muchas cosas el uno del otro; es una de las relaciones más geniales que he podido tener en mi vida: un apoyo fundamental, un consejo que sé que siempre estará… definitivamente, nuestra amistad va mucho más allá de la diversión casual.

He de confesar que el día de hoy nos convocaba un tema más o menos profundo y ambos los sabíamos, pues lo habíamos mencionado al hablar por teléfono el día anterior. No tiene ninguna relación con un tema amoroso entre nosotros, por si alguien se lo preguntara. Sabía que podía contar con su consejo y ver la perspectiva femenina –que es mucho más sentimental y delicada en casi todos los aspectos- de un tema que me ha venido llamando la atención por mucho tiempo y que incluso ha llegado a ser uno de los temas centrales del cuaderno que me encuentro escribiendo en estos momentos. No he de mencionar el tema, pero si puedo explicar cómo me sentí: definitivamente hay muchas cosas que uno siquiera tiene la más mínima idea de que existen y que es bueno tener un poco de conocimiento –aunque sea mínimo- antes de dar cualquier paso; esto se aplica a todo orden de cosas.

Pero algo, por sobre todo el tema que hablamos, me dejó como preocupado y a la vez contento. En realidad, es una mezcla de ambos y una mezcla de ninguno: no sabía si ponerme a llorar o ponerme a reír… simplemente me quedé sentado luego de escuchar algo que durante mucho tiempo pensé que podía ser, pero que no me había dado el tiempo de pensarlo. Me dijo que ya comenzaba a convertirme en un hombre, que de a poco dejaba de ser el niño de antaño. Que te digan eso puede ser bastante bueno, algo que te suba el ego y te haga pensar que lo estás haciendo bien, que has pasado etapas y sigues en el crecimiento normal. Pero, por otro lado, volvió a mi mente el tema de la sensibilidad y el poder que sólo como niño uno suele tener: el tener el corazón ante todo. Me dio miedo enfrentarme a esta nueva realidad, pero es un hecho y en algún momento uno tiene que pasar las etapas y crecer, sin perder lo esencial.

¿Acaso podrá seguir manteniéndose lo esencial que en algún momento me hizo sentir distinto? Temo por eso, temor perder lo que aún me hace creer en el mundo y en las personas, temo dejar de ser yo mismo… pero, ¿por qué? Si acaso el momento por el que estoy pasando es normal y en algún momento a todo ser humano le toca planteárselo. ¿Cuándo será el día en que deje de pensar demasiadas veces las cosas y simplemente dejarlas ser? Acaso será que tengo miedo a perder las ganas de hacer las cosas bien y de no dañar a nadie en el intento… tal vez sacar de mi cabeza los conceptos de “bien” y de “mal” que tan manipulados están por esta sociedad. Sólo pienso que no quiero dejar de ser yo y ahí puede estar el error: querer y controlar cada paso… tal vez sea mejor un “Laissez faire” y ver que si he sido así todo este tiempo, difícilmente pueda cambiar: eso es lo que quiero, conservar eso que me hace sentir satisfecho de mí mismo y me motiva a seguir caminando.


Metamorphosis - Enigma
Saludos!


kinkan ®

lunes, 26 de noviembre de 2007

Y así pasó el 1er año...

Y tan rápido cómo comenzó todo, ahora llega todo a su final. Lo que pensé que sería un cautiverio interminable en que lucharía día a día por poder salir a respirar a la superficie, se convierte en el momento de ahora en que sigo respirando al igual que siempre.

Ya todo está listo y me puedo sentar tranquilo a mirar un mes de diciembre en que me veré encerrado en el ocio, pero lo peor de todo, es verme encerrado en mi casa y condenado a hacer nada más que estar en mi pieza: no hay ninguna otra entretención más que escuchar música, leer algún libro o escribir. Si bien es cierto que quería tiempo para poder hacer todas estas cosas, todos estos placeres que uno cultiva con el tiempo; pero ahora me dan ganas de poder estar trabajando y ganando dinero para poder tener vacaciones; salir y divertirme, pero no tuve la suerte y no me queda más que disfrutar lo que tengo.

¿Qué hacer en diciembre? Es la pregunta que le hago a todo el mundo. Es cierto, estoy contento porque pasé todos los ramos y no tuve que dar ningún examen: me ahorré la terrible ansiedad de no saber qué es lo que va a pasar contigo frente a una prueba en que te encuentres con todo un semestre, con cosas que a veces no has entendido. Aunque parezca paradójico, creo que me dedicaré a leer –sí, a seguir leyendo, como ya me he acostumbrado a hacer durante el año- y quizá a dormir.

No sé si me convertí en un adicto a estar fuera de mi casa o algo así, pero siento pánico de tener tanto tiempo de ocio y de tener que quedarme entre 4 paredes. Algunos anhelan llegar a su casa en los días de trabajo y yo me incluyo en ese grupo, pero sólo esos días. Creo que me acostumbré a estar en clases y quebrarme la cabeza para entender las cosas más complejas; creo que me acostumbré a tener las ganas de llegar a la casa cuando aún voy en camino. Ahora estoy en casa libre de tareas, libre de pruebas y libre de miles de páginas por leer para la próxima semana. ¿Qué hago, entonces?

El balance positivo: conocí a muchas personas distintas y me he contagiado, de a poco, de toda la esencia que la literatura y el área de las letras te da. Más de alguna vez me sentí orgulloso de oír cuando alguien decía: “si tienes pinta de estar estudiando castellano”. Por otro lado, incorporé nuevos conocimientos que me han servido para poder aplicarlos a mi manera de expresar los pensamientos: principalmente, en el aspecto de la puntuación (para algunos parece insignificante, pero influye mucho más de lo que uno cree). Hice nuevas amistades, disfruté más de alguna noche de carrete en la bohemia porteña, mantuve el contacto con mis amistades de siempre y, a pesar de todas las dudas, siento que hice una buena opción. Soñé con las paredes del Gimpert y más de alguna vez bostecé en el Rubén Castro, sin dejar de lado la tranquilidad de perder la mirada en la Laguna Sausalito.

Ahora, simplemente… a hacer nada y dejar que las cosas se den solas, algo saldrá en el camino que evite mi aburrimiento.
Ray of Light - Madonna
Saludos!
kinkan ®

domingo, 25 de noviembre de 2007

Dame mi tiempo

Dame mi tiempo
Y yo te daré el tuyo;
No cruces la línea imaginaria
Que la vida pone en el camino,
No intentes adelantarte a los hechos
Ni te quedes en silencio.
Trataré de no decirte qué hacer,
Trataré de aceptarte tal cual eres
Y no te haré cambiar;
Sé que eres de ese modo
Y así te aprenderé a querer.


Dame mi tiempo
Y yo te daré el tuyo.


Acéptame cómo soy
Y aprendamos juntos lo que haya que aprender,
No adelantes los momentos que solos van a llegar;
Déjame conocerte de a poco
Para luego perderme en tu piel,
Déjame oír tu silencio
Para poder querer tu voz.
Trataré de ser dulce,
Trataré de no ser tan frío;
Trata de aceptarme:
Ya llegaré el segundo en que la conexión entre las almas
No nos deje decirnos adiós.

"Dame mi tiempo”
Cristian Briceño González
“Un Regalo Especial”
24 – 11 – 2007.
23.38


kinkan ®
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jueves, 22 de noviembre de 2007

1 año de un sueño...

Es increíble mirar hacia atrás y ver todas las cosas que se tejen en mi memoria, cosas que jamás se me van a olvidar. Pensé que tal vez habían algunos sueños que no se cumplirían, pero me equivoqué y me alegro de que así haya sido; algunas cosas se ven demasiado difíciles, pero se pueden lograr. Hace 1 año, exactamente, fui al Concierto de Shakira en Chile, en el Estadio Nacional en Santiago; una momento que esperé por tanto tiempo, desde que pude tener la entrada en mi mano y sonreír por ello y cada una de las reuniones con el club de fans en que se realizaban los últimos preparativos para el día del concierto: la entrega de la polera, el jockey, etc.

Ya ni recuerdo cuándo fue el bendito día en que llegó la entrada a mis manos, sólo recuerdo que fue gracias a mis amigos los gemelos que me compraron la entrada más barata, por sacarla con tarjeta. Algunas reuniones que pasaron y conociendo distinta gente, creo que recuerdo el día en que tuve el presentimiento de que debía ir a su reunión sí o sí: domingo 19 de noviembre. Llego a Santiago, bastante perdido porque tuve que llegar, si no me equivoco, a la Reina. Probando la nueva línea del metro –asustado porque era demasiado bulliciosa y parecía como si alguien se hubiese caído a las líneas y estuviese gritando- desciendo mirando a todos lados y a punto de seguir hacia la dirección equivocada, por suerte pregunté y pude seguir el camino correcto. Llego a la casa, piscina y mucho (demasiado) calor que a ratos me hizo pensar en tirarme al agua. Una reunión bastante amena y para algunos podría ser considerado como “mamona”, cantando canciones de Shakira para grabarlas en un DVD que le haríamos llegar a ella. Al día siguiente tenía una prueba de biología, y estaba poco preocupado; llegué a las 11.30 a mi casa con la polera y el jockey del fans club puestos, lo que me hizo ganar más de algún comentario de alguien que me viese en el camino, pero en ese momento la emoción hacía que la vergüenza siquiera se apareciera por estos lados.

Día siguiente, lunes 20: llego a mi casa agotado después del preuniversitario y me encuentro con el recado de que me llama Cony, mi mejor amiga. La llamo y entonces me pregunta si es que vi las noticias. Como yo no las había visto, me contó que Shakira, al llegar a Chile, había dado la orden de regalar 80 entradas FANS VIP para todos nosotros. Al principio no le creí, pero llamé a la presidenta del fans y me lo confirmó: ¡íbamos a estar en primera fila viéndola! Llamé de regreso a mi amiga para darle las gracias y entonces ella me avisa que me va a prestar su cámara, pues era inconcebible que estando tan cerca no pudiese tomar fotos (en este tiempo no tenía cámara yo). Recuerdo que me bajó la energía de no sé dónde, corría para todos lados, saltaba, gritaba y hasta se me espantó el sueño: estuve dando vueltas hasta pasada la medianoche –horario que en ese tiempo era impensable que yo iba a estar despierto. Mi mamá se rió y me dijo: “estás eufórico, tranquilo”.

Día siguiente, martes 21: salgo de clases y no me acuerdo por qué motivo… parece que era para dar unos ensayos en el preuniversitario. Me junto con mi amiga rápidamente y me pasa la cámara. Llego a mi casa y comienzo a probar el aparato digital. Puse la polera, la entrada y el jockey en mi cama para tomarle una foto al “equipo para el concierto”. Luego le tomé una foto a toda la colección de discos que tengo de ella. Me sentía tan nervioso en ese momento… era la primera vez en mi vida que iba a ir a un concierto tan importante como ése. Y más encima yendo a ver a Shakira; me dije que iba a vivirlo al máximo, que iba a quedar difónico y si me emocionaba la suficiente como para llorar con las canciones: lo iba a hacer.

Miércoles 22 de noviembre: el gran día. Me levanto como a las 9 de la mañana luego de ponerme de acuerdo con una amiga del fans –que también se llama Cony- y a eso de las 10 nos juntamos en una plaza de Quilpué para irnos en auto hasta Santiago. Llegamos como a las 12 del día, con un calor tremendo que superaba los 30º… y todos íbamos vestidos con la polera negra: no sé cómo no me deshidraté. Llegamos y nos quedamos frente a La Moneda, entramos a dar un mini tour y luego de tomarnos algunas fotos, esperamos hasta las 4 de la tarde en que llegó la camioneta en que Shakira venía hacia el lugar. Se reunió con la Presidenta de la República, en su calidad de Embajadora de la UNICEF, y estuvo charlando un rato con ella hasta que apareció por uno de los balcones: fue la primera vez que la vi en persona. Luego salió y pensamos que se iba a ir de inmediato, pero se subió un poco sobre la camioneta para poder saludarnos a todos.

Luego de eso, partimos hacia el Estadio Nacional para acomodarnos en nuestros puestos. Vendí la entrada que tenía de un principio y luego ingresé: definitivamente, eso es una de las experiencias como “freak” de la vida, ver un estadio lleno de gente hasta la cima, y uno caminando por la planta baja en dirección a la primera fila… sí, a la primera fila, al lado del escenario. Llamé a mis amigos para decirles en donde estaba, nunca los vi yo a ellos, pero luego me dijeron que me habían visto –yo estaba moviendo un globo de Movistar que nos habían regalado, al final nunca supe en dónde quedó-. Y ahí haciendo la hora, hasta ver que el cielo se oscurecía y daban las 21.30: hora en que comenzaba el concierto. Nadie es puntual… 10 minutos más tarde se escucha una música de fondo y la voz de Shakira. Pero lejos, lo más impresionante, fue el momento en que se apagaron las luces y se ve su silueta tras una cortina. Desde entonces, no paré de gritar en toda la hora y media que duró el concierto. Ya no recuerdo el orden de las canciones, pero me las grité todas: la frase típica de cada final de canción fue “Shakira, te amo”. Ahora me río, pero en el momento es algo tan impresionante que se te van todos los miedos. Llegó un momento en el que tuve que dejar de gritar porque casi me ahogué. Tomé muchas fotos, pero después me dediqué a vivir el concierto y a saltar como loco: estar en primera fila no es algo que pueda ser recurrente.

Finalizando el concierto, ya no tenía nada de voz. Llegué a mi casa como a las 3.30 de la mañana y me puse a intentar estudiar para el día siguiente porque tenía una prueba. Me acosté como a las 4.00 y luego me levanté a las 5.40. Y fui a clases… con una cara terrible y sin voz.

Se cumple 1 año de tan hermosos momentos, conocí a mucha gente genial… una experiencia que nunca olvidaré y que espero poder repetir algún día.



Saludos!!
kinkan ®

jueves, 8 de noviembre de 2007

Cosas que pasan...

Veo esta foto y me pongo a reír casi inmediatamente, no sólo por el hecho de que mi sonrisa es bastante peculiar –parece como dibujada con la típica curva de lo que entendemos como “eso es una sonrisa”-, sino que por el procedimiento y una pequeña maratón persiguiendo a Javiera Contador para poder obtener la foto. Tuvimos la suerte de que ella aceptó de inmediato y hasta sonrió para la foto, pese a que se veía bastante apurada y de que sólo quería llegar al vehículo en el cual venía para marcharse a no sé dónde.

No sé si será el hecho de ver a alguien famoso lo que te causa tanta emoción; creo que también es bueno tener en cuenta que como personalidad pública pueden ser un modelo para uno y de que le pueden dejar algunas enseñanzas. Fue una invitación que Romy me hizo para ir al Duoc a escuchar una charla que iba a hacer Javiera Contador, en el marco del encuentro de Escuelas de Teatro que se realizaba en la institución. Me gusta el teatro –incluso pensé en estudiarlo en algún momento de mi vida, ahora lo reconsidero hacia el futuro- y aproveché la oportunidad de ver a un personaje famoso.

Llegué con cámara y con toda la atención del mundo para escuchar lo que nos fuese a contar. Me gustaron muchas actitudes de ella, tales como la no imposición de ideas y la buena onda que despertaba al conversar para todos. Confesó que no estaba preparada, y de que iba a tratar de comentar lo mejor posible el tema de su vida artística; respondió a las preguntas del público con mucha simpatía y sinceridad, según demostró. Estuve a punto de hacerle una pregunta, pero cuando me decidí a hacerla, el tiempo ya se había acabado y me quedó en el tintero, tal vez para otra ocasión. “¿Los actores nacen o se hacen?”. Y precisamente porque a mí también me gusta actuar…

Hubo muchas cosas que me gustaron de lo que dijo, cosas que no sólo pueden ser aplicables al ámbito de quien estudia teatro: “nunca rendirse”. Y es bastante útil saber que todos –incluso los famosos y aparentemente inquebrantables- han llorado y sufrido cuando las cosas no les han resultado, ya que no todo es color de rosas y todo requiere de un sacrificio. Ella nos comentaba que en más de algún momento pensó que el teatro no era para ella y de que se deprimió, pero luego superó la adversidad y se dio cuenta de que sí lo podía lograr. ¿Cuántas veces nos ha pasado lo mismo a nosotros? En lo personal, creo que a mí me ha pasado en demasiadas ocasiones y en la actualidad me ha llevado a cuestionarme demasiado, pasa el tiempo y luego vuelvo a ser feliz; a sentirme satisfecho de haber optado por este camino y no por otro.

A veces uno piensa que sólo puede ser una cara bonita, un buen actor que pueda representar un personaje; creo que las personas son mucho más que eso. Podemos aprender tantas cosas de las experiencias de otros, y, por el momento, me quedo con el consejo de nunca rendirse, de que siempre hay miles de oportunidades. No sabemos cuánto tiempo falta para que podamos lograr nuestros sueños –y, quién sabe, llegar a ser famosos por ello-, lo importante es nunca perder la buena vibra y ganas de seguir adelante.


Well, well - Nelly Furtado
Saludos!

kinkan ®

lunes, 5 de noviembre de 2007

La Pequeñez del Mundo

Hoy lo único que quiero es reírme y pasarlo bien, como si el fin de semana lo hubiese pasado mal: estudié muy poco, salí mucho y me junté con amigos que no veía hacía tiempo, salí de carrete (y no salía hacía tiempo) y hasta tuve tiempo para salir a andar en bicicleta ayer domingo por la tarde. Y no sé qué es lo que ocurrirá, pero no tengo ganas de estudiar a estas alturas del año, sólo quiero caminar y tomar el aire puro de la primavera –que al parecer, me tiene con alergia o algo parecido- y tener ganas de ir a la playa a bañarme en el Pacífico.

Tal vez el destino me quiso sonreír el día de hoy en gran parte de lo que quería, en otras cosas tal vez no, cumpliéndome algo así como los karmas ocultos con los cuales no nos queremos encontrar y somos capaces de cruzar la calle corriendo para siquiera tener que dar el saludo. Como funcionó esta táctica –pese a que sé que igual me vieron y me siguieron el juego- tal vez se convierta en un refuerzo negativo que me motive a hacer lo mismo, o bien, que repitan la táctica en mi contra.

Creo que me estoy yendo un poco de lo que quería realmente hablar. Pero ahora lo retomo: la pequeñez del mundo y del ser humano, sobre todo de este último. Y como que en el último tiempo me he dado cuenta de una característica de mi signo (capricornio) que más de alguna vez me dijeron y no me la creí mucho. Primero fue el sábado cuando iba en la micro y me acordé de mi amiga Javivy, pensando en que podría verla ya que la micro estaba pasando por donde ella vivía: la vi en el paradero y hasta nos saludamos, quedando de acuerdo de que nos íbamos a hablar por teléfono; todo en menos de 1 minuto de conversación no verbal.

Y hoy fue un día en que ni yo mismo me lo podía creer. Y me sentí bastante bien, puesto que sentí que estaba en contacto con mucha gente y que estos se preocupan de mí; una sonrisa al verte dice mucho, y más aún cuando el saludo incluye una abrazo y muestras notorias de cariño. Hubo un momento en que me acordé de Héctor, y hasta pensé en llamarlo. Fui a almorzar, regresé por calle Uruguay, y justo me lo encuentro caminando por ahí: lo primero que se me ocurrió fue hacerle una broma y luego saludarlo. Conversamos algo así como 5 minutos hasta que me llama Javivy, y me dice que también estaba por ahí cerca. Parto hacia esa calle, me encuentra con ella y con un grupo de sus amigas y caminamos hasta la Casa Central, donde yo tenía que estar a las 14.30. Me despido de ellas –luego de que Javivy me dejara con la duda de un tema que espero saber pronto de qué se trata- y entonces me encuentro con otro buen amigo del colegio: Christian Fuentealba. ¿El mundo es muy pequeño o justo me encuentro con toda la gente que aprecio? Justo cuando había estado pensando en ellos, en el momento preciso...


Cosas que me hacen sonreír y me hacen apreciar aún más mi vida, me impulsan a olvidarme de las cosas malas y de la gente que no vale la pena recordar. El mundo gira tan rápido y uno no se da ni cuenta, tal vez algunas cosas puedan regresar al pasado: sería bueno, pero no sé si pueda llegar a ser lo mismo. Me alegra ver que pueden pasar momentos tan pequeños en que uno esté con la gente que conoce de hace tiempo y sirva para actualizarse un poco, para no perder el contacto. Cosas que pasan de repente y a uno no le queda más que sonreírse.


Backdrifts - Radiohead
Saludos!


kinkan ®

domingo, 4 de noviembre de 2007

Pensamientos...

Y pensar que había hecho tanto alarde con el supuesto primer trabajo que iba a tener; ahora tengo que volver responderles a todos que al final no tuve el ánimo suficiente como para trabajar harto y ganar tan poco –aún cuando fuese la primera vez que lo hiciera-, así que me siento nuevamente frente al computador a escribir algo: no quiero dejar el blog abandonado por tanto tiempo, más aún considerando que octubre fue un mes en el que escribí mucho y eso se debe a que es el mes del año –no sólo de este, sino que es algo que ha repetido en los años anteriores- en que más cosas me pasan o más cosas pienso.

Ahora que me siento y me doy cuenta de que me encuentro en la más completa normalidad –estudio; escucho música; escribo a veces y pienso en todo el día en las cosas que podrían ser, las que son, las que no fueron o las que podrían llegar a ser- y de que falta tan poco para que las clases terminen. Temo llegar a tener que dar exámenes; al parecer, tendré que dar uno porque no me ha ido bien y no le he dedicado el tiempo suficiente, simplemente por el hecho de que ya no tengo ganas de estudiar: algo así como que mi sistema nervioso ya se encuentra colapsado y las neuronas se niegan a trabajar. Se fueron de vacaciones por adelantado. Tal vez sea necesario estudiar tranquilo y no estresarse por adelantado (como suelo hacer siempre).

Todo parecía verse bien hasta que leí una noticia –en realidad, primero me la comentaron mientras conversaba en MSN- que me cambió totalmente la onda y por un momento me arrepentí de no haber tomado el trabajo. Y fue en el momento en que me puse a pensar en que, para este verano, voy a necesitar dinero, por lo cual, es inminente que busque trabajo y que gane algo para cumplir aunque sea una de todas las cosas que tenía planeadas. Sin embargo, me siento en mi cama a ver una película y no recibo respuestas: ya he enviado mi currículum a algunas ofertas que me han llegado, pero nada. ¿Qué hacer?

Hace tanto calor a esta hora que menos ganas me dan de estudiar. Pareciera como si el mismo clima no me diese otra opción que dedicarme a mi pasatiempo más productivo y a veces bastante torturador: pensar. Dormir dos días enteros no es la solución puesto que siquiera puedo dormir más de 12 horas, aún cuando lo que menos he hecho es dormir en toda una semana. Dicen que eso es indicio de que estás siendo adulto… pero yo no quiero ser adulto aún. ¿Acaso eso se elige? Si fuese por elegir, de seguro me habría quedado en los 17 con todas esas crisis existenciales que me tenía horas y horas desahogándome en un cuaderno, ahora me doy cuenta que fue una etapa genial a pesar de la presión que venía de todos lados y parecía tan abrumadora.

En fin… no hay mucho más que decir. Quisiera poder escribir, pero tengo la cabeza en tantas partes –aunque nadie me obliga- que es poco lo que puedo seguir.


Breathe - Prodigy
Saludos!
kinkan ®

domingo, 28 de octubre de 2007

"Esto es por mis vacaciones"

Tal vez haya sido una decisión un poco precipitada de mi parte, tal vez fue que en el momento se me ocurrió que era lo mejor y sólo seguí eso que llamamos instinto; pese a que no me sentía completamente a gusto en un lugar desconocido –y atribuí esa incomodidad a estar en un lugar del cual siquiera tenía conocimiento de su existencia-, pero quedé con el pensamiento de que era sólo un poco de costumbre y luego todo pasaría a ser tan normal como el día a día… de hecho, espero que así sea. No sé, algunas personas me miraron con cara extraña y me dijeron de que iba a perder demasiado tiempo y por una razón que carecía de argumentos lo suficientemente sólidos como para gastar mi energía en eso… simplemente, creo yo, que será por hacer algo en vez de quedarme en casa sin hacer nada.

Ocurre lo siguiente: me llegó un mail en la semana de la bolsa de trabajo –mi intención es trabajar diciembre (tal vez un poco antes) para juntar dinero para poder ir de vacaciones a algún lugar durante el verano- en el que se me daba una oferta de trabajo como vendedor de productos Coca Cola en la línea del MERVAL. Lo pensé, lo medité y envié un mail para preguntar algo que me quedaba en duda. Recibí otro mail de respuesta en el que se me invitaba a una entrevista el día sábado. Me presenté y me explicaron la situación del trabajo; y, en realidad, he de reconocer que el dinero es muy poco y es una cosa de mucha suerte el poder vender productos. Sin embargo, en vista y considerando de que es la primera vez que me presento a algún trabajo –y luego del consejo de mi hermana y de toda mi familia, que me dijo: “por algo se empieza”-, entonces acepté. Lo malo, y algo que no consideré, fue que puse casi todo el tiempo que tengo para poder descansar: ¿valdrá la pena?

De momento, es algo en lo que no quiero pensar más, pues ya dije que sí y pronto recibiré un mail en el que se me confirmen los días y el horario en el que comenzaré a trabajar. Me da miedo el hecho de que pueda pasar toda la tarde viajando en la red de 40 y tantos kilómetros y me quede con la mochila llena, sin vender nada. Pero, ¿para qué ser tan pesimista? Se viene la época de calor en la que todos anhelamos tomar algo frío y compramos bebidas. Espero tener la suerte y poder alcanzar una suma alentadora para poder continuar en el trabajo y que, realmente, me dé ánimo para seguir; así mismo, que me alcance para poder tener mis anheladas vacaciones.

Por último, si es que las cosas no se dan como yo piense, haré uso de las ventajas del sistema: un horario flexible y disponibilidad que yo pueda dar. Como ya me decían, si no es suficiente o no me siento cómodo, puedo tomar un tiempo de prueba, retirarme y cobrar lo que corresponda. Es como extraño pensar en eso de que comenzaré un trabajo, más encima que nunca he sido vendedor, no sé si tengo el carisma, no sé si la gente me va a tomar en consideración. Tal vez, ¿poner carita de pena? Jajaja. O, simplemente, escribir en la polera: “Esto es por mis vacaciones: Compre”. Mejor aún, ese lema me lo podría pegar en la frente para darme cuenta de que las cosas cuestan. A veces me siento como que me quiero adelantar a los sucesos, como que quiero crecer y trabajar ya. ¿Otro pseudo golpe de madurez? No lo creo, pero es bueno comenzar a obtener las cosas por sí mismo de vez en cuando y valorar un poco más lo propio, lo independiente.


So Hard - Pet Shop Boys
Saludos!


kinkan ®

domingo, 21 de octubre de 2007

Un Camino de Santidad

Se suponía que este año haría lo mismo que los años anteriores en esta fecha: asistir a la Peregrinación a Los Andes; 27 kilómetros de caminata en que lo pasas muy bien sin olvidarte del real sentido que tiene ese caminar con todo el cansancio que eso provoca y que, a la larga, nos recuerda que la vida misma es un constante caminar –mucho más largo que 27 kilómetros- en el que a veces podemos caer y luego nos vamos a levantar para continuar hacia delante y aprender más cosas cada vez.

Resultó que no seguí mi tradición de 3 años asistiendo y conociendo nueva gente entre tierra, polvo, agua, sol y mucho calor. Me bajó la nostalgia sólo el viernes en la noche cuando, desde el piso 19 de la Torre Valparaíso, salí a un pequeño balcón que daba directo a mi ex colegio, en donde percibí movimiento de personas y vi encendida la luz de la oficina de Pastoral; vino de golpe a mi cabeza el recuerdo de que al día siguiente se realizaría la Peregrinación y yo no iba a estar incluido en el grupo de aquellos peregrinos. Escuchaba Penélope de Diego Torres –una historia que contaré después- y fue como que me vinieron a la mente demasiados recuerdos e, incluso, historias recientes.

Fueron 3 años los que pude participar. Recuerdo que llegaba que octubre era el mes en que esperaba para poder preparar las cosas, el saco de dormir –que al principio, efectivamente me servía para dormir y el año pasado sólo fue de paseo porque me quedé conversando toda la noche con un amigo- el cocaví y mucha agua para no deshidratarse con los casi 30º de calor que nos iban a esperar a mediodía en las mediaciones cercanas a la cordillera. Era genial salir a caminar de noche por el interior del colegio, mirar las estrellas que parecían multiplicarse en esa oscuridad, y soñar con ese silencio que durante el día era imposible percibir: una ciudad que duerme y un establecimiento que también pretende hacerlo, sólo que las historias que allí se tejen siguen tomando su fuerza durante la noche, o al menos el inconsciente colectivo le permitía mantenerse en vida. ¿Cuántas veces jugamos alguna broma, yendo a golpear las puertas cuando todos estaban tan tranquilos? ¿Cuántas veces caminamos por los pasillos silenciosos mirando hacia las salas en busca de algo?

Quién sabe cuánto tiempo más me separe de volver a recorres esos 27 kilómetros de sol y alegría. Cabe recordar el espíritu distinto y festivo que te acompaña durante todo el recorrido, pese al cansancio, el recuerdo de la primera santa chilena que, según la tradición, habría realizado ese mismo camino para poder llegar al convento de las Carmelitas Descalzas que había en el Carmelo. Ahora, en su recuerdo, se alza el Santuario que lleva su nombre como modelo de vida y santidad. Confieso que para mí se convirtió en una necesidad el asistir cada año, y más de alguna vez le pedí que intercediese por mí por algún favor y tarde o temprano se daban señales de que se cumplía mi pedido. Es grandioso tener ese tipo de experiencia.

“De Chacabuco al Carmelo: 27 kilómetros de santidad” era el lema que escuchábamos durante todo el camino y nos alentaba a no rendirnos, de que algo grande nos esperaba. El año pasado lloré al estar en la cripta y fue una sensación muy mágica, es sólo mirar el lugar, sentir ese aire distinto en donde descansa alguien que hizo cosas tan bellas que, aún después de su muerte, lograron repercutir en la realidad. A mí, me ha ayudado bastante.

Este año me lo perdí, pero el recuerdo de una experiencia tan linda no se va tan rápido, y espero volver a repetirla el año venidero.



Porcelain - Moby
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sábado, 20 de octubre de 2007

Juego

A veces tenemos un plan más o menos trazado, creemos que las líneas que tiramos entre una ruta y otra son exactamente las que vamos a tomar. Me doy cuenta que no siempre es así; a veces es para bien y otras, no. No sabría cómo catalogarlo en este momento, pues ¿quién sabe cuándo se está equivocando en un juego en el que nunca sabes si saldrás perdedor o ganador? En esos momentos creo que es necesario arriesgarse a tirar los dados y ver qué es lo que pasa, cuántas posiciones hay que avanzar y seguir el famoso destino.

Tenía todo pensado de una forma, creía que era el único que estaba intentando ver la situación de una manera más omnisciente, en momentos me sentí como el gran sabio del asunto y que, poco menos, se me debía adoración: me alegro de ver que me he equivocado en ese aspecto. En momentos ya veía que se acercaba un final de manera precipitada y casi inevitable, pero era evitable, sólo hacía falta una conversación para aclarar los puntos en conflictos y luego concluir con una sonrisa y un cambio total de mentalidad que ahora me hace estar mucho más tranquilo.

Estoy muy satisfecho luego de esa pequeña discusión –entiéndase como un diálogo en el que puede haber diferencias, pero no una pelea- que nos llevó a soltar un poco lo que teníamos escondido por tanto tiempo en nuestros corazones. Fue bueno escucharte, pues hacía tiempo que esperaba que se diese una instancia para poder llegar a tal profundidad; pero, como ya te decía en algún momento, espero que no debamos llegar a tal extremo para lograr esa conexión tan linda.

Ya lo decía: todo es un juego y no sabemos cuándo ha de acabar; acaso alguien ocupe una ficha que te haga avanzar más rápido y gane; tal vez perdamos todos, tal vez no alcancemos a cumplir una victoria. De momento, no quiero pensar en eso, sólo quiero dejar que las cosas pasen, “que todo fluya”. Me alegra saber que cuento con tu disposición para esto, y ya sabes lo que yo pienso al respecto. Ahora, vamos de a poco, vamos lento, vivamos cada segundo al máximo… no sabemos en qué va a terminar todo esto: ¿para qué saberlo? Es mejor vivirlo de a poco, mejor crear una historia con cada paso y no saltarlos. Es bueno saber que a veces se puede comenzar de nuevo, si nos damos cuenta de que estábamos en el momento preciso para tomar aquella decisión.


Guitar Flute and String - Moby
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kinkan ®
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jueves, 18 de octubre de 2007

En Búsqueda del Pasado

Hacía tiempo que no me pasaba algo como esto: una pequeña nostalgia que se convirtió en un divagar de ideas por algunos instantes. Iba caminando por continuación de av. Pedro Montt (pasado Av. Argentina en dirección hacia el Cerro Larraín) y vi de pasada y el que en algún momento había sido mi colegio –no recuerdo bien si era colegio o escuela-, y sentí que las cosas habían cambiado de manera tan rápido que no pude darme cuenta de ello hasta ese preciso momento en que pasaba por ahí, 8 años después de haberlo dejado.

Todo fue por el traslado que tuvimos que hacer a Punta Arenas por asunto de trabajo de mis padres: fue un cambio más o menos drástico para mí que más de alguna vez me hizo derramar una lágrima en silencio mientras moría de frío y después me podía divertir en la nieve del invierno que quería seducirme en su juego y contarme de las bondades que tiene el sur, de decirme que serían muchas las historias a partir de los 4 años que pasé allá y que me han inspirado hasta ahora; que me han hecho ser lo que soy ahora. Me pongo a pensar en qué habría pasado si nunca nos hubiese tocado el traslado a esa localidad tan austral de nuestro país, tal vez siquiera estaría escribiendo esto en este momento y mi vida habría sido totalmente distinta: ¿quién sabe?

Veo que es algo inconsciente el hecho de recordar el colegio y asociarlo con mi cambio de casa –un cambio bien extremo-. Miré a todos lados en busca de alguien conocido (es una tendencia casi innata que tengo de buscar gente del pasado en el presente, para luego darme cuenta de que los caminos ya han avanzado), tal vez alguna profesora que me fuese a recordar. Aunque pueda parecer extraño, cuando fui hace 4 años atrás, había una profesora que me recordaba aún cuando sólo estuve con ella en kinder… en el inicio de mi escolaridad. ¡Cómo se pasa el tiempo! Y ahora pasaba caminando por el lado, viendo que muchos autos se estacionaban a la salida y algunas rejas que en mi tiempo no había; el mismo silencio de la tarde que, por ser alumno de jornada de mañana, nunca había percibido.

Pasé por en frente y vi el establecimiento tan pequeño, contrastándolo con la imagen de un lugar inmenso que yo tenía cuando pequeño, un lugar en el que solía jugar, correr, gritar y aprender muchas cosas: conocí a dos grandes amigos que hasta el día de hoy sé que puedo contar con ellos. Increíble como un solo lugar puede regalarte tantas cosas, y aún cuando ya habrá pasado casi una década de que lo dejaste, aún sigan aflorando los recuerdos de él. Seguí de largo e inmediatamente me vino a la mente mi propia imagen: mi rostro al que se ha marcado –un poco- el paso del tiempo; la barba y los días de juventud. ¿Realmente me reconocerían, siendo que cuando me fui era imberbe y tenía el pelo mucho más corto? Tiempos en que aún era mucho más obediente que ahora…

Aunque ya sea imposible, a veces vuelvo al pasado y corro por sus pasillos y converso nuevamente con mis maestros que me enseñaron los primeros pasos en el camino al conocimiento. Todo ha sido por algo y me alegro de haber pasado por ahí, y creo que Dios me llevó a conocer otro lugar en el momento preciso…


Remind Me - Royksöpp
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miércoles, 17 de octubre de 2007

Será no más....

Sí, es cierto que hay ciertas cosas que son inevitables; pero es inevitable querer que las cosas pudiesen regresar al pasado cuando ya están hechas: cuando debemos resignarnos en un alea iacta est. Pero es difícil, sobre todo cuando te cuesta entender que una situación –literalmente- se te escapó de las manos y te sientes triste por eso, te sientes tonto, pues no entiendes cómo pudo ocurrir, siendo que era tan fácil como pensar un poco en el lugar en el que te encontrabas, poner firmes las manos e impedir que cayera al suelo y luego se perdiera en el mar.

Hoy pensaba que iba a ser un gran día, tenía todas las intenciones de que así fuese puesto que venía lleno de la energía de un fin de semana muy grato para mí. Todo parecía ser bueno: día de sol, mucho calor y un cielo celeste que me invitaba a pensar. El cambio de hora también jugaba un papel importante en esta primavera que se hace más linda y nos hace sentirnos mucho mejor –a excepción de los que poseen alergia-, el hecho de ver luz al momento de iniciar y terminar el día. Todo parecía que iba a ser perfecto, contemplando un encuentro distinto.

Pero “uno propone y Dios dispone”, según dice el dicho popular, “…y el diablo lo descompone” como decía mi abuelita. No entiendo cómo fue que ocurrió, por qué caminé hacia ese lugar, porque me dejé llevar, por qué di cada uno de los pasos hacia ese lugar… sin pensar en lo que podría ocurrir. Pues bien, puede parecer un tanto estúpido el haber escrito toda esta historia para decir que aún me cuesta entender cómo se me pudo haber escapado el celular de las manos en Av. Perú, en las rocas… es difícil creer que algún día lo vaya a encontrar. No entiendo cómo fue, me siento como tonto, pero son cosas que le pueden pasar a cualquiera.

No hallaba dónde esconderme, en ese momento no me lo quería creer y me decía a mí mismo: “esto es un sueño, te vas a despertar en este preciso momento y verás que nada de esto ha ocurrido”. Pero no fue así, y ahora me desaparezco de la telefonía móvil quien sabe por cuánto tiempo. ¿Será para mejor? Por un lado sí: para librarme de tanto onda magnética que puede afectar el cerebro, para no tener que pensar que debo cargarlo cada cierto tiempo, para no tener que preocuparme de que tengo que llevarlo cuando salga, para no tener que recibir llamadas de gente con quien no quiero hablar –si se da el caso -.

Son cosas inevitables que nos ocurren: no hay mal que por bien no venga, dicen por ahí. (No es tu culpa, así que no estoy enojado contigo, duerme en paz jajaja). Así como decías, será por algo, y confío en que ocurrió por alguna razón: ahora, ¿cuál es? No sé… simplemente, intentando tomarlo desde el punto de visto más jocoso, pues la suerte ya está echada y nada más se le puede hacer. Consejo: cuiden los lugares en donde vayan a ver la hora (y nunca más se me va a olvidar la hora, 21.49 jajaja). Lo positivo, lo material se recupera, al menos no me caí yo a las rocas jajaja.

Inevitable - Shakira

Saludos!

kinkan ®

lunes, 15 de octubre de 2007

"...Es casi una experiencia religiosa..."

Tuve un fin de semana muy lindo: la experiencia que viví fue muy bella y el recuerdo de otra que también me marcó me ha hizo ver que todo el trabajo tuvo su recompensa; dormir poco tuvo su razón de peso, correr para todos lados y ser –por alguna vez en mi vida- “multifuncional” dio frutos, la tensión se convirtió en algo que te hacía vivir la acción y disfrutar mucho más.

Es distinto ver las cosas desde adentro, sobre todo en este tipo de experiencias. No puedo comentar con lujo de detalles –fiel al compromiso de mantener el secreto para que otra persona también pueda disfrutar de las sorpresas que ésta le brinda, pero no puedo no sentir ganas de contar cómo me sentí, ahora que vi el “making of the experience”. Realmente, todo fue muy agotador y llegó un momento en el que pensé que no lo iba a poder lograr, de que iba a fallar y, poco menos, de que mi presencia desencadenaría hechos nefastos (pensamientos un tanto extremos que uno le viene de repente, pero por pequeños instantes, ya que siempre uno tiene su utilidad en un grupo). Pero algo pasó que me hizo cambiar de opinión, sobre todo cuando vi que las cosas empezaban a correr de manera espectacular, que todo el temor se convertía en luz y que lo que parecía estar perdido ahora se nos acercaba y nos pedía instrucciones.

Fue precisamente el sábado cuando más quería escribir esto, tal vez ahora no pueda plasmar la misma pasión que sentía ese día pero el recuerdo es algo que se mantiene vivo a cada momento. Eran las 8 de la noche y una sala oscura con música ambiental –que había escuchado gran parte del día- era nuestra compañía. Había actividades por realizar y teníamos miedo de que no fuese a resultar, de que nos estábamos preparados y de que debíamos hacerlo lo mejor posible. “Deja que fluya de tu interior, déjate llevar por el momento”, fue el consejo que nunca voy a olvidar… luego realizamos el momento y me pasó algo que hacía mucho tiempo que no sentía: las palabras fluían con tal precisión que hasta yo me sorprendí, pero ahora no puedo recordar qué fue lo que dije. Lo más extraño y genial del asunto es que siento que no fui yo quien habló durante esos minutos mágicos.

Fue espectacular reencontrarme con tantas personas y conocerlas más en profundidad. Todos estuvimos unidos por el mismo espíritu durante esos dos días, y eso me hace sentir muy feliz. Aunque tal vez el tiempo nos impida estar juntos tan seguido, siempre los voy a recordar como ya lo he hecho. Fue algo así como una “experiencia religiosa”, de hecho, lo fue. Fue grandioso, pero creo que faltarían palabras para poder decir lo bien que se siente.


Goodbye Milky Way - Enigma.

Saludos!


kinkan ®
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viernes, 12 de octubre de 2007

What the hell I'm doing here?

Pese a las cosas hermosas que he recibido en los últimos días, creo que no puedo dejar de sentirme extraño y un tanto fuera de lugar. Si bien, estoy regresando a un mundo del cual dije que me iba a alejar para siempre –pensando que en algún momento iba a regresar y es el momento que estoy viviendo ahora-, creo que hay muchos ciclos que no se cierran con el simple hecho de decir adiós, hay ciertos ciclos que deben cerrarse correctamente y siento que estoy viviendo, o al menos intentando, cerrar el proceso de la mejor manera posible; estoy tratando de dar lo mejor de mí mismo para que así sea.

Venía en la micro pensando en todo esto y de que en realidad no sé qué es lo que estoy haciendo en este lugar. Realmente, tal como lo dice una famosa y genial canción de Radiohead: “no pertenezco a este lugar”; o tal vez soy yo mismo quien no se quiere dar el espacio como para volver a pertenecer a un tierra que te vio nacer a una nueva y bella etapa, paredes silenciosas que te ayudaron en el momento preciso y te dejaron enseñanzas… pero murallas que me traen recuerdos que me relacionan a otros que igual me quiero sacar de la cabeza. ¿Estoy haciendo lo correcto, estoy cerrando correctamente el ciclo o acaso falta aún más?

Miro alrededor y los veo a todos tan contentos, siento que todos están completamente inmersos en aquel espíritu que los mueve a vivir cómo lo hacen. Los veo saltando y riendo, cantando… los miro con cara de extrañeza cuando me invitan a hacer lo mismo, pero me cuesta integrarme de nuevo. ¿Acaso soy yo quien no quiere? Tal vez sí, pues no veo una negativa de su parte, tal vez sea que ya he tomado la decisión final con respecto a mis pasos por ese lugar. Será necesario dejar de lado ciertas torpezas mías, ciertos pensamientos disyuntivos que me hacen deprimirme en el momento en que todo se ve demasiado bien. Sólo será por poco para poder volver a mi aparente normalidad, y entonces mantener el bello recuerdo de todo lo la vida me pudo enseñar.


Creep - Radiohead
Saludos!


kinkan ®
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