martes, 11 de marzo de 2014

El reino

Al detenerse en el lugar, sonrió complacido de lo que estaba viendo. En el cielo, las estrellas brillaban con tal fuerza que a ratos parecía no ver nada. Los planetas en el lejano horizonte estelar se confundían en una línea continua y difusa que llegaba a cualquier parte: el reino de todo el universo. El reino, el reino... la totalidad, lo incompleto, lo inalcanzable de lo alcanzable y lo lejano de lo más cercano. El pasto congelado y la ciudad detenida en el tiempo, las pulsaciones cada vez más lentas, los parpadeos cada vez más acelerados, los músculos inmóviles, la piel azulosa, los labios amoratados, el cabello oscuro, los pies que comienzan a correr, las huellas que desaparecen en el barro, el pasto congelado que se convierte en luz. 

Sonrió complacido de lo que estaba viendo.

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