jueves, 18 de julio de 2013

Medianoche en Valparaíso

Escucho canciones en el silencio de un edificio antiguo y las calles se comienzan a congelar: 7º C de madrugada y las luces iluminan los caminos que ascienden hasta las alturas. No hay fantasmas, no hay objetos extraterrestres, el ruido del mar se percibe a pocas cuadras de distancia. Quiero flotar sobre las suavidad de las olas, quiero dormir sobre el techo a la espera del amanecer, quiero escarvar en las sombras proyectadas por las alturas para encontrar los secretos escondidos en las paredes. Olor a tierra, olor a invierno, olor a silencio, olor a historias, olor a pasado. 

l.as estrellas comienzan a divisarse cuando la niebla se va. El centro de la ciudad no duerme. Las calles se agitan, continúa la acción. Es invierno y hace frío. El sereno comienza a humedecer las pisadas de un sonámbulo en los adoquines: 01.22 a.m. y Valparaíso no quiere dormir.

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