martes, 14 de mayo de 2013

Aprendizajes

Eso de tomarse la vida con relajo suele ser un consejo muy recurrente y al cual pocas veces tomamos el real peso que merece. Seguro que todos pasamos por momentos en que no queremos nada más con la vida y que todo parece venir cuesta arriba, como si todo el mundo conspirara en nuestra contra. Pero con el paso de estos últimos días me he ido dando cuenta que ese famoso consejo parece ser mucho más útil y certero de lo que parece.

Todo comenzó la semana pasada en que me sentí sobrepasado por una situación que me hizo perder los estribos. Fue entonces que recibí aquel consejo que intenté poner en práctica desde ese mismo momento, sin tener muchas esperanzas porque estaba seguro de tener la razón. Pero la situación me hizo cambiar de parecer: para mi sorpresa, el solo hecho de plantearme desde otro punto de vista dio mejores resultados de lo que pensé y observé, con asombro, que los alumnos reaccionaban de otra forma ante mis instrucciones. No me lo podía creer. Y es que el hecho de jugar a ser luchadores no me dio le mejor resultado: eso de ponerse más pesado solo logra que la intensidad aumente por ambas partes y que llegue un momento en que todo colapse. Al final, optar por la estrategia contraria parece dar mejores resultados.

Actualmente, estoy intentando ir con la mejor de las disposiciones y veo que todo parece pasar mucho más rápido: ya estamos a día martes y se avecina un ansiado fin de semana largo que intentaré aprovechar al máximo.

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