Las luces de la ciudad se iluminan cada noche y son tantas las almas que deambulan sin saber por qué. ¿Por qué despertarse a las seis de la mañana, por qué levantarse, por qué tomar transportarse, por qué trabajar? ¿Por qué? Argumentos que a veces no se entienden, argumentos que, incluso, muchas veces siquiera existen. Volver a ver las mismas caras que amas y odias a la vez, resignarte a que quizás estás encontrando algo bueno. Sentir que vas bien, pero te da miedo pensar que las cosas pudiesen ser aún mejores.
Soñar con cruzar el oceáno, otra vez, soñar con escapar definitivamente. Vivir en el silencio como un ser que pasa desapercibido, sentir que tienes un sueño que parece no tener espacio. A veces me deprimo. Sí, claro que me deprimo pensando que me ilusioné demasiado con ciertos proyectos que si bien están funcionando, no lo hacen de la forma que quiero. Es que acaso soy un inconformista y que siempre quiero reclamar por algo, o acaso todavía siento que falta algo que me sigue provocando un corto circuito. ¿Por qué será que nos da miedo estar en un buen momento, por qué siempre pensamos que no va a durar? Creo haber aprendido a invocar los cambios, a saber pedirlos y valorarlos cuando se transforman en algo bueno para ti, cuando al fin ves que las cosas empiezan a repuntar.
Vivir en el silencio huyendo de los miedos que a veces viven a pocas cuadras de ti, ¿es necesario escapar? Es difícil recuperar la confianza, pero no imposible. Es dificil volver a creer y a recuperar la tranquilidad, pero se puede. ¿Acaso también es difícil pedir algo que vibra en tu pecho, pero que aún se niega a señalar el camino? Quizás no lo he recorrido por completo, pero siento que algo ya se ha trazado: siempre es importante cada paso. Me doy ánimos pensando que falta menos que en un principio, que ya hay semillas y que de a poco empezarán a dar frutos. El problema es que, a veces, me cuestiono la valoración que tengo de mi mismo. Creo que es normal. A veces creo que puedo y otras, no. Vivo en silencio, pero, en realidad, no quiero vivir en silencio. Tengo muchas cosas que dejar plasmadas, muchas huellas que marcar.
Muchas huellas extendidas en un camino que se pierde a lo lejos.
Fotografía: La Barceloneta, Barcelona, España (febrero 2015)
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