Así como un día me perdí en los alrededores de la Estación Méndez Álvaro, ahora me detengo en los asientos de una estación abandonada en medio del desierto. Desierto de edificios abandonados por algún motivo desconocido donde aún quedan algunos rastros de esa extraña civilización que de un día para otro decidió desaparecer sin ningún motivo. En la cima de las construcciones se observan las luces que indican el camino a otros restos de viviendas hundidas en la tierra.
Pero en el fondo, me mantengo sonriente, porque sé que estás esperándome sentada en el primer asiento del tren rumbo a Toledo. Me darás la mano, me abrazarás, nos besaremos como lo hemos hecho durante estas más de mil noches juntos, pero tendrá un sabor diferente, porque cada beso es siempre diferente: por eso sonreímos, porque es como si nos volviéramos a conocer una vez más.
Y nos abrazamos, como siempre, antes de volver a dormir.
1 comentario:
Te estaré esperando cada día al despertar para que comencemos a soñar otra vez <3
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