Y llegó ese día que soñé por tanto tiempo. Siempre pensé que me iba a costar dormir la noche previa al evento, pero parece que haber vuelto a la natación fue una buena idea porque no tuve mayores problemas de insomnio. Pero lo que es el humor y la simpatía nerviosa propia del evento sí se dejó notar, claro está.
Luego de la celebración del cumple de Marcela -sobrina de la Eve- regresamos a casa para cambiarnos de ropa y preparnos para viajar a Viña. Estaba relajado porque estábamos bien en el tiempo, por lo que me di el tiempo de tirarme sobre la cama después de una ducha para revisar el libro y pensar en el fragmento que leería a la gente. Mi idea era presentar un poco el mundo del cual hablaba, pero tampoco contarles completamente de qué se trataba: que fome que te cuenten el final de un cuento. Cuando teníamos eso listo, volamos a tomar el colectivo que esperábamos nos llevara en 15 minutos hasta Viña del Mar, cosa que no sucedió ya que 1 norte a esa hora es una locura.
A eso de las 20.10 hrs nos sentamos para comenzar con el conversatorio, en el cual Marcelo Novoa presentó el libro y luego dio paso a mi presentación, en la cual debo sentir que me sentí muy tranquilo y seguro. Incluso, tuve una pregunta que me dejó dando vueltas, pero que no tuve temor al no tener una respuesta concreta: después de todo, no era mi tesis. Me sentí muy satisfecho al ver que la sala del Castillo Wulff estaba llena y que una larga fila esperaba por mi firma. Wow. Así es como empiezan a cumplirse los sueños.
Y ahora, ¿qué es lo que sigue? Descansar unos días y continuar con la difusión, para luego volver a la escritura... y a trabajar en marzo jaja.
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