Te sientas frente a la ventana, ves la cortina flamear al viento. Ves los colores de un silencioso y calmo atardecer, ves el valle, ves las montañas, ves el cielo, ves las nubes, ves los árboles, ves el mar. Pues el mar se esconde a la vuelta de la esquina, aunque no sea evidente en el cruce de cualquier peatón que se acelera por llegar primero. El mar deja su huella junto a las pisadas de los soñadores que se detienen al ver a una pareja abrazada, ante la sonrisa de una persona que no sabe por qué ríe, ante una estrella fugaz que iluminó el cielo como si fuese mediodía. El mar deja su huella en la fugacidad de los minutos que se aceleran de pronto, que se detiene y luego vuelven a dormir.
El tiempo pasa tan rápido, pasan los días, se va el tiempo. La vida es tan rápida. La vida es deliciosa.
Fotografía: Quilpue, Región de Valparaíso.
1 comentario:
De esas notas que te dejan una sensación de tranquilidad :)
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