Todo se ha convertido en un revoltijo, haz lo que puedas por salir de este revoltijo. Yo, por mi parte, te lo digo: así de fácil, así de sencillo… toma un revólver y pégate un tiro. Un tiro que haga volar los sesos por los aires hasta alcanzar la distancia que jamás habías pensado, hasta alcanzar ese silencio deseado que por las noches no lograbas encontrar: ese silencio atormentado por las voces de antaño y las luces oscuras enrojecidas que daban vuelta alrededor de tu vista alucinándote, sí, alucinándote en una corriente de la conciencia interminable de la cual sólo buscas un punto final que no llega sino algunos minutos después cuando ya la noche se avecina con sus tormentas y los pensamientos locos del día siguiente ya te pretenden ordenar lo que debes hacer y lo que no debes hacer y el aire que tenías ya no lo puedes controlar cuando intentas continuar y continuar y continuar en esas líneas coherentes y semánticamente ordenadas que pretendes entender pero ya no puedes porque no sabes qué es lo que seguirá. ¡Uf! Un respiro, un silencio, el acorde de una guitarra electrónica y el sonido del sintetizador house que hace bailar el deseo de no saber quién recibirá lo que debe recibir, ¿quién recibirá su merecido?
Y mañana todo será como yo te digo, todo ocurrirá según lo escrito; es una apócrifa Biblia el papel que escribe con señales que orientan un perdido camino que en realidad nadie sabe dónde acabará. Pero todo así sucederá, yo te lo digo, todo sucederá porque yo ya lo he escrito y es inútil saltarte un paso… puedes caer al vacío, sí, yo te lo digo: toma un revólver y pégate un tiro. Mañana sonará el despertador a las 8, mañana te levantarás dormido y caminarás descalzo por el suelo frío. Mañana no te acordarás de lo que has soñado… ¡no me contradigas en lo que te digo! Mañana no tendrás ganas de despertar, mañana querrás seguir durmiendo. Caminarás hacia algún lugar, harás lo que yo te diga: el agua te hará abrir los ojos y verás el mundo nublado. Mañana, sí, mañana hará mucho frío… tanto que creerás ver el pasado blanco que pisabas cuando eras niño, sí, mañana, ese mañana que es igual en el sur y en el norte, un mañana temporal universal que no acaba con los límites del transporte urbano mal hecho ni con las palabras de alguien que a todo pretende darle respuestas incoherentes. Mañana partirás a donde vas siempre y harás lo que haces siempre: pensar. Sí, mañana vas a seguir pensando como piensas todos los días y las ideas van a correr locas de una manera que te cuesta controlar como ahora que no paras y no paras queriendo encontrar alguna solución a las ideas locas que te vienen de repente y no sabes hacia dónde te van a llegar o si acaso vas a lograr todas esas cosas que tenías planeadas cuando todo el torbellino que te persigue desordena tu camino trazado y el aire se hace poco y efímero y no sabes qué es lo que vas a decir y te detienes a mirar tus manos agotadas y tu rostro ojeroso que no ha dormido ni quiere dormir ni quiere hacer nada sólo continuar soñando con que muchos de sus sueños serán oníricamente reales cuando la luz de un cometa caiga sobre su propia cabeza y le muestre que el silencio no acaba ni dice nada más que cosas incoherentes que cuesta entender y descifrar. Sí, respira, uf, respira… da dos pasos al frente y uno hacia atrás.
Mañana no sabrás nada de lo que has dicho así como tampoco lo has sabido en el pasado: no sabrás cuál es la historia que estabas contando ni la vas a pretender entender. Mañana seguirás pensando en las cosas que estás pensando en este momento. Y yo te digo, todo es un torbellino que no tiene coherencia; sólo contenido, sí, contenido. Respiro, sentido, vino, rocío… toma un revólver y pégate un tiro.
Y mañana todo será como yo te digo, todo ocurrirá según lo escrito; es una apócrifa Biblia el papel que escribe con señales que orientan un perdido camino que en realidad nadie sabe dónde acabará. Pero todo así sucederá, yo te lo digo, todo sucederá porque yo ya lo he escrito y es inútil saltarte un paso… puedes caer al vacío, sí, yo te lo digo: toma un revólver y pégate un tiro. Mañana sonará el despertador a las 8, mañana te levantarás dormido y caminarás descalzo por el suelo frío. Mañana no te acordarás de lo que has soñado… ¡no me contradigas en lo que te digo! Mañana no tendrás ganas de despertar, mañana querrás seguir durmiendo. Caminarás hacia algún lugar, harás lo que yo te diga: el agua te hará abrir los ojos y verás el mundo nublado. Mañana, sí, mañana hará mucho frío… tanto que creerás ver el pasado blanco que pisabas cuando eras niño, sí, mañana, ese mañana que es igual en el sur y en el norte, un mañana temporal universal que no acaba con los límites del transporte urbano mal hecho ni con las palabras de alguien que a todo pretende darle respuestas incoherentes. Mañana partirás a donde vas siempre y harás lo que haces siempre: pensar. Sí, mañana vas a seguir pensando como piensas todos los días y las ideas van a correr locas de una manera que te cuesta controlar como ahora que no paras y no paras queriendo encontrar alguna solución a las ideas locas que te vienen de repente y no sabes hacia dónde te van a llegar o si acaso vas a lograr todas esas cosas que tenías planeadas cuando todo el torbellino que te persigue desordena tu camino trazado y el aire se hace poco y efímero y no sabes qué es lo que vas a decir y te detienes a mirar tus manos agotadas y tu rostro ojeroso que no ha dormido ni quiere dormir ni quiere hacer nada sólo continuar soñando con que muchos de sus sueños serán oníricamente reales cuando la luz de un cometa caiga sobre su propia cabeza y le muestre que el silencio no acaba ni dice nada más que cosas incoherentes que cuesta entender y descifrar. Sí, respira, uf, respira… da dos pasos al frente y uno hacia atrás.
Mañana no sabrás nada de lo que has dicho así como tampoco lo has sabido en el pasado: no sabrás cuál es la historia que estabas contando ni la vas a pretender entender. Mañana seguirás pensando en las cosas que estás pensando en este momento. Y yo te digo, todo es un torbellino que no tiene coherencia; sólo contenido, sí, contenido. Respiro, sentido, vino, rocío… toma un revólver y pégate un tiro.