Se suponía que iba a esperar el famoso día en que se cumplía un año desde que inicié este blog, pero resultó que ese día siquiera tenía ganas de sentarme frente a un pc; estaba completamente sumido en ese extraño trance que se produce al irse de vacaciones y tratar de mantener la mayor desconexión del mundo posible. Y creo que me resultó bastante bien; algunos días en que olvidé hasta encender el celular de lo que me di cuenta luego de que la batería duraba un poco más de lo normal, despertarme todos los días a eso de las 12.30 o 1 de la tarde y actividades tales como pasar una tarde en la playa nadando hasta la línea divisoria –peleando de paso con las medusas que se acercaban- para poder mirar la orilla y exclamar “oh, qué harto he avanzado”.
Y resultó que empecé este 2008 con muy buena energía y todo el primer mes lo pasé lejos de mi casa, aproximadamente a 1.700 kilómetros hacia el norte en una ciudad en que la temperatura promedio del día es superior a los 20º. Buen relajo, buena vista, buenas playas, buenos lugares para abastecerse hasta de lo más inservible, buena temperatura para salir a caminar a las 11 de la noche y transitar descalzo por la playa. Me gusta Iquique después de todo, pese a que sus cerros desiertos y llenos de arena me causen una sensación de soledad –estoy acostumbrado a ver los cerros verdes, aunque sea por un poco de pasto- y la “excelente” forma en que los conductores hacen uso de sus vehículos. Pero creo que todos los lugares tienen algo que los hace geniales; a Santiago aún no se lo encuentro...
Me encontré con varias sorpresas que no dejaré de recordar: un temblor grado VI en la escala de Mercalli me despertó el 22 de enero a las 6.10 de la mañana, días antes habíamos tenido una lluvia producto del invierno boliviano (una lluvia normal para la zona central, pero catastrófica para ellos debido a la poca costumbre ante esos fenómenos), una tormenta de arena (¿qué es eso? Yo no sabía, pero la ciudad entera se llenó de una neblina y no se veía nada, más encima con calor… ). Fenómenos bastante extraños, pero que a la larga te hacen reír.
Paseos por la ZOFRI (Zona Franca Iquique), que supuestamente es la más grande de Latinoamérica, paseos por el Terminal Agropecuario (algo así como un persa en el que encuentras de todo, absolutamente de todo), visitas frecuentes a mi favorita playa Cavancha, caminatas nocturnas por Playa Brava (a veces en busca de taps; un día encontré 39), pizzas de Telepizza, empanadas de queso de Kentucky en Zofri, jugos de mango peruanos que producen efectos estomacales prolongados, salchipapas y algunas compras en el supermercado que se llevó mi atención desde que llegué: Palmira; tal y como se llamaba la vaca de un texto que tuve que leer al inicio del primer semestre, que siquiera se comparaba con las masas mutantes de texto que luego tendría que leer. Ah, y por supuesto, muchas fotos…
Creo que es la primera vez que nos tomamos, como familia, unas vacaciones tan largas y puede que ahora pase mucho tiempo hasta que podamos volver a salir todos juntos. Lo que es yo, aprovecho de conocer y pasarlo bien; después de todo, las vacaciones son para relajarse lo más que se pueda y olvidarse del año, llenarse de buenas energías y… sonreír. Al final del tiempo igual comenzaba a echar de menos mi mundo y ahora me alegra estar de vuelta; creo que serán muchas historias por contar y escuchar.
Between Mind and Heart - Enigma
Saludos!
kinkan ®
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2 comentarios:
toa una popstar palmira...
ya xaw
genial!! un viaje familiar
lleno d bellos momentos..me alegro q lo pasaras tan bn..esa era la idea..
kariñOS
MiAuX
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